De Madrid al cielo (2ª Temporada) ‖ Jude Bellingham

Capítulo 9

Varias semanas después

- O sea, que si aumentamos la concentración de sodio, el potencial de membrana es negativo, ¿no?

Estábamos Carla, Hugo y yo en la cafetería de la facultad tratando de entender la chapa que nos había echado hoy el profesor en la clase de fisiología.

- Exacto, ya que las cargas positivas del sodio hacen que el potasio salga al exterior de la membrana, repeliéndolo y llevando así el umbral de acción hacia la negatividad. - Tremenda fumada habíamos visto hoy en clase.

- No sé si soy la única que no le ve sentido a esto. - Carla resopla mientras apoya la cabeza en la mesa mientras nos mira a los dos.

- Creo que aún estamos a tiempo de cambiarnos de carrera. - Los dos me dan la razón mientras dejamos los libros de lado y nos ponemos a disfrutar de nuestro tan merecido desayuno.

Hablamos un poco de todo cuando vemos entrar por la puerta a Mateo acompañado por alguno de sus amigos. Le saludo con la mano a lo que él me sonríe, le dice algo a sus amigos y los tres se dirigen hacia nosotros.

- Bueno, pero si tenemos aquí a los tres mosqueteros. - Les digo a lo que ellos se ríen. Los tres nos saludan y Mateo deja un beso en mi mejilla a la vez que se sientan en la mesa con nosotros. 

Creo que hay bastantes cosas que actualizar.

Desde lo ocurrido con Jude, Mateo y yo nos hemos ido acercando poco a poco. Obviamente lo que sentía por Jude no iba a ser algo que fuera a desaparecer tan rápido, y mucho menos que fuera a sentir por otra persona en tan poco tiempo, pero hemos decidido dejarnos llevar, dejar que todo fluya y que pase lo que tenga que pasar. Desde ese entonces Mateo y yo somos... no sé como describirlo, pero lo que sí tengo claro es que amigos, lo que se dice solo amigos, no somos.

Y con respecto a Jude pues bueno, hemos vuelto a coincidir alguna que otra vez pero casi ni nos hemos dirigido la palabra y según fuentes confiable, es decir, Vini, está medio conociendo a una chica pero hasta ahí puedo leer.

Si me preguntáis si estoy contenta actualmente os diría que sí, aunque no os puedo engañar y deciros que aún no siento nada por el inglés cuando no es así, pero soy fiel creyente de que el tiempo todo lo cura y doy fe de que poco a poco, funciona.

Como dice el dicho, despacito y buena letra.

Mateo y sus amigos, David y Pablo, piden lo que van a tomar y tras eso volvemos a nuestra conversación. Les enseñamos nuestros apuntes y les contamos lo que vimos hoy en clase buscando un poco de ayuda ya que son la voz de la experiencia.

- A ver, fisio es una mierda, no os quiero engañar, pero los profesores suelen portarse bastante bien, así que no creo que tengáis mucho problema.

- Pablo, tú eres el cerebrito, tu opinión no cuenta. - Le dice David mientras el otro rueda los ojos. - No pero chicos, si yo aprobé, vosotros también lo haréis, y os lo digo porque fisio la dejé para el último momento y acabó cayendo un 5,8.

- ¿Tú qué dices Mateo? Falta la opinión del último mosquetero. - Le dice Hugo a lo que este se ríe.

- Hugo, ¿no ves que estaba empanado mirando para María? No sabe ni de qué estábamos hablando. - Yo me empiezo a poner roja y Mateo le da una colleja a Pablo.

- Iros todos a la mierda.

. . . . . . . . . .

- ¡Vini! No sé que coño estás cocinando pero está empezando a salir bastante humo.

El brasileño baja las escaleras de tres en tres y a poco más y se come la encimera.

- ¡Merda, merda! - Aparta la olla del hornillo y lo apaga. - No pasó nada, falsa alarma.