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Su intención nunca había sido involucrarse. Tenía claro que no era su asunto, eso le había funcionado durante algún tiempo pero las cosas lentamente iban empeorando frente a sus ojos.

Al principio solo le ponía incómodo ver los... regaños, si es que a eso podría llamársele así, que recibía Max por parte de su padre. Intentaba no hacerse ideas pero poco a poco comenzaba a darse cuenta de que no, eso no era normal, eso no estaba bien.

Su estómago se revolvía y no podía entender como un padre podría despreciar tanto a su propio hijo, seguir tratándolo como mierda después de verlo esforzarse tanto por cumplir con las expectativas que le fueron impuestas.

A Jos nunca se le veía orgulloso ni feliz por los logros de Max. Nunca había escuchado una sola felicitación del hombre hacia su hijo, ni siquiera un gesto, nada. Era casi como si Jos sintiera envidia, como si jamás fuera suficiente para él.

¿Max? Bueno, se tragaba todo lo que sentía. Era más sencillo enterrar las cosas hirientes y seguir pero en su cabeza siempre escuchaba la voz de su padre, jodiendole día y noche, sin descanso. Nunca era lo suficientemente bueno, nunca iba a lograr hacer feliz a su padre, sentía que su propia vida estaba estancada. No podía silenciar la voz en su cabeza que le recordaba cada uno de sus errores.

Tenía que lidiar con demasiado al mismo tiempo. Se sentía patético al pensar que aun a sus veintiséis años estaba intentando complacer los ridículos deseos de su frustrado padre y no buscando sus propios objetivos. Estaba viviendo bajo su mirada todo el tiempo, siendo inspeccionado hasta el más mínimo detalle, se sentía encerrado.

Tal vez solo fue el alcohol o que se sentía jodidamente solo lo que lo llevó hasta el cuarto en el que su compañero de equipo se quedaba. Tocó su puerta y no dijo mucho, no necesitaba hacerlo, sabía que en su rostro se notaba y las palabras eran innecesarias.

Max terminó quedándose dormido en la cama. Checo simplemente le dejó descansar, cubriendole con las sábanas antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.

Tenía que ser jodido vivir así toda tu vida.

Se sentó en el sofá del salón y apoyó su cabeza en el respaldo, viendo el techo. Una parte de él le gritaba que dejase de pensar en él, que no se entrometiera pero la otra estaba harta del asunto, el sentimiento era tan fuerte que se sintió un poco molesto consigo mismo por no decir ni hacer nada al respecto, decidió que ya había tenido suficiente.    

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐁𝐨𝐲 「𝐂𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora