«𝖌𝖔𝖑𝖉𝖊𝖓 𝖆𝖕𝖕𝖑𝖊»
_______________
𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 Lilith Valaquia
es la única hija de
la diosa de la discordia,
el caos, y la envidia, y
tiene un destino mucho
más oscuro que el de
cualquier semidiós pero
aún así, decide ayudar a
Perseus Jacks...
(es el capítulo más largo de todo el fic, tiene más de 10.000 palabras, tomadlo con calma, porfis <3)
⚡️• CAPÍTULO SIETE ;; ˏˋ°•*⁀➷
❝Gᴏʟᴅᴇɴ Aᴘᴘʟᴇ, Tʜᴇ Lɪɢᴛʜɪɴɢ Tʜᴇɪғ❞ ˡⁱˡⁱᵗʰ
°○•¡🍎♟️📎🗡!•○° ᵇʸ ˣᶜᵃᵗʷᵐᵃⁱ ¡!
Me encantaría contarte que tuve una profunda revelación durante mi caída, que acepté mi propia mortalidad, que me reí en la cara de la muerte, etcétera.
Pero mi recuerdo son todo flashes de imágenes que pasaban por mi oscura mente a dos mil por hora.
Agua, Percy, una nereida, luces de policía, Lion, Annabeth y Grover corriendo hacia nosotros, correr...
Hasta que no me sentaron en el asiento del tren no reaccioné.
Estaba seca, sin ninguna herida infectada de veneno de Quimera y con todas las partes de mi cuerpo sin ningún rasguño grave. Una sudadera azul, que pronto reconocí como la sudadera de Percy, estaba sobre mis hombros.
«Gracias, señor Poseidón», pensé.
Tenía a Percy al lado, a Annabeth y a Lion enfrente y Grover estaba sentado en el extremo de la mesa.*
Parpadeé.
⸺¿Lils? ⸺, la mano de Lion tocó la mía y entrelazó nuestros dedos. Lo miré, encontrándome con unos ojos atormentados de preocupación.
⸺Estoy malditamente viva⸺, dije. No sé por qué, no sé si fue espabilarme después del shock o sí que aún me quedaba adrenalina de la batalla, pero sonreí y dejé salir una extraña risilla⸺. Estamos malditamente vivos⸺. Miré a Percy, que tenía su mano en mi espalda y también estaba seco y sin rasguños. Le puse la mano en la rodilla⸺. Me has salvado la vida, Perseus. Gracias.
Quise reírme del sonrojo de Percy y sus balbuceos a la hora de decirme que no era nada, pero me dio un pinchazo en el costado y Annabeth tuvo que darme ambrosía.
El tren traqueteó hacia el oeste mientras caía la oscuridad y las luces de la policía seguían latiendo a nuestras espaldas en el cielo de San Luis.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La tarde siguiente, el 14 de junio, siete días antes del solsticio, nuestro tren llegó a Denver.
No habíamos comido desde la noche anterior en el coche restaurante, en algún lugar de Kansas. Y no nos duchábamos desde la colina Mestiza. Desde luego tenía que notarse, pensé.
