Capitulo 29

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Jade.

La cena transcurrió con tranquilidad, realmente aquel nerviosismo se disipo debido a que Mark no me hostigo con preguntas, y su esposo tampoco, la mamá de Arice falleció cuando era niño asi que no tuve oportunidad de conocerla. En ese momento, Mark y Fátima deciden irse a descansar  acuesto mi cabeza sobre el hombro de Arice y este toma mi mano sobre la pierna, entrelazandola y brindandome calor. Me gusta mucho, me gusta estar con él, puedo decir que me encanta, le robo un beso  y sonrió embelesada mientras termino mi bebida.

—Me encanta este lugar. —admito, viéndolo, —y saber que lo hiciste para mi, de verdad que me derrito.

Arice acaricia mi mejilla, llevando un mechón de cabello tras mi oreja, su tacto me produce escalofríos calurosos por todo el cuerpo, —Con gusto, me gusta verte feliz. ¿No te ha vuelto a dar mareos?

Negué, —Estoy bien.

—Buenas noches. —la voz de Arice se perdió debido a la llegada de aquellas personas que habían vuelto mi vida miserable, Sofía y Jake, la pequeña abrazaba a Jake, la sostenía en brazos. —Vinimos a felicitarte por tu restaurante. —finaliza Sofía, viendo a mi novio.

—Gracias. Aunque con la aprobación de Jade es mas que suficiente.

Sofía sonríe con falsedad, viendo a Jake quién no despega la mirada de mí, siento un nudo en la garganta, —Como quieras, es bueno verlos.

—Ojalá decir lo mismo, pero nunca lo es.

Jake habló esta vez, —Te ves bien, jade. Al parecer a tú novio no le importó que fueras una... —le cubre el oído a la nena, —bitch.

Arice apretó la mandíbula, tenso, molesto, —Al parecer a tu esposa no le importó que fueras un...cúbrele los oído, —hable refiriéndome a la nena —precoz. —susurré lo suficiente para que oyera solo él.

Jake apretó la mandíbula, en ese momento Arice se puso de pie, invitándolo a salir un rato, para hablar. Él de manera no convencional accedió, Sofía se sentó frente a mi con la niña, la cuál es muy dulce y tierna en comparación a los progenitores que tiene.

Sofía le dijo a la niña que la esperara en una mesa cercana a la nuestra. No quería hablar con ella, me ouse de pie y ella lo evitó.

—Perdóname por tratarte de lo peor cuando te casaste con él. Nunca quise denigrarte, pero al saber que éramos amigas lo sentí como una traición.

Trague grueso, —Lo lamento, pero yo nunca quise casarme con él, me vi obligada por mis padres, no tenía la suficiente madurez emocional para enfrentarlos estaba cegada en la sumisión y en creer que less debía algo a ellos.

Ella sonrió genuinamente, —No quiero seguir siendo o que me veas como tu enemiga... Debo contarte algo muy importante.

—Dime.

—Es sobre... —carraspea, —Jake te engañó.

Frunci el ceño y en ese momento un estruendo me dejo atónita, eran Jake y Arice, peleando. Me puse de pie rápidamente al verlos en la playa, cerca al mar. Sofía no paraba de gritarme sin embargo no hice caso, algunas personas se acercaron para ayudarme a separarlos, Arice se veía bien, Jake no tanto, sin embargo podía ponerse en pie.

—¿¡Qué carajos les pasa?! —les grité, observe a Arice, —¿Dónde están las llaves del auto?

—Tú no... Yo estoy.. —decía a medias, le rebusque en los bolsillos y me dirige con él hacía el auto

Escuche de lejos a Jake gritar;

—¡Si no eres mía no serás de nadie!

Al girarme me apuntaba con un arma, mi respiración se aceleró sin saber que hacer, mis pies estaban congelados recordando aquel momento en el que me tenía presa y a su merced, cuando aquel cuchillo atravesó mi piel y caí por las escaleras, no podía respirar, caí al suelo devastada. Lo único que pude ver es a Arice obstaculizandome cuando el gatillo sonó con fuerza retumbando en mis oídos, cerré los ojos y comencé a llorar, las lágrimas mojan mis mejillas embargandose en mi pecho una sensación dolorosa que me apreta, me hice un ovillo cuando me percaté del cuerpo ensangrentado de Arice en el suelo frente a mi, quiero tocarlo, abrazarlo, decirle que todo estará bien, llorar sobre él, aferrarme a aquella persona que creyó en mi, que nunca me dejó pero que salió lastimada por culpa de un pasado que me persigue y no parece querer quedarse atrás.

12 Meses para empezar de cero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora