𝐀𝐂𝐂𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐄 | Universal x Pixar |

𝖔𝖕𝖔𝖗𝖙𝖚𝖓𝖎𝖉𝖆𝖉...

Un silencio se instalo en la habitación, hasta que Disney habló.

- Pixar... soy yo, Disney, tu amigo... - Dijo, suplicando que se acuerde.

Sintió lástima, pero aún así no recordaba quien era, y negó con la cabeza, destruyéndo aun más al contrario. - Perdón... - Se disculpó.

Bajo su mirada y se levantó de la cama, con pasos pesados se dirigió a la puerta, dandole un sutil golpe de hombro al logo con forma de planeta.

Lo siguió con la mirada, hasta que se perdió atrás de la pared blanca, no sacó la mirada de la puerta, hasta que él habló.

- ¿Estás bien? - Inicio, sentándose en la camilla con nervios.

Desvío su mirada hacia él. - Si, - Siguió. - una pregunta.

El otro hizo un movimiento de cabeza, indicando que hablase.

- ¿Te conozco? - Frunció levemente el ceño, mostrando la confusión que tenia. - Tu figura se me hace familiar, también tu voz. - Fue directo.

Nego con la cabeza. - Esta es la primera vez que hablamos. - Mintió, viendo una oportunidad de acercarse con una nueva identidad.

- Oh, perdón. - No se trago por completo esa mentira. - Entonces, si está es la primera vez que hablamos, ¿por que estas aquí? Ya es muy de noche. - Reconoció, mirando por la ventana.

Un cosquilleo paso por su cuerpo, sintiéndose expuesto. - Ayude a Disney a venir aquí. - Lo dijo rápido, mintiendo nuevamente.

- Entonces... ¿eres su pareja? - Preguntó.

- ¿Que? ¡No! - Negó rápidamente.

- Oh, entonces... ¿su hermano? - Intentaba adivinar.

- Tampoco, él tiene otros tres hermanos. - Informó.

- Entonces, ¿que eres de él? - Tenía curiosidad.

- Creo que amigos. - No sabia con seguridad sobre eso.

- ¿Y quisieras que él sea más que tu amigo?

Clavo su mirada en él, queriendo negarse al instante, pero se detuvo, esta era la mejor oportunidad para acercarse a él, y lo aprovechó.

- S-si... - Tal vez esas eran las palabras más forzadas que había dicho en su miserable vida.

Sus ojos soltaron chispas, y él lo notó.

El menor se coloco rápidamente a su lado, haciendo contacto de hombros. - Necesitarás mi ayuda. - Dijo, decidido a ayudarle y teniendo algo en mente.

Por un momento se sorprendió, pero luego siguió su propio juego.

...

La puerta se abrió, dejando ver al doctor de horas antes.

- ¿Se encuentra mejor? - Se estaba hartando de escuchar la misma pregunta.

- Si. - Respondió, secamente.

Suspiro, exhausto. - Bueno, - Se dirigio a una silla. - ¿usted recuerda algo? No estoy hablando sobre el accidente o lo que recuerda antes de eso, me refiero a lo que sabe, donde queda su casa, cual era su trabajo, si tenía familia.

Lo pensó por un rato. - Las llaves de mi casa estaban en mi bolso y mi trabajo era hacer películas o series, creo. - Dudó.

- ¿Recuerda la dirección de su casa?

- Si.

- ¿La de su oficina?

- También.

- ¿Recuerda alguna otra cosa?

- Supongo que no.

- ¿Esta seguro?

- Si.

Suspiro nuevamente. - En una semana se podrá ir, antes hay que hacer algunos chequeos para ver si todo esta en orden.

- Esta bien.

El doctor se fue del cuarto, y él volteo su mirada hacia la ventana, cruzándose de nuevo con esa flor marchitada.

Se levantó y la agarro entre sus dos manos, con el color marrón fuerte que tenía reconoció que antes era una rosa roja, busco con su mirada algún tacho de basura, pero no encontró, devolvió de nuevo su mirada hacia la flor y luego vio la ventana, donde la arrojó hacia la oscuridad.

┤Fin capitulo.

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570 palabras