Días después
LEILA
Era "«afortunada" » por tener la admiración de Gael , quien, además, era como un hermano para mí. Hacía tiempo que se venía diciendo que acabaríamos siendo pareja. Ni siquiera lo tomé en serio, resultaba hasta chistoso.
Desde preescolar fuimos compañeros, pero, cuando empezó a hacerse adulto, comenzó a ligar. Yo, en cambio, permanecía soñando que él se establecería en algún momento.Era de esas chicas que leían de vez en cuando y les gustaba creer que el amor era para toda la vida. Eso fue al principio, era la única forma de negar la evidencia.
Luego, pasó el tiempo y empezaron los problemas. Mis padres rivalizaban por todo, discutían. Yo no entendía que algo había cambiado después de dieciocho años de matrimonio.
No había respeto entre ellos, aunque aparentaban frente a los demás. Luego, llegaban a casa y cada uno se iba a su habitación, ya por aquel entonces dormían en cuartos separados.Sabía de algunos casos de divorcio en mi ciudad, la gran mayoría aparecían entre el vecindario, así que me preguntaba por qué no sucedía lo mismo con mis progenitores. A mi amiga Miriam le pasó algo parecido, sus padres llevaban años de casados, pero algo fue mal y decidieron divorciarse. Ella me ayudó mucho en esa oscura etapa donde mis días eran terribles.
Un día, tuve cierta conversación con mis mejores amigas, ellas pensaban que mi amigo de la infancia no iba a cambiar jamás.
—No existe Cupido.
—Vale, no hay ángeles que dan por culo lanzando flechas. Pero sí hay magia donde menos te lo esperas.
—Eso se refiere a la atracción entre personas del sexo opuesto.
—A cualquiera puede pasarle, fíjate, a ese chico puede gustarle... Aquella chica.
Tardó en señalar a una porrista.
—Se te van los ojos por los deportistas.
—No siempre. Además, tiene que ser alguien que mida más que yo.
—¿Queréis dejaros de esa tontería? Algún día, mi amigo se sentirá atraído por una chica estupenda.
—¡Cómo no!
Terminé mosqueada.
Ese lunes fue extraño. Además, se pasó volando entre ocurrencias y sucesos, la gran parte entre adolescentes con las hormonas revolucionadas. En las aulas todo era diferente, nadie podía soltarse delante de los profesores.
En mi habitación, frente a mi ordenador, estuve pensando en Gael, hasta que entré en su perfil de Facebook. Decidí cotillear un rato; además, no era la única. Siempre tenía muchos amigos y amigas. Me fijé en una foto, en ella estaban algunos miembros de su equipo de fútbol vestidos con el uniforme.
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No soy lo qué tú crees
RomanceNo hace falta leer lvdl para leer este romance juvenil La portada la hice yo, no soy una experta. Todavía sigo esperando que una editorial me haga la propia, la que me prometió...en fin. Leila 🥺 Gael 😗 Víctor 🤫 Miriam 🥰 Leticia 😴 Ezequiel 😇 Is...