SR JEON #2 +21

9- Jeon Jimin 2

Jimin

Salí de la habitación directamente a la habitación de mi hijo.

Tan pronto como abrí la puerta lo encontré acostado boca arriba, mirando hacia el techo.

- Ey...- Su mirada se postro en mi rápidamente haciéndolo sonreír, tan hermoso, Minsook era una copia de su padre, aún que tenía ciertos rasgos como los de aquella mujer, como esa piel blanca como porcelana, ojos claros y su nariz respingada, del resto todo era igual a su papá.

Incluso a su edad Minsook tenía un buen cuerpo, con músculos pero no demasiado, era su musculatura natural.

Mi hijo era todo un príncipe, claro que sí.

- Papá...- Se sentó en la cama estirando sus brazos para que yo lo abrazara, tan pronto como ví el puchero en sus labios, fui a sus brazos y lo envolví con los mios.

- Mi pequeño demonio, ¿Ya me dirás que sucedió?

El trago grueso y me miro, con eso ojos de Bambi que tenía, tan preciosos y brillantes.

- Intentaron robarme, ya sabes por ser hijo de ustedes y todo eso.

Cerré los ojos con frustración, al final Jungkook tenía razón...

- Oh cielo, no dejes que eso te frustre ¿Si? No todas las personas en el mundo son malas y malintencionadas.- Acaricié su cabello.

- Es cierto, aún que ojalá y todos en el mundo fueran como tu papá.

Aquello me tomo por sorpresa, Minsook si era cariñoso conmigo, pero sentí que había algo más en todo esto.

- ¿Que sucedió con tu padre?- Sentí su cuerpo tensarse y se alejo de mi abrazo bajando su cabeza.

- Discutimos.- Sus manitos se hicieron puño en sus rodillas.

- ¿Por qué?

- Sabes cómo es, papá.

- Pues, si hubiéramos hecho caso a sus órdenes nada de esto hubiera ocurrido Minsook...

- ¡No es justo!

- ¿Que no es justo?

- Que el... Que tenga que vivir así, encerrado como si todos allá afuera fueran a dañarme, quiero salir y vivir como un adolescente normal.

Sonreí comprensivo y me acerque para acariciar sus mejillas rojizas.

- Cielo nadie allá afuera puede dañarte, no mientras yo viva, tenlo por seguro.

El me miro y sonrió.

- ¿Que quieres para cenar?

- Lasaña.

- Pues lasaña será.- Di un beso en su frente.- Iré con Hyori a preparar la cena para mi bebé.

- Papá, ya soy mayor, soy un hombre.

- Ey cállate, aún eres mi bebé y punto.

El rodó sus ojos y negó con una sonrisa.

- ¡Tienes prohibido darme nietos! No quiero ponerme viejo niño.

- ¡Que dices! Te daré cinco.

- ¡¿Que?!

El soltó una carcajada, entonces ver su cara feliz me hizo ver que ya no estaba abrumado por lo que había pasado y eso me hacía sentir mejor.

No había nada mejor que ver a mi hijo ser feliz, su felicidad era la mía..

Me levanté dejando un beso en su cabello