Capítulo 11:Recaída.

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Annie.

10:00 AM. Sábado.

Es curioso que Logan no haya ido al partido de fútbol de Louis, pero está bien. Ciel fue en su lugar, y Mavis está profundamente dormida. Aproveché que Bruce se fue temprano para tener un momento para mí. Decidí prepararme una taza de té y disfrutar de su sabor mientras estoy sola. Subo a buscar mi celular, que dejé cargando en la habitación, pero mi búsqueda se ve interrumpida por un extraño sonido.

Es como si un sonido de tos y ahogo resonara en mis oídos, una alarma estridente que me hace correr hacia la habitación de Mavis. Al abrirla, la encuentro dormida, pero Boomer yace tranquilo en su cama, lo que enciende todas las alarmas de mis sospechas. Sin cerrar la puerta, corro hacia la habitación de los gemelos, solo para presenciar la escena más desgarradora e inimaginable.

No.

Otra vez no, por favor...

-¡LOGAN! -Mi grito surge desde lo más profundo de mi ser mientras me lanzo hacia mi hijo, quien convulsiona descontroladamente. Yace boca abajo, sus manos retorcidas, expulsando una mezcla de saliva y sangre de sus labios, sus ojos clavados en la pared. Las lágrimas brotan sin control de mis ojos mientras, en mi desesperación, intento moverlo fuera de la cama y abrir su boca, pero su feroz mordida me hace retroceder, temiendo perder mis dedos en el intento.

-¡URIEL! ¡MAVIS, ALGUIEN! -Grito con desesperación y sollozos, intentando arrastrar a mi hijo hacia afuera. -¡QUE ALGUIEN ME AYUDE! ¡POR FAVOR, QUE ALGUIEN ME AYUDE!

Los ladridos de el perro se hacen presentes con toda la algarabía y Mavis se acerca con lágrimas y shock para ayudarme con su hermano quién solo cae inconsciente. -¡LOGAN! ¿¡QUÉ LE PASA, MAMÁ?! -pregunta con un llanto tembloroso, tratando de tomar a Logan como puede y ayudarme a bajar unos escalones con él, tratando de no tropezar pero por suerte Uriel entra a la casa con unos tres hombres y se apresura a ayudarme con mi hijo para llevarlo a un auto mientras Mavis y yo vamos detrás de ellos y yo entro al asiento trasero con mi hijo, besando su frente y pasando mis manos por su azabache cabello en un momento de desesperación.

-Estarás bien, bebé, vas a... -hago una pausa para abrazarlo como puedo tratando de no quebrarme en el momento. -vas a estar bien...

-¿Qué fue lo que pasó, señorita Sprouse? -pregunta Uriel después de un breve silencio, mientras Mavis observa a su hermano con preocupación, acariciando su frente, y yo intento calmarme, secando las lágrimas de mi rostro.

-Convulsionó. -confieso en un susurro, mi voz quebrada por la emoción. -Lo sospechaba, pero nunca imaginé que recaería de esta manera. Perdóname, bebé. -le hablo a mi hijo inconsciente, apoyando mi frente en la suya, dejando que las lágrimas bajen por mi rostro. -esto es mi culpa.

-No lo es, mamá. -me consuela Mavis entre lágrimas, sujetando mi mano mientras Uriel acelera para llegar lo más rápido posible al hospital.
Los médicos nos reciben apresuradamente y colocan a Logan en una camilla rodante, llevándolo rápidamente a una sala. Mis pies tropiezan mientras los sigo, rogando en silencio que mi hijo no me abandone. Sin embargo, las enfermeras me detienen y me dejan afuera.

-Es por su propio bien, señora Whitman -me advierte una de ellas. La miro con los labios temblando y las lágrimas desbordando mis mejillas. -Entiendo su preocupación, pero en este momento es crucial que el joven permanezca tranquilo. Si usted está nerviosa, podría estresarlo aún más y dificultar su estabilización.

Con un nudo en la garganta, observo cómo la enfermera se adentra en la habitación. Estoy a punto de quedarme ahí de pie, perdida en mis pensamientos, cuando Mavis me saca de mi ensimismamiento y me lleva hacia la sala de espera. Tomo asiento entre ella y Uriel, mientras un silencio tenso se apodera del ambiente. De repente, el tono de llamada de Uriel lo hace saltar ligeramente en su asiento y rebuscar en sus bolsillos de su blazer para sacar el dispositivo.

Cautiva De Dos Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora