Capítulo 9: A la rutina

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¿Dispararía o no?

No, no lo haría

Andrew no encontró la fuerza para apretar el gatillo. Desvío la mirada, bajando el arma, si su prima muere es por mano de Ashley, él no quería manchar sus manos de la quería sangre de su prima, la quería lo suficiente para no matarla él. Ashley, como si leyera los pensamientos de su hermano arqueo las cejas con enojo, luego con frustración. Bajo el cuchillo del cuello, se agacho para dejarlo en el suelo y poner sus manos arriba, clara señal de que se rinden.

Ángela sonrió con malicia, sus ojos expresaban bastante odio, pero también satisfacción. Sus orbes granate se calmaban de a pocos. Su ira contra sus primos era molestamente menor a comparación de otras personas. Limpio las suaves gotas de sangre que lograron salir de su cuello, del pequeño corte que su prima hizo en ella.

Andrew vio con calma como su hermana se acercaba a él, ciertamente impresionado porque la chica de ojos rosas haya cedido.

— Lo lamento... —comenzó el varón, dándole un pequeño codazo a su hermana para que también se disculpe. Podía sentir su corazon en la boca, sin saber si la mujer va a matarlos o perdonarles la vida

— Lo siento... —susurró Ashley, bastante bajo, apenas audible, su orgullo aun era bastante grande como para decir eso con más fuerza

Ángela se dirigió a la cocina, saco unas bendas y un par de cuerdas mientras los hermanos la veían con un gesto de preocupación.

— No se preocupen, cuando domésticas a un perro, te muerde varias veces —dijo con una voz bastante suave, como si toda la ira con la que antes lo miraba se hubieran ido— Pero necesitan un castigo.

Los hermanos se vieron, tragaron duro pensando en qué carajos podría hacerle esa psicópata.

●●●

Andrew miraba los alrededores con algo de sorpresa, había sido atado de manos, pies y la clásica venda para que no grite, en el costado izquierdo de la casa, su quería Ashley estaba en el derecho. La noche aun era joven, así que sería larga y eterna, más si esas malditas nubes negras empezaban a hacer su existencia más miserable. El frío era bastante, se acurrucaba lo más que podía en sí mismo, lo bueno era que tenia un pequeño rango de movilidad, ¿lo extraño? Era que estaba perfectamente en un punto invisible para cualquier vecino o carro que pase. Era algo perturbante pensar en que su quería Ángela habría hecho esto más de una vez.

Cerro los ojos, intentando conciliar el sueño. El ruido de una bañera se lo impidió, qué desgraciada era Angy para bañarse a esas horas, apostaba que sabía que el ruido perturbaria su sueño ya difícil por la situación. Miro el cielo, en el manto negra era difícil ver alguna estrella, así que sólo veía la Luna, su mente comenzaba a divagar en todo. Su cabeza se concentro en la pregunta de porqué se debaja tratar así por su prima, la respuesta fácil sería porque antes la amaba, pero volverla a ver hacia que sus sentimientos se volvieran a revolucionar. Sabía lo jodidamente mal que estaba pensar así en su prima, pero no podía negar que el ejército hizo maravillas con su ya entrenado cuerpo. Se preguntaba qué tan inmoral era aquello, de joven podía justificar esa atracción con la simple inocencia, ahora era un puto incestuoso de mierda

— ¿En qué tanto piensas? —casi grito una voz femenina detrás de él, provocando que de un salto de dónde estaba

— ¡Casi me matas del susto! —argumentó Andrew. Desvío su mirada rápido, al ver como su quería Angy estaba en toalla

— ¡Ja, ja, ja! Siempre has sido tan asustadizo, Andrew —dijo la mujer, apoyándose en el marco de la ventana, balanceando su cuerpo para poder tocar a Andrew

Tocó su mejilla de forma burlona, riendo satisfecha por la reacción tan explosiva que tenía en el joven. A pesar se tener 22, seguía actuando como un niño virgen. Dio una pequeña acrobacia para poder sentarse al lado del varón, quién claramente evitaba su mirada al cuerpo de la joven. ¡Era tan obvio a la vez que tierno!

— Eres patético, Andrew —comentó la mejor, tocando el hombro del chico, su mirada era bastante burlona. El chico sólo trago duro, intentando no caer ante las provocaciones de su prima mayor— Patético patético. ¡Eres Andy el patético!

El chico gruñó con fuerza, ¿ese era el precio por intentar matarla? Sus burlas eran peores a comparación de más de su hermana. Parecía no contenerse ni siquiera un poco, y tener esos ojos granate encima con desprecio era una experiencia de mierda. Se canso rápido de esa situación, de un movimiento que tomó desprevenida a la chica, tomó su cuello entre sus manos temblorosas, apretando su cuerpo entre él y la pared. Se escucho un ligero golpe de la cabeza de la joven contra la pared, pero en sus ojos no se parecía esa locura que tenía desde que casi intentan matarla

— Cállate —amenazó el varón, apretando con dos dedos el centro de la blanda piel del cuello de Ángela

La chica relajo su expresión, sin llegar a mostrar miedo ni nada por el estilo. Simplemente calma reflejo en sus ojos, sabía que ya estaba empezando a ser pasada, así que sólo asintió levemente. Emitió leves jadeos cada que su primo apretaba ese suave lugar. Claro que Andrew los escuchaba, la parte más degenerada y sucia de él disfrutaba de eso, pero no quería darle el placer de demostrarlo ni un poco. Pasó sus manos al cabello corto de la chica, agarrandola con fuerza, mientras ponía su frente contra la de ella, una mirada retadora se presentó en los ojos de ambos

— Tampoco me trates como si fuera tu puto perro —continuó Andrew, entrecerrando sus ojos, intensificando la expresión de enojo que tenía

— Vamos, sé que la única perra que vive conmigo es Ashley —argumentó, con una sonrisa nada inocente

Tomó los brazos de Andrew, ayudada con sus piernas logró tenerlo debajo de ella, a pesar de los intentos del varón, en fuerza no podría ganarle. Lo miró unos segundos, riendo bajo

— Estas enfermo —concluyó, besando la nariz de Andrew, para luego volver a su hogar por medio del marco de la ventana— No mueras de hipotermia

Gracias por leer
Mu1tiversal

The coffin of Andy and Leyley with Angy (Fem OC x Andrew)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora