EXTRA DE LA SEMANA

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Mientras tanto en otro lugar, ese mismo día.

Tanya.

Detengo el auto a unas cuadras de la casa de mi hermano y atiendo una llamada desde un número ruso. Tras asegurarme de que no hay nadie alrededor, respondo, escuchando la voz masculina que me grita.

—Мне нужны новости, Ван Уилт!

< <Мне нужны новости, Ван Уилт: necesito noticias, Van Wilt.">>

—Relájese, señor. —le pido en Ruso. -han ocurrido cosas curiosas con el regreso del heredero.

—¿Cómo qué cosas? —increpa. —deja el jodido drama y habla de una vez.

—Como el hecho de que ahora quien adoptó a Ciel es Annie Sprouse, la supermodelo que Stefano y Said observaban con atención, es una Mustia.

—¿Y qué te hace pensar que les interesa? —increpa. —bien puede ser también un juguete que vayan a dejar en unos meses, como hicieron contigo.

Su comentario despierta en mí el deseo de estallarle los sesos, aunque molesta reconocer que tiene razón. Said y Stefano son unos narcisistas incapaces de comprometerse en una relación seria. En su vida, solo hay espacio para sus propios deseos, y sus costumbres implican utilizar a las mujeres como juguetes desechables. Han tratado así a muchas mujeres, incluyéndome, pero yo no soy como todas ellas.

—Manténgala bajo vigilancia; quieren tenerla cerca debido a que tiene la custodia del chico. Podrían quitárselo fácilmente, pero eligen no hacerlo. ¿Cuándo he mentido?

Un silencio se apodera de la llamada un momento antes de que una profunda respiración rompa el aire desde la otra línea. Kreslina ha sido el enemigo de los Hills desde que tengo memoria, ambas mafias han tenido enfrentamientos horribles y puede que sea traición de mi parte, pero es una venganza hacia ellos por haberme Tratado como basura, y de paso puede que también pague una zorrita.

—Si descubro que me involucras en tus problemas amorosos, te prometo que te haré pedazos y esparciré tus restos por todo Washington yo mismo.

—Se lo juro, señor. —Corta la llamada y dejo el celular sobre mis piernas con una sonrisa de satisfacción para encender el auto y terminar de llegar a la casa, aparco el auto en el estacionamiento y bajo de este para entrar a la casa y subir al segundo piso de la casa, dirigiéndome hacia la habitación de mi hermano.

Acercándome a la puerta, me quedo quieta al oír los sonidos que emanan de la habitación: la cama cruje, gemidos femeninos dobles entrelazándose con gruñidos varoniles.

—El señor ordenó que no dejara que nadie lo molestara. —me informa Moira, la trabajadora de la casa.

—Oh, qué tristeza, pero yo no soy nadie; soy su hermana. —exclamo antes de golpear la puerta con ambas manos. La mujer baja la mirada y se retira, cumpliendo con su labor. Solo deseo que ese insensato salga de esa maldita habitación.

—¡¡Nils!! —le grito. —¡¡Deja de coger con esa puta y sal, Nils!!

Golpeo la puerta hasta que cede; él está frente a mí, ajustándose una bata de baño blanca. Detrás de él, dos mujeres desnudas se encuentran en la cama, intentando cubrirse con las sábanas. Una pelirroja y una castaña, con cuerpos exuberantes y curvas pronunciadas, con pechos excesivamente grandes, justo como a él le gustan.

—Estoy ocupado. —me dice con frustración.

—No me importa, apúrate a limpiarte y vestirte. —le respondo.

—Esto es importante.

—Pregúntame si me importa.

Me acribilla con la mirada antes de dirigirse a las mujeres.

Cautiva De Dos Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora