Medianoche 5- Eligia

16- Durante la tarde

Una vez llegaron a la pequeña ciudad fronteriza, las personas aun se hallaban mudas, mirando a Eligia como si fuera algo sobrenatural, cosa que era...pero a Ariel no lo miraba de esa forma.
De un momento a otro quisieron adelantarse, tocarla, le comenzaron a hablar y Eligia retrocedió. Ariel se acercó, pero fue peor.
Maurice fue empujado y Kaller lo sotuvo por un segundo antes de hacerlo a un lado como a un fardo.

-es suficiente! - exclamó llamando la atención de todas las personas  con su tono autoritario.

Eligia se agarró del brazo del angel que estaba delante de ella protegiéndola.

-todos se van a calmar ahora, busquen donde acomodarse, se quedarán aqui hasta que llegue la ayuda, por nada del mundo salgan de los terrenos de este hotel- ordenó Kaller- y no van a molestar ni se van a acercar a la chica- señaló a Eligia.

Maurice se quedó callado, habria influenciado a las personas? Probablemente, porque eso que obedescan tan facil no podia ser verdad, aunque...tampoco parecía alguien fácil de desobedecer su amigo. Sonrio ligeramente satisfecho y se encontró con la mirada de Ariel que lo juzgaba.
Ellos mismos buscarian donde quedarse, eataba por caer la noche y dormirian ahi hasta el amanecer, era casi seguro que hasta el dia siguiente llegase cualquier tipo de ayuda...nadie se arriegaria a enviar un eqyipo de rescate con la noche a punto de caer y hasta era probable que no supieran aun lo que había ocurrido con el tren, si acaso se habían perdido las comunicaciones.

Maurice se fue a encargar de pedir una habitación con otro grupo de personas que trataba de pedir igual. El hotel no sr daba abasto, los empleados no sabían que hacer, fueron ellos los que contactaron con las autoridades. El par de angeles dejó la recepción llena de gente nerviosa para ir a la azotea donde estarían más tranquilos, al menos en lo que Maurice conseguia la habitación.
Eligia se había quedado sentada con las piernas juntas apoyando la barbilla junto al barandal de la azotea contemplando el bosque nevado y los pinares que crujían al más leve airecillo.

Ariel se quedó de pie vigilando las inmediaciones del bosque mientras el sol se iba poniendo, pequeñas nubecillas se tornaban naranjas.
Ariel percibió el movimiento de una persona a la orilla del bosque, reconocieron a Kaller que caminaba despacio, con su espada de filo negro que sólo habian visto una vez, la tenia en la mano derecha y la mantenia en guardia baja, como si estuviera marcando una linea mientras caminaba.

Kaller se detenia por momentos para escuchar cualquier movimiento en el bosque. Pero ésta permanecía tranquilo. Terminaba el circulo de protección que rodeaba al hotel para volver al interior.

-Michael- llamaron por esa voz susurrante de la oscuridad, el terror con el que había hecho el trato.

Kaller se quedó inmovil de momento, la voz sonaba mas corporea que antes, que hacia ahí? Cómo los habían encontrado?
Se volvio hacia el bosque, donde estaba mas oscuro, do de toda luz desaparecía y nada reflejaba.

-te advertimos que no hicieras nada para contrariarnos...- Kaller inspiró.

Estaba dentro del círculo, no podían tocarlo.

-no puedes evitar que cierre la puerta..- señaló Kaller - cómo nos encontraste?- quiso saber.

-a ti, no a tus compañeros. Te toqué para traerte de vuelta, puedo encontrarte en cualquier lugar.- dijo en tono complacido el terror.- además tengo algunos de tus recuerdos y aun me debes otros más.

Kaller se quedó mirando la forma oscura.

-es bueno saberlo, ahora tendré que buscar la forma de perder tu marca, si es que no me engañas con eso..

-porque te engañaría?- la sombra río y varias aves salieron volando de entre los arboles.

-si acaso yo no puedo encontrarte, puedo usar a otros para hacerlo. Creés que tus compañeros te apoyan al cien por ciento?- inquirió la sombra para desvanecerse momentos después.