SR JEON #2 +21

8- Jeon Jimin

Jimin

- ¿A dónde vas?-Le pregunte mientras el abotonaba su pantalón de pinzas.

- Iré a ver a Jin.

Se acercó a mi y dejo un beso en mi frente.

- Volveré en unas horas, no salgan de casa ¿Bien?

Asentí haciendo que el sonriera para luego poner su chaleco y finalmente irse.

Tan pronto como la puerta principal fue cerrada, empecé a buscar mi teléfono.

Si Jeon Jungkook creía que yo era tonto, estaba equivocado.

-¿Si?

- Tae busca un investigador privado y ponlo en contacto conmigo.

- Dios ¿Que piensas hacer?

- Lo que sea necesario

Colgué, mirándome en aquel gran espejo de la habitación, envuelto en una bata de baño, mi cabello levemente mojado y alborotado.

No había nada malo en mi, quizás ahora tenía más edad, pero seguía siendo igual de lindo que cuando era solo un niño, cuidaba tanto de mi, mi salud y mi imagen que algo no conectaba muy bien en esta situación.

Jungkook me amaba de eso estoy seguro.

Entonces ¿Quién mierda es esa mujer?

Cada vez que recordaba su rostro sentía como si quisiera golpear algo con toda mi fuerza, una pequeña incertidumbre, una nueva inseguridad.

Tal vez si fuese mas joven que yo, pero no, no lo es, es incluso mucho mayor que yo.

Demasiado mayor.

Me permiti abrir la bata de baño y mirar mi cuerpo.

Todo seguía igual, por supuesto que con el tiempo mi cuerpo habia cambiado, era un poco más grande y grueso que hace años,pero seguia siendo más pequeño e incluso sofisticado que el de el.

Entonces ¿Que estaba mal?

Porque desde mi punto de vista todo a marchado bien desde que nos casamos, pero ahora me siento en constante amenaza.

Sea lo que sea voy a averiguarlo y acabaré con ello.

(...)

-Este será tu nuevo hogar Jungkookie ¿Te gusta?

El adolescente miraba a su alrededor con cierto pavor, Jungkook tenía quince años, pero era temeroso, siempre era golpeado en su escuela por ser hijo del empresario "Jeon Kyu", lo juzgaban por ser de clase alta e incluso señalaban que se creía más que los demás por lo mismo.

Pero la verdad era que Jungkook era un alma tan humilde y hermosa como la de su madre.

Ella no había nacido rica, era una mujer que había aprendido a ganarse la vida, había trabajado como sirvienta, fue el mismo trabajo que la hizo conocer a su actual pareja y padre de su único hijo.

- ¿Dónde están mis padres? ¿Mama vendrá por mi?

- Oh no... Ellos se fueron de vacaciones y me pidieron que te cuidara.- La mujer se acercó al adolescente quitando la chaqueta de Jean que tenía.

- Pero...no me dijeron nada.- El menor hizo un puchero lastimero, su madre era una mujer amorosa y comprensiva, siempre le decía cuando tenían que viajar o cualquier acontecimiento que implicará alejarse un poco de el.