SR JEON #2 +21

7- Si señor

Sentía la adrenalina recorriendo por mis venas a medida que el tiempo pasaba, sabía que en cualquier momento el entraría por esa puerta y por algún motivo sentía temor.

Porque últimamente mi vida se basa en tener miedo, miedo de que el sepa la verdad, miedo de que le pase algo a él o a Minsook, miedo de perderlos, miedo de que al saber que ocurre se avergüence de mi.

Miedos y más miedos.

Tanto así, que cuando escuché la puerta principal ser cerrada, mi pie empezó al golpear el piso repetidamente, como si fuese un tic nervioso.

Mi mirada estaba en el piso envuelto en una alfombra, hasta que divisé la punta de sus zapatos frente a mi.

Entonces subi mi mirada y la suya me causo un fuerte escalofrío, está enojado, podía verlo.

- Tu y yo vamos a hablar.- Asentí sin mostrar mi nerviosismo, el cerró la puerta y volvió a ponerse frente a mi.- ¿Quién es esa mujer Jeon Jungkook?

Jodida mierda...

- ¿Qué mujer?

- Esa tal Jennie, ¿Era la misma que salió de tu oficina cuando yo llegue, no? ¿Quién es?

- Ya te lo dije.

- Me mentiste.- Me señaló con su dedo en señal de clara advertencia.- Se que no tienen ningún parentesco, entonces... Preguntó otra vez.- Peinó su cabello hacia atrás y respiro profundo- ¿Quien mierda es esa mujer?

- En primer lugar no seas irrespetuoso, en segundo esa mujer es una antigua amiga de mi padre y fue una inversionista de la empresa.

- ¿Y que tiene que ver contigo?

- ¿Conmigo? Es una mujer mayor Jimin, tiene más de cincuenta años...

- Me importa una mierda, te hice una pregunta.

- ¿Seguiras respondiendo así?

El se encogió de hombros como si no le importara lo pudiera pasar, porque siempre era así, un retador, un atrevido, siempre fue y seguirá siendo así.

Lleve mis manos al cinturón de cuero que tenía desabrochandolo.

- ¿Que hablaron tu y Minsook?

- Cosas.

- ¿Que cosas?

- Cosas que no te importan, acuéstate.- Le ordene.

- No te quieras pasar de listo conmigo Jeon, te recuerdo que no hay nada que puedas ocultarme sin que yo lo descubra, espero por nuestro bien que eso no sea nada grave.- Me levanté caminando lentamente hacia el, haciéndolo retroceder por inercia.

- ¿Te atreves a amenazarme angel? 

- No fue una amenaza, no podría, señor...

Sabía cuando y como manipularme, por supuesto que si, era un manipulador de primera, le encantaba conseguir las cosas a su manera, tan atrevido y al mismo tiempo amenazante.

Era una bomba de tiempo.

Como si fuera el dueño del mundo.

- Acuéstate boca abajo, ya.

- Si señor.

Nisiquiera ocultaba el sarcasmo en su voz...

Camino directamente a la cama y bajo su pantalón junto a su ropa interior, para acostarse boca abajo con su trasero empinado

Nisiquiera la idea de ser azotado le molestaba, era un masoquista de mierda.

- Serán quince, los vas a contar, no vas a gritar, ni gemir, ni hacer ningún maldito sonido, solo quiero escuchar el conteo ¿Me entendiste?