𝖘𝖎𝖑𝖚𝖊𝖙𝖆...

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Buscaba con la mirada al logo de luna, quien suponía que era su cuñado a partir de ahora.

Se sentía raro llamarlo de esa forma, pero lo valía por su amigo que se veía feliz a su lado. Claro, mostrándolo con corde a su manera de ser.

Empresas que lo veían pasar lo saludaban, dándole una bienvenida y felicitandolo por el regreso de su memoria, la noticia se había expandido de forma rápida.

Tendría que ir acostumbrándose a eso, en gran parte de la mañana las empresas que lo veían, ya sea distancia o no, venían hacia él, felices que volviera al edificio después de dos largos meses.

Doblo una esquina, encontrando a su objetivo recostado en una pared mientras revisaba los datos del celular de su jefe.

Muy posesivo, penso mientras asomaba su logo en la pared para no ser descubierto.

Nunca antes había hablado con él, evitaba dirigirle la palabra, sin saber bien el porqué.

- ¿Que haces?

La voz proveniente de atrás de él lo sobresalto por un instante, siendo descubierto.

Volteo su logo hacia atrás, cambiando sus expresiones nuevamente.

Era inevitable ponerse nervioso, pues estaba al frente del que estuvo "saliendo" cuando perdió todo conocimiento.

Trago duro, como empezaba hacer antes de hablar con él.

- Y-yo ya me iba.

Aun que esa no era le respuesta adecuada para la pregunta, no le importo, y paso a un lado de él, evitandolo nuevamente.

Y sintiendo su mirada clavada en su espalda.

Aceleró un poco más el paso y cruzo otra esquina, desvaneciendo la sensación de ser observado.

Suspiro un poco más tranquilo. Sacando su celular del bolsillo y mandó un mensaje al celular de su amigo, el cual era dirigida a Dreamworks.

Debió de haber pensado primero en eso.

...

Sus párpados se volvieron pesados, ganandole el sueño.

Completaba unas hojas pendientes, teniendo que poner firme su logo cada vez que se inclinaba a un lado mientras que sus ojos se entreserraban con sueño.

Diviso su reloj de pared, dando cerca de las nueve y media de la noche.

- Que tarde... - Murmuró para sí mismo mientras dejaba los papeles y la lapicera en su escritorio y se dirigía al perchero que colgaba su bolso.

Se lo coloco de forma cruzada y abrió la puerta de su oficina para luego atravesarla y cerrarla.

El ambiente se le hizo familiar, como la anterior vez.

Casi todo oscuro, solitario y abandonado.

Como si ningún alma cruzo los pasillos, lo cual de alguna manera lo tranquilizaba, dándole paz en su caminata hacia la salida.

Bostezo con sueño al doblar la última esquina, encontrando su silueta nuevamente.

Fin capitulo.

Voten si les gustó el capitulo.

444 palabras

𝐀𝐂𝐂𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐄 | Universal x Pixar |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora