Capítulo 6

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Girl, I got you so high, and I know you like

So come and push it on me, if it feels alrightWhen you drop it low, and break me offNo, she doesn't mind-indShe doesn't mind-indShe doesn't mind

Sabes que la discoteca es buena cuando ponen temazos como este.

Después de que Jude me diera su (otro) regalo, salimos de la cocina y nos unimos a los demás. 

A eso de la una de la mañana fue cuando nos dirigimos a la discoteca, que estaba a reventar, así que ahora nos encontramos en el reservado; allí habíamos coincidido con algún que otro jugador de fútbol, no del Madrid sino de otros equipos, y pues bueno, lo que comenzó siendo algo más íntimo acabó siendo algo por todo lo alto pero no me quejo, la verdad es que me lo estaba pasando mejor que bien.

Estábamos las chicas bailando y perreando esta canción, con copa en mano cada una mientras los chicos trataban de llevarnos el ritmo y debo decir que alguno me sorprendió. No sabía yo que Fede tuviera pasos prohibidos...

Al acabar la canción, escuchamos como Camavinga hacía aspavientos para que nos acercásemos a la mesa donde se encontraba nuestro grupo. Ya allí vemos como todos tienen una copa de champán en la mano mientras nos ofrecían otra a cada una.

- ¿Habrá que hacer un brindis no? - Dice el francés mirándome. - No se cumplen años todos los días.

- Vale, pero quiero hablar yo. - En ese momento tengo la mirada de todos sobre mí. - No hace ni un año que os conozco y siento como si hubierais formado parte de mi vida desde siempre. No os miento si os digo que al principio estaba cagada por venirme a Madrid; estar lejos de tu familia en una ciudad nueva y no conocer a nadie era algo que me tiraba para atrás, al igual que el persistente miedo de no integrarse, no tener amigos y sentirme sola, pero en el momento en que os conocí supe que no había nada que temer. En Galicia tengo una familia pero en Madrid tengo otra y os aseguro que la mejor decisión de mi vida fue hacerle frente a mis miedos y venirme aquí porque gracias a eso os he conocido a vosotros y... joe no quiero llorar, - me limpio alguna lágrima que estaba a punto de salírseme de los ojos mientras todos me miraban enternecidos - pero chicos, os quiero; no, no os quiero, os amo y sois imprescindibles, así que mi brindis va por vosotros, porque este sea el primer cumpleaños de los muchos que pasaré a vuestro lado. - Levanto la copa y los demás se unen a mí, chocamos las copas y después nos bebemos el contenido.

- Joder María, me he emocionado. - Rodrygo estaba a mi derecha y me abraza de lado mientras deja un beso en mi mejilla.

- Nosotros también te amamos galeguiña. - Vini estaba frente a mí y podía ver perfectamente como sus ojos brillaban mientras lo decía. Amarlos se quedaba corto.

. . . . . . . . . . 

Esta noche os tengo que decir que estaba bebiendo más de lo que lo suelo hacer, aunque en mi defensa tengo que decir que no soy la única. 

Llevábamos ya unas horas aquí y necesitaba mucho una noche así. Después del regalo de Jude, casi no había hablado con él aunque algo me decía que llevaba toda la noche mirándome, llámalo sexto sentido; yo también le echaba bastantes miradas indiscretas cuando él no estaba atento, es que como para no mirarlo, joder que guapo estaba esta noche. 

Basta María, esto no es sano.

Hasta mi subconsciente me regañaba.

Me encontraba sentada, descansando un poco los pies para que los tacones me dieran algo de tregua.

- Venga María, me debes un baile. - Mateo me estaba extendiendo la mano a lo que yo acepté un poco a regañadientes. Estuve a nada de ir a bailar descalza.

- Que sepas que lo acepté por ser tú porque mis pies me estaban matando. - Él se ríe ante mi comentario.

- Ya verás como ahora se te pasa. - Me guiña un ojo mientras afianza su agarre.

Nos dirigimos hacia donde estaban algunos de los chicos y empezamos a bailar al ritmo de la música. Sin darnos cuenta nos íbamos acercando cada vez más hasta que nuestras caras estaban a escasos centímetros, en ese momento sentí como si el tiempo se detuviera y solo éramos él y yo pero no pude evitar acordarme de ciertos ojos marrones aunque él y yo ya no éramos nada. No, necesitaba dejar de pensar en él, yo lo quería pero seguir sintiendo esto no era sano para ninguno de los dos y quizás Mateo podría ayudar a que fuera más fácil olvidarme de Jude; no podía negar que era precioso, esos ojos verdes como esmeraldas, con ese pelo marrón alborotado como lo llevaba siempre más esos hoyuelos que conseguían que cualquiera chica se derritiera... 

Primero dejó un beso en mi mejilla, luego otro en la comisura de mis labios y cuando estábamos a punto de besarnos noto como él se separa poco a poco de mí. Posa su mirada en mí mientras yo lo miro extrañada.

- No quiero que nuestro primer beso sea contigo medio borracha y cuando sé que no es lo que quieres. Podré tener demasiadas ganas de besarte pero no voy a aprovecharme de ti María.- Me habían dejado un poco descolocada esas palabras. Por instinto giro mi cabeza hacia donde, no hace mucho, estaba Jude, aunque ahora él ya no se encontraba ahí. Me separo de Mateo y le sonrío.

- Gracias, de verdad. 

Sofía estaba mirando en nuestra dirección y había asombro en su cara. Me acerco a ella y me siento en uno de los sofás del reservado.

- No sé que he estado a punto de hacer. - Me llevo las manos a la cabeza. - Por una parte quería besarlo pero por otra parte hubiera preferido que fuera otra persona. Joder Sofía ya hace dos meses desde que lo dejamos y estoy como el primer día, no sé que hacer te lo juro.

Coloca una mano en mi espalda a la vez que separa mis manos de la cara.

- Sabes que olvidarse de una persona usando a otra no es la mejor opción, tú misma me lo dijiste, así que mi consejo es que cuando quieras besar a una persona o estar con ella, lo hagas porque de verdad lo sientes no porque quieres olvidar a alguien. Eso no es bueno ni para tus sentimientos ni para la otra persona.

- No si tienes toda la razón, dios es que soy tonta.

- No eres tonta María, el primer amor siempre es el peor de todos.

La abrazo y estamos un rato así hasta que me separo de ella y vuelvo a mirar hacia la pista.

- A todo esto, ¿a dónde se fue? - Ella ya sabía a quién me refería.

- Se fue dirección a la terraza. - Asiento, me levanto y me dirijo hacia allí. Quería hablar con él; aunque no somos nada sentía que se lo debía.

Ya allí miro a ambos lados hasta que lo veo, aunque no me imaginé que vería lo que mis ojos estaban observando. Antes de que se dé cuenta de mi presencia me doy la vuelta y me dirijo otra vez hacia el interior del reservado. Con paso decidido voy hasta donde se encuentra Mateo, que estaba hablando con Hugo y Alejandro; lo agarro del brazo dándole la vuelta y uno mis labios con los suyos.

Él se sorprende ante mi acción y aunque al principio se queda quieto, después me lo sigue.

Quizás fue un arrebato y mañana me arrepienta pero, lo siento Sofía, estaba vez sí que sentía que quería besarlo a él y no al inglés.

Además, si Jude tenía también su boca ocupada con otra persona, yo no iba a ser menos. 

De Madrid al cielo (2ª Temporada) ‖ Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora