Línea peligrosa [Minlix]

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Minho se pasaba las manos con frustración sobre su rostro, ya que desde que el modelo se había marchado de su casa y este había rechazado ir con él a aquel evento de la alta sociedad, se quedó frente a su computador investigando las conexiones de su padre con aquel grupo. Todo para descubrir que hace 20 años atrás, su padre tuvo una crisis económica cuando su empresa de publicidad decayó por las bajas ventas y las deudas crecieron haciendo llegar a un inminente cierre, pero de pronto apareció con el dinero suficiente para volver hacer de su empresa una las más importantes con altas ventas. Indagando más para confirmar que era verdad, su padre era parte de la organización "Los juguetes de Dios".

Se decía a si mismo que él era mejor que la mafia, que aquello de los préstamos lo hacían ser alguien con poder, pero ahora había descubierto que su padre pertenecía una mafia, si una mafia de personas ricas, que no hacían las cosas por dinero, si no por diversión y esa era la diferencia. Un hombre pobre y desesperado, haría cualquier cosa por dinero y poder, pero un hombre con poder y dinero, siempre será frío calculador y peligroso, porque no tiene nada que perder, más que su propia y oscura diversión.

—Señor, ya es hora.—

Se levanto y tomo un baño, necesitaba enfriar su mente, pues todo era un caos, había cosas que comenzaban a hacer conexión. Y un olvidado e insignificante recuerdo que pensó que no era importante volvió a su mente como un disparo.

Tenía 13, estaba huyendo de la señora Lee, quien lo estaba regañando por comer galletas antes del almuerzo, se escondió en la gran biblioteca. Cuando su padre apareció, sentándose en su gran escritorio dos hombres entraron.

—Recuerda el...

—Habla con cuidado, estas en mi casa.—  Indicó su padre.

—El juguete que le consiguió a la organización, ese pollito de color amarillo, al parecer "ella" es su madre y está aquí después de que dio todo su dinero para encontrar información, por lo cual debe tener cuidado.— Finalizó aquel hombre el cual no pudo ver su rostro o simplemente no lo recordó.

—De acuerdo yo me encargo de esto.—

"Pollito"

"Un pollito amarillo"

Minho golpeo la pared, todo poco a poco era más claro y eso lo hizo estremecerse. Después del baño escogió la mejor ropa que pudo. Se miro al espejo y recordó aquel menor en su cama, sus pestañas moviéndose con cuidado, su piel blanca, pero sobre todo su rostro triste y roto. Dentro de él creció aquel sentimiento de protección.

—Quizá no puedo cambiar tu pasado, pero espero me dejes cuidar tu
presente.— Susurro saliendo de su departamento para ver la limusina lista, su chofer abrió la puerta para dejar ver a una hermosa mujer rubia, de ojos verdes, una linda sonrisa, piel bronceada, un vestido que se ajustaba a su delgada figura, sin hacerla ver vulgar.

—Buenas noches señor Lee, soy
Lana.— Era extranjera, se notaba en su voz.

—Esta bien, ¿Sabes cual es tu trabajo?— Preguntó sentándose para mirar por la ventana.

—Claro, solo ser su acompañante, no más.— Indicó ella.

Llegar con uno de los jóvenes empresarios más importantes del país a un evento con gente de sumo poder, era ganarse la lotería, porque si llamaba la atención suficiente podría hacerse un camino en lo que quería, por lo cual la joven sabía lo que era ser escogida como acompañante, por lo que se limitó a verso bonita y estar callada.

Pero no importaba que tan bonita fuera aquella chica, para Minho se lo había alguien en su mente y no había vuelta atrás. Saco su móvil y le mando un mensaje.

Mensaje a Felix.
¿Comiste algo?

Respuesta de Felix.
Claro, señor Lee, gracias por
preguntar, ¿Ya está ahí?

Mensaje a Felix.
Estoy por llegar, mi acompañante es espectacular.

Respuesta de Felix.
No es justo, me siento celoso, pero mi acompañante tampoco esta mal.

Mensaje a Felix.
Pero que no se te olvide, que eres mío, al menos un mes más.

Respuesta de Felix.
Jamás me olvidaría de eso, nos vemos después señor Lee.

Bloqueo su celular y lo metió a su bolsillo, cuando vio las luces del gran evento, con limusinas una alfombra roja, con la prensa tomando fotos, miro a la mujer a su lado y esta estaba más que deslumbrada, pero en ese preciso momento solo deseaba que quien tomara su brazo fuera aquel modelo con una sonrisa burlona y soberbia, tan elegante y perfecto, por lo que solo se limitó a darle la mano a la dama a su lado y bajar con ella.

—Solo sonríe, no mires a la cámara, que no piensen que eres una novata, camina con seguridad.— Le susurro y ambos caminaron por esa alfombra.

El mayor dio la invitación y le indicaron el lugar donde debe sentarse, así lo hizo. El lugar era adornado con cristales de colores, flores hermosas y cada detalle era delicado y perfecto. Se sentó para ver rostros conocidos, pero había algo que lo hacía sentirse incómodo, cada mesero y cada persona que cuidaba el lugar, tenía máscaras de animales. También observó a personas del bajo mundo, si a los líderes de algunas mafias, aquel lugar era una cuna de lobos feroces. Llenos de poder y soberbia.

Un mesero con una máscara de ciervo, le sirvió de una botella de champagne abierta ante sus ojos, cuando colocó sus copas, se acercó a su oído y murmuró.

—Mi estimado señor Lee ha sido invitado a la subasta al terminar el evento.— Y le dejó una tarjeta negra con destellos dorados.

Todo explotó ante sus ojos, fue tan rápido que no lo dejo respirar, realmente no esperaba que esa invitación llegara tan rápido, pero sus ojos se cruzaron con algunos presentes que sonreían, si eran algunos de los que alguna vez le pidieron favores. Entonces lo entendió.

Felix fue enviado por su padre para que este pudiera invitarlo a la subasta, puesto era el heredero universal de la familia Lee, además de ser un prestamista peligroso e importante.

La puerta se abrió y un murmullo lo hizo regresar a la realidad. Miro hacia todo el aquel alboroto para ver el rostro de Felix con una sonrisa soberbia.

Ahí estaba frente él la persona que lo estaba llevando por un camino peligroso. El cual resolvía todas sus emociones. Aquel que lo hizo cruzar esa "Línea Peligrosa"