The coffin of Andy and Leyley with Angy (Fem OC x Andrew)

Final:Escape

Elegiste: Dejarla ir

Ángela, como si de un animal rabioso se tratase se lanzó contra su prima Ashley, golpeando su cuerpo contra la pared, tomándola del cuello mientras ésta no podía respirar. Tenía tantas putas ganas de golpear ese rostro que empezaba a quedarse sin aire, tantas ganas de hacerla mierda a base de sus puños...

Respiró, soltando a la menor.

Ella cayó al suelo, retomando todo el aire que había perdido. Rió bajo, eso le recordaba todas las amenazas que le había dado Andrew, sólo que esta vez, por algunos segundos, había temido por su vida.

— Sólo cállate la puta boca, ¿quieres? —ordenó, mientras la tomaba del brazo, obligandola a levantarse— Vuelves a hacer otro chiste y te mató, ¿queda claro?

— Sí, como digas, Angy~ —murmuró burlona la chica de ojos rosas, ese susto le bajo todas las ganas de meterse con aquella mujer.

Trago cada cosa que tenía que decir, apretando sus labios al ver como el símbolo del demonio que tenía en la mano se extendía por todo su brazo. Parecía doloroso, aunque Ángela no lo había notado.

— Eh, ¿prima? —la mayor giro la cabeza con fastidio, pero su expresión cambió al ver el rostro de Leyley. Se fijo en la parte donde le señalaban, viendo asustada como su brazo empezaba a teñirse de rojo.

— Mierda. —dijo, viendo a Andrew, quien se revisaba el brazo, teniéndolo igual que Ángela— Al parecer, Cubo rubik se enojo con nosotros —intentó explicar, buscando una solución a las miradas confusas de los hermano— Usted dos, vayan a buscar los objetos que nos ha dado el demonio, esta encima de mi closet —ordenó, viendo como, por primera vez, los hermanos subían sin rechistar.

La puerta se abrió, era Gabriel con una que otra bolsa, se acercó a Ángela, tomando su brazo. Pasó la mirada a ella, con las cejas arqueadas.

— ¿Alguna idea de qué tenemos que hacer? —preguntó, sentándose en una silla cercana.

— Déjame pensar un poco, linda —respondió, dirigiéndose a la cocina, abriendo una baldosa y sacando una especie de libro con el mismo símbolo que tenía Ángela y Andrew en el brazo.

El libro, bastante grueso, cayó a la mesa, mientras el varón buscaba alguna forma de solucionar ese mierdero que se formó en segundos. Unos minutos después, los hermanos Graves bajaron, ahora con un rastro más visible de preocupación.

— No, nada, ¡esta vacío! —anunció Ashley, sentándose junto a los otros dos militares con un rostro de preocupación.

No quería que nada le pasara a su querido hermano, ¡que mala decisión fue hacer un trato con ese demonio!

Pasaron las horas, Ángela y Andrew se habían quedado dormidos mientras que Gabriel y Ashley buscaban como locos una posible solución.

— Parece que eso les drena la energía —comentó el varón, tragando duro mientras veía al par de primos dormir.

Ashley no respondió, por primera vez en mucho tiempo tenía miedo de perder a su Andy. Al final, ella también a acabó quedando dormida, hasta que un grito despertó a los Graves

— ¡Ah! —gritaron al unísono el par de hermanos, despertándose con el corazón acelerado.

— ¡Lo encontré! Mierda, me costó —se levantó el varón, trayendo una pizarra al comedor, mientras el resto lo miraban con atención.

Después de explicarle todo lo que habían entendido, por fin había una conclusión.

— Tenemos que matar al culto —dijo finalmente la dueña de la casa, levantándose de su asiento— De esa forma la conexión del demonio con este plano terrenal acabará —terminó, con unos ojos de determinación.