Capítulo 7

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Los labios de Mateo eran suaves como la seda. 

Lo que al principio comenzó siendo algo dulce, terminó por intensificarse a medida que el tiempo iba pasando. Nuestras lenguas ya estaban explorando la cavidad bucal del otro para acabar sellando nuestro beso con una mordida por su parte en mi labio inferior. Cuando nos separamos, él me mira con un brillo en sus ojos y puedo ver como en ellos se encuentra la pregunta que quería hacerme.

- ¿Por qué? 

Me pregunta mientras yo le mantengo la mirada; es en ese momento cuando Jude aparece en escena con la chica rubia con la que se estaba liando minutos atrás. Mi mirada se desvía hacia ellos y Mateo lo nota.

- Ah claro, ahora me cuadra todo. - Suspira mientras se lleva una mano a su pelo y lo revuelve aún más. - Mira María, - ahora centro mi mirada en él - creo que la noche ya ha sido lo suficientemente larga, así que me voy a casa porque creo que ya está todo más que claro.

- No Mateo, no es lo que tú piensas. Sí, cuando fui a la terraza los vi besándose pero quizás eso fue lo que necesitaba para darme cuenta de que al que de verdad quería besar era a ti. - Esboza un pequeña sonrisa.

- Con eso me das la razón a lo que acabo de decirte María. De verdad que no pasa nada, disfruta de tu noche. - Trato de agarrarlo del brazo pero él es más rápido que yo. Se despide de todos y es el primero en abandonar la discoteca.

Me giro y me encuentro con los ojos de Jude fijos en mí. Le dice algo a la chica que lo acompaña, a lo que ella asiente y se va por donde había venido, a los pocos segundos él se va en su dirección. 

Ya sé por qué los futbolistas tienen esa fama de ser infieles...

. . . . . . . . . .

Desde todo lo que había pasado, la noche no había vuelto a ser la misma. En cuestión de minutos ha pasado de ser la mejor noche de todas a ser una mierda; no sabía donde se había metido Jude y por una parte casi lo prefería, anda y que le den, no se merece que yo esté así por él; en cambio lo había jodido todo con Mateo, lo había medio usado y me sentía fatal. Al verme tan bajoneada, Vini no había dudado en acercarse a mí y pasar casi lo que quedaba de noche animándome y sacándome una sonrisa. 

La noche estaba llegando a su fin y solo podía pensar en el momento en el que me metiera en la cama. 

- Venga cumpleañera, la última copa, la de despedida. - Aurélien había colocado un brazo alrededor de mis hombros mientras aguantaba a Sofía con el otro.

- Ya lo que me faltaba. - Lo miro a lo que él mientras suelta una carcajada. - Suficiente noche por hoy.

- Os llevo a casa entonces. - Asiento a su petición, le susurra algo a Sofía al oído y ya puedo empezar a intuir por donde van los tiros.

- Y por favor, si vais a hacer cosas mejor iros a tu casa francés, que una quiere dormir.

- Tranquila María, ya lo tenemos todo planeado. - Me guiña el ojo y yo suspiro.

Salimos todos del reservado y cada uno nos dirigimos a nuestros respectivos coches; algún fan reconoce a los futbolistas y se paran a hacer alguna que otra foto pero diez minutos después ya estamos rumbo a nuestro piso. Alejandro se había quedado dormido nada más sentarse, los dos tortolitos no paraban de hacerse ojitos y después estaba yo, un viaje muy entretenido como veis.

Ya en nuestro piso, Sofía coge unas cosas, se despide de nosotros junto con el francés y solo quedamos Alejandro y yo, aunque este último como si no estuviera ya que ni había podido llegar a su habitación sin quedarse dormido; al verlo en el sofá, lo tapo con una manta y me dirijo a mi habitación. Al cerrar la puerta me apoyo en ella y miles de sentimientos comienzan a arremolinarse en mi interior. Mi primer instinto es escribirle a Mateo, me había dejado con mal cuerpo la situación que habíamos vivido y esperaba que mis actos no hubieran arruinado la buena relación que teníamos. Con respecto a Jude... ya no sé ni que pensar, os juro que no lo entiendo, ¿quién te envía flores en San Valentín y a los dos días se lía con otra? o peor aún, se quiere hacer el interesante regalándome una entrada de Harry Styles para que yo caiga rendida a sus pies y después hacer todo lo que hizo. Si lo tuviera ahora mismo delante yo creo que mínimo una hostia le caería y os aseguro que soy la persona más pacífica del mundo, pero este chico hoy me había sacado de mis casillas, es como si el Jude que había conocido y del que me había enamorado fuera otro completamente distinto.

Resoplo y me dirijo al baño a quitarme todo el maquillaje porque yo soy incapaz de dormir maquillada. Pocos minutos después me estoy poniendo el pijama para meterme ya en cama cuando me llegan dos notificaciones. La primera era de Mateo, que me había escrito deseándome las buenas noches y diciéndome que mañana hablaríamos; la segunda me pilla completamente de sorpresa porque era Jude diciéndome que mañana quería hablar conmigo, este chico está de putísima coña; ni que los dos se hubieran puesto de acuerdo oye. A este último le respondo con un cortante "ok.", sí, con el punto incluido. 

Pongo mi móvil a cargar y apago la luz, ¿apuestas para ver cuanto tardo en quedarme dormida?

. . . . . . . . . .

Ojalá poder dormir todos los días hasta la una.

Soy la única despierta así que me dirijo a la cocina lo más silenciosamente posible, ya que tenía demasiada hambre. Allí me preparo algo rapidito y sencillito y al acabar de comer vuelvo a mi habitación. 

Hago la cama, me aseo, y es cuando estaba apunto de vestirme cuando empiezo a notar movimiento por la casa: Ale ya estaba despierto y había roto su récord personal porque eran nada más y nada menos que las tres de la tarde. Me acabo de vestir y me preparo porque en menos de una hora había quedado con Mateo; vendría a nuestra casa porque creo que es el mejor lugar para hablar las cosas.

De Jude lo único que sabía es que se pasaría sobre las diez de la noche porque antes tenía entrenamiento.

Salgo de mi habitación y voy a mi encuentro con Alejandro, que se encontraba en la cocina comiendo un tazón de leche con cereales.

- Muy poco nutritiva esa comida, ¿no crees? - Levanta la mirada de su tazón y rueda lo ojos.

- Esto es la comida de los dioses María. - Me siento a su lado en la cocina y le trato de peinar su alborotado pelo, os juro que lo tenía hecho un desastre. - Te veo muy arreglada, déjame adivinar con quién has quedado, ¿el futbolista bipolar o el médico parche?

Ni con toda la resaca del mundo este chico dejaba de ser sarcástico.

- Lo de futbolista bipolar lo entiendo pero lo de médico parche te equivocas.

- ¿Ah sí? Yo me baso en lo que vi, aunque también te digo, no sé como haces para tener a los chicos más guapos detrás tuya, pásame tips o algo.

- Vete a la mierda anda. - Se ríe y a poco más se atragante con sus Chocapic. - Por cierto, he estado hablando con Sof y me dijo que iba a pasar todo el día con Aurélien.

- Joder, que vida sexual tan activa tienen algunas, como las envidio. - Con resaca está aún más gracioso.

- Bueno pillín, tú tampoco puedes quejarte... 

- A ver dime, ¿con quién has quedado al final?

- No me cambies de tema Alejandro. - Me sonríe mientras sigue comiendo, es un cabrón y lo sabe. - Pues con los dos. - Comienza a toser y os puedo asegurar que casi se le sale la leche por la nariz.

- ¿Cómo que con los dos? 

- Sí, primero con uno y después con el otro y que conste que los dos me dijeron que querían hablar conmigo hoy así que he tenido que cuadrar horarios.

- Guau María, eres mi ídola de verdad.

- Come y calla anda.

Tras dos tazones después, Alejandro fue, este vez, a su cama para dormir la siesta y no molestar, según él. Tiene más cuento que otra cosa.

Cuando quedaban menos de cinco minutos para las cuatro suena el timbre, indicándome que Mateo ya había llegado, así que le abro la puerta; pocos segundos después ya lo tenía delante. Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, lo invito a pasar y cierro la puerta tras él; me quedo unos segundos observándolo mientras de forma inconsciente me muerdo el labio, ¿era yo o últimamente estaba más guapo?

Cuando ya estamos los dos en el salón, cierro la puerta de este para evitar que ningún Alejandro cotilla ponga la oreja y nos sentamos en el sofá, uno al lado del otro.

- Bueno, ¿por donde empezamos?

De Madrid al cielo (2ª Temporada) ‖ Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora