07

448 62 2
                                    

–¿Hola?

Hola, Yongbok. Soy Yeji.

Cambié el teléfono a mi otra oreja para poder terminar de ponerme unos aretes.

–¿Cómo estás, Yeji?

Estoy bien. Pero mi día está un poco más ocupado de lo que pensaba. ¿Crees que podrías pasarte por mi oficina hoy con los perfumes? No estoy segura de dónde vives, pero si el centro de Gangnam es un gran dolor de cabeza para ti, puedo enviarte un auto.

Mi apartamento estaba en Jung-gu, así que ir Gangnam era bastante inconveniente. Pero se lo debía a Yeji, de modo que no me quejaría.

–De acuerdo. Debo atender unos recados de todos modos.

Oh, eso es genial. Gracias. ¿Suena bien alrededor de las dos en punto?

–Claro, es perfecto.

Bien. Te veré entonces.

Sonaba como si estuviera a punto de colgar.

–Espera, necesito la dirección.

Oh, lo siento. Pensé que la tenías.

¿Por qué tendría la dirección de su oficina? ¿Pensó que la acosé antes de aparecer en su boda? Jesús, justo cuando empezaba a superar la vergüenza.

–No, no la tengo.

Es el 373 Gangnam-daero. Piso catorce.

Cerré mi joyero. ¿La calle Gangnam-daero? Ahí es donde se encontraba la oficina de Hyunjin.

–¿Trabajas en el mismo edificio que tu hermano?

Ah, asumí que lo sabías. De hecho Hyunjin y yo trabajamos juntos. Inversiones Hwang era el negocio de nuestro padre.

No lo sabía. Y no debería haber marcado ninguna diferencia, pero estaría mintiendo si dijera que la idea de posiblemente toparme con Hyunjin no acelera mi pulso.

Cuando permanecí callado un minuto, Yeji supuso erróneamente la razón.

Es un dolor en el culo para llegar, ¿no? Déjame enviar un auto para ti.

–No, no, está absolutamente bien. Te veré a las dos.

¿Estás seguro?

–Estoy seguro. Gracias de todos modos.

Después de colgar, me miré en el espejo encima de mi cómoda. Salí de la ducha, enchufé el secador y acomodé mi cabello.

⟣───「ꕤ」───⟢

–¡Oye!– Me levanté de mi asiento en el área de recepción, y Yeji me cubrió con un gran abrazo –Siento haberte hecho esperar. He tenido una mañana horrible.

Ojalá estar brillante y alegre como ella teniendo un mal día.

–Está bien. No he esperado mucho tiempo.

Me saludó con la mano hacia el santuario interior.

–Ven. ¿Tienes que irte de inmediato? Esperaba que pudiéramos hablar. Pedí algunas ensaladas en caso de que tuvieras hambre.

Todavía no podía superar el giro de los acontecimientos... que la mujer en cuya boda me había entrometido quisiera ser mi amiga.

–Claro. Me encantaría. Gracias.

Seguí a Yeji, girando a la izquierda y luego a la derecha. Sabía por mi visita para recoger mi teléfono que la última puerta al final de este pasillo era la oficina de Hyunjin. Mientras nos acercábamos, mi boca se secó. Su puerta se encontraba abierta, así que intenté echar un vistazo en el interior sin atraparme. La decepción se apoderó de mí al pasar, y vi que estaba vacía. Pero probablemente fuera lo mejor. Ya perdí bastante tiempo con un hombre que no había llamado.

Destino o Casualidad (HyunLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora