A ti te gustan callejero' que te celen y te formen lío' Navegamo' prohibido, pero somos amigo'
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an enzo fernández shot !! ☆☆☆
17 de Enero, 2024. Londres, Inglaterra. 00:16am.
Chasqueé mi lengua al observar por enésima vez la historia de Valentina, entendiendo la razón por la que Enzo no me contestaba los mensajes que le había mandado hace quince minutos, felicitandolo por su cumpleaños. Tenía el celular boca abajo para que no se vieran las notificaciones. Infiel de mierda. Borré los mensajes enviados y decidí dejar que el tiempo hiciera lo suyo, levantándome solo para despojarme de mi ropa como hacia a diario tras un largo día en el trabajo.
Hace bastantes días que no veía a Enzo, casi dos semanas podría decirse. Viajé para unas pequeñas vacaciones a principio de año y él tuvo que viajar por partidos a otros estados de Inglaterra, además del pequeño viaje a Suiza que tuvo con su mujer, montando ese teatro de pareja feliz que hacían de vez en cuando. Como el viaje a Miami del año pasado, el viaje de regalo a Disney hace poco y ahora su pequeña escapada al país suizo. Todos para tenerla contenta y hacerla sentir especial entre tantos cuernos que tenía encima. Nada que me involucrara igual, Enzo y yo éramos amigos hace bastante, desde que coincidimos en casa de uno de sus compañeros de River y uno de mis grandes amigos, Gonzalo, y desde entonces hablábamos todo el tiempo. Incluso me pagó el pasaje a Inglaterra y mi estadía solo para tenerme cerca en la horrible temporada en la que le había tocado debutar, con la excusa de que estaba demasiado estresado con lo mal que le estaba yendo al equipo, en su propia relación y con el tema de la mudanza, necesitando alguna compañía especial para sus días bajones.
Pero miento si digo que no siento nada por él. Enzo era el hombre ideal para cualquier mujer sensata sobre la faz de la tierra, era atractivo, sensible, atento y cada vez descubría más cualidades que me hacían caer por él e ignorar los defectos que estaban más que claros frente al ojo de todos. Y también sabía cual era mi papel en todo esto. Era su amiga, la persona en la que podía confiar para contarme un problema, la persona en la que podía confiar para desahogarse tras una pelea en casa, la persona con la que podía pasar un buen rato y no aburrirse nunca. Y todo se hubiera quedado así si no hubiéramos confundido las cosas. Con Enzo en frente a veces me costaba pensar, y cuando tenía copas de vino encima, eso empeoraba. No supimos ni cuando ni como, pero lo que parecía una juntada para hablar de sus problemas con Valentina y encontrarles una solución, terminó siendo una de las mejores noches de mi vida. Y después de esa vino otra. Y otra, y otra, y otra. Pasé de ser la que escuchaba sus cuentos de infidelidades a ser una de las tantas trolas que caían por él a diario, deseando ser la mujer con la que se despertaba y la que tenía la suerte de acostarse con él. Los besos de Enzo se quedaron impregnados en mi piel, al igual que su olor en mis sábanas y sus caricias en mi cabeza, no podía dejar de pensar en las veces que nos confundimos y en todas las cagadas que nos habíamos mandado. Era imposible sacarmelo de la cabeza y sabía que no lo haría ni en mil años.
