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Llegué al restaurante unos minutos tarde el lunes, a pesar de que había salido de mi apartamento muy temprano. El Bus local a la parte alta de la ciudad decidió convertirse en un Bus expreso y saltarse mi parada.

Cuando entré, Yeji ya se encontraba sentada en una mesa. Se veía tan diferente fuera de su atuendo de boda que casi no la reconocí. Pero ella saludó y sonrió como si fuéramos viejos amigos. Existía esta idea salvaje atrapada en mi cabeza que ella realmente no quería ordenar ningún perfume, sino que atraerme aquí para poder soltar todo lo que tenía en mente personalmente, o mejor aún, hacer que me detuvieran. Su sonrisa tentadora hizo mucho para disipar mi paranoia.

–Hola –Bajé la caja de mis brazos en un asiento vacío y saqué la silla frente a ella– Lamento llegar tarde. Mi bus se saltó la parada.

–No hay problema. –Extendió la mano y me ofreció la canasta de pan, mostrándome que estaba vacía–. Como puedes ver, me mantuve ocupada. No había comido un carbohidrato en seis meses antes de mi boda. Por lo tanto, he pasado las últimas semanas recuperando el tiempo perdido. –Recolocó la cesta en la mesa y sostuvo su mano hacia mí—. Soy Hwang Yeji, por cierto. Maldición, no. Soy Jeong Yeji ahora. Todavía no puedo acostumbrarme a ello.

Sonreí, aunque estaba hecho un manojo de nervios.

–Lee Yongbok –Suponiendo que lo mejor que podía hacer era limpiar el aire, respiré hondo—. Mira, Yeji, lamento mucho lo sucedido. No suelo ser el tipo de persona que se cola en una boda.

Ladeó la cabeza.

–¿No lo eres? Es una pena. Creí que nos llevaríamos tan bien. Me colé en una graduación una vez.

Mis ojos se agrandaron.

–¿Lo hiciste?

Yeji se rió entre dientes.

–Sí. Y me besuqueé con la cita de una de las chicas y llegué a casa con el labio hinchado.

Mis hombros se aflojaron.

–Oh, Dios mío. No tienes idea de cómo me tranquiliza saber que no estás enojada.

—Tranquilo. No vuelvas a pensar en ello. Me impresionó bastante la historia que contaste. ¿Alguien realmente orinó sus pantalones por ti?

Sonreí tristemente. El recuerdo de la verdad era agridulce ahora, considerando que mi hermana y yo ya no hablábamos.

–En realidad, fui yo quien hizo eso, y ocurrió en el preescolar. Mi hermana es un año menor y tuvo un accidente durante la práctica para el concurso de Navidad. Un niño señaló su trasero mojado y se burló de ella. No podía dejarla allí sola.

–Bien. Mi hermano es mayor. Él siempre ha sido ridículamente protector conmigo. Pero no estoy segura de que hubiese ido tan lejos como para orinarse en el pantalón para salvarme. –Tomó un sorbo de su bebida–. Pensándolo bien, probablemente lo haría. Solo que nunca admitiría el hecho para protegerme. Probablemente diría que se orinó en la ropa y yo lo  copié.

Nos reímos.

–Hyunjin me contó cómo llegaste a estar en la boda. No estaba sorprendida cuando me dijo lo que Beomgyu te hizo, marcharse en medio de la noche y sin pagar el alquiler. Él siempre ha sido poco fiable. En el primer año de la universidad, fuimos juntos a las vacaciones de primavera. Conoció a un chico diez años mayor que nosotros y solo hablaba francés. Al segundo día del viaje, me desperté con una nota diciendo que se había ido a Francia para conocer a la familia del chico porque estaba enamorado. Me dejó sola en Los Angeles, sola. El desgraciado se llevó un par de suéteres míos.

–Oh, Dios mío. ¡También se llevó ropa mía y mis zapatos favoritos cuando se marchó!

Nos reímos de nuevo y Yeji continuó.

Destino o Casualidad (HyunLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora