El sonido de un arma siendo accionado un par de veces retumbó por todo aquel lugar, el cual se quedó en un silencio.
Un grito desgarrador se retumbo por todo el lugar después de dos disparos más fueron accionados de manera seguida.
Lee corrió por todo el laberinto escondido de aquella enorme mansión para llegar al origen de aquellos disparos, abrió la puerta que ya estaba entre abierta y en el suelo estaba uno de sus clientes ahogándose en su propia sangre, mientras alzaba la mano por un poco de ayuda.
Felix estaba manchado de sangre mientras sostenía la mano del chico del tatuaje en el cuello. Ambos semi desnudos, mientras que Minho sostenía un arma y sus ojos parecían dos bolas de fuego que lo miraron con deseos de atravesar su alma.
—Oh señor Lee ha matado a uno de mis mejores clientes.— Dio un paso, pero un disparo cerca de sus pies lo hizo detenerse.
—Dime como salir.— Se acerco a Felix lo tomó del brazo y lo hizo levantarse, pero él seguía aferrando a Yunho quien tenía la vista perdida por todo lo ocurrido en aquella horrible noche. —¡Es una puta orden!—
Lee solo río cínicamente mientras la poca paciencia de Minho se iba por la borda.
—¿De verdad crees que podrás salir de aquí?— Cuestionó. —Bueno, tu podrás salir, pero él señaló Felix. —No.—
—Me quedan dos municiones en el cartucho de mi arma, créeme que con eso basta para volarte los sesos.— Amenazó apretando la mandíbula. —No lo volveré a repetir, la salida.—
—Bien, bien adelante.— Se hizo a un lado para que avanzaran por los pasillos.
Minho levanto a Felix, tomándolo por la cintura y así los 3 caminaron rumbo a un elevador mientras que Lee, los seguía prendiendo un cigarro, con una mirada que Minho no podía describir. Lee accionó la puerta del elevador y está se abrió.
—Si sales no puedes volver a entrar al menos que yo lo desee. Fue un placer tenerlo aquí señor Lee.— Lo miro y luego miro a Felix para acercarse a su oído para susurrarle algo que el mayor no logro escuchar.
Felix se tensó en los brazos de Minho, cuando estaban por dar un paso dentro el menor empujo a Minho y a Yunho dentro del elevador.
—Hay en tu cuenta dos millones, que han sido transferidos, se que eso no será suficiente para pagarte el daño que has recibido esta noche, espero me
perdones.— Pronuncio antes los ojos de confusión de Minho y Yunho.—¿Qué demonios? ¡Felix!...
Cuando iba a dar un paso hacia él y alzar su brazo para alcanzarlo las puertas se cerraron ante sus ojos.
El menor lo miro y le sonrió, como si fuera una despedida, su delgado cuerpo estaba expuesto frente a él, las marcas sangrantes estaban ahí, el sello aún estaba rojo, y su rostro manchado de sangre, sus ojos estaba algo nublados sin brillo. Todo frente a su vista la cual se bloqueó en un instante por las puertas del elevador.
Sabía que Lee le había dicho algo a Felix para que este tomara esa decisión y aquello era lo que lo hacía sentir impotencia. Las puertas se abrieron y apretó los botones, pero fue imposible. Maldijo en voz alta, pero miro al chico quien se encontraba imitando cubrir un poco su cuerpo. Suspiro y lo tomó de la muñeca para llevarlo hasta su auto, pues el elevador había llegado precisamente en el estacionamiento. Un par de personas con máscaras de siervo lo guiaron y le entregaron las llaves de su auto. Abrió la cajuela y saco un abrigo largo y envolvió el delgado, como también maltratado cuerpo del chico.
—Entra, te llevaré a tu casa.— El chico asintió y se sentó en el asiento del copiloto.
Había un conflicto dentro de su cabeza, quería entender las cosas, pero todo le daba vuelta en está, de vez en cuando soltaba maldiciones.
—Felix tenía 6 años cuando llegó a las jaulas.— Interrumpió los pensamientos de Minho. —Si ahora es lindo, de pequeño era precioso, sus facciones delicadas, sus pestañas y el color profundo resaltaban ante la piel lechosa de su pequeño cuerpo, junto aquellas pequeñas pecas que adornaban su rostro, lo sabía bien pagarían mucho por aquel pequeño y lindo "pollito" como fue apodado. Yo tenía alrededor de 13 años y ya no era "virgen" pero bueno, vivir en la calle no te daba mucha opción, aprendí a sobrevivir y con ello pude entender las reglas del lugar, pero para un niño como Felix que no fue abonado, ni conocía la crueldad humana, pues ellos lo habían arrebatado de las manos de su madre, era claro que todo era difícil y sufrió mucho, antes de irme porqué como ellos lo llamaban "tuve suerte" fui
comprado.— Miro al espejo. —Felix ya era lo que ellos querían, un chico obediente.— Lo miro. —Debes salvarlo, personas como él, o como yo, salir de aquello es tan difícil fue criado para ser sumiso y vivió con su abusador toda la vida, su mente está distorsionada y no sabe diferenciar en quien es bueno, ni en quien no le hará daño, es un niño perdido, herido. Aquí esta bien.— Dijo al ver su casa, su pequeña casa, su cuerpo estaba herido y el sol estaba por salir.
—Por favor no dudes en nada, si necesitas mi ayuda, Felix no tiene la culpa de nada.—Se bajó del auto y llegó a su casa, donde toco y Minho se quedo ahí en silencio mirando, fue cuando pudo ver a dos pequeños abrazando aquel chico.
Su mente entendió muchas cosas, la desesperación de Felix era por esa persona, porque a pesar de que siempre parecía ser alguien frío, la verdad es otra. Él daría todo por lo demás.
Golpeo el volante con frustración, realmente se sentía mal.
Solo había pasado un mes y todo en su vida había dado un giro de 180° grados con la llegada de aquel modelo. Pero desde la primera vez que se vieron sintió ese cosquilleo en su corazón, si ese golpecito que le indicaba que esa persona era especial. Cuando toco su cuerpo todo y cada uno de sus sentidos se perdieron, lo quería marcar como un lobo, decirle a los demás que era solo de él y cuando menos de se dio cuenta había cruzado esa línea entre solo sexo, se había enamorado de una rara manera.
La miraba soberbia, la sonrisa cálida, el olor de su piel y su voz. Lo podía cambiar todo en su oscura y triste vida.
Siempre se dijo así mismo que el amor era una pérdida de tiempo que te hacía hacer estupideces.
"—Algún día mi pequeño Minho encontraras a esa persona que querrás cuidar y proteger con toda tu alma, que solo con escuchar su voz o sentir su tacto, sentirás ese deseo de seguir vivo para hacerlo feliz.— La señora Kim acaricio el cabello del aún pequeño Minho de 13 años. —Y ese día mi pequeño León, ya no te sentirás solo.—"
Y por segunda vez, porqué la primera vez fue cuando la señora Kim murió. Lloro en silencio.
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Línea peligrosa [Minlix]
Fiksi PenggemarFelix es el playboy y modelo más codiciado del país, tiene la fama de acostarse con quien se le venga en gana, nadie se queda a su lado y nadie lo hace doblarse y rogar. Nadie hasta que llega un CEO que lo cambiara todo, uno muy peligroso. Ambos com...