Capítulo 10:pacto Hills.

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Uriel.

El cementerio está de fiesta, más comida para los gusanos, otra alma en pena que al cielo no va y creo que eso lo sabemos muy bien los señores Whitman y yo. La señorita Annie se encuentra abrazada del brazo de su esposo, con una boina negra, un vestido negro por encima de las rodillas y guantes a juego, que resaltan el azul de sus ojos. A mi lado está Mavis, sosteniendo la cadena de su cachorro lobo siberiano rojo mientras lo carga. La mayoría de nosotros vestimos de negro, incluyendo a Ciel, la señorita Annie, Logan y Louis.

Ciel, Bruce, Logan y Louis llevan esmoquin negro, con la única diferencia de que Logan usa lentes para protegerse del sol. Mavis luce radiante con un vestido rosa pastel adornado con un cinturón negro, complementado con un elegante sombrero largo que tiene una rosa del mismo color del vestido, creando un suave escote en V que deja entrever un poco el inicio de su pecho generoso. Además, lleva una delicada cadena con un discreto diamante justo encima.

Mis ojos vagan hacia el comienzo de sus senos sin permiso, pero la culpa me sobrepasa, forzándome a aclararme la garganta y apartar la mirada si n que ella o alguien lo note. Ella es la única que no está vestida de negro aquí, y por eso mismo ha recibido una severa reprimenda de su padre.

-En los años que llevo viviendo en Seattle, ha sido un lugar seguro. Raramente se han presenciado este tipo de incidentes, pero estoy alarmado por el modo en que fui atacado y cómo esa violencia se llevó la vida de una mujer inocente. -menciona el señor Bruce, tomando un respiro antes de continuar. -Leana Davis, hoy nos despedimos de ti por lo que eres: una excelente colega, hermana, hija, y sobre todo, una mujer excepcionalmente inocente. Es por eso que estoy aquí, junto a mi familia, mis seis mejores amigos, mi amada esposa, mis cuatro hijos, incluso nuestro amigo de cuatro patas.

Con mi mano cubro mi boca para sofocar la risa, luchando por transformarla en una tos disimulada. ¡Vaya espectáculo con prensa y todo! Si yo fuera el muerto, me estaría retorciendo en mi propia tumba. Todos envidian a los Whitman, pero nadie sospecha lo que ocurre tras las puertas cerradas de su mansión. Entre tanta farsa, preferiría que me lanzaran al fuego y me convirtieran en cenizas de una vez. -En nombre de los Whitman, Leana, te aseguramos que lucharemos por la justicia para ti y tu familia. -declara, recorriendo a los afligidos, donde una anciana, posiblemente la madre de la muertita, asiente entre sollozos, como si fuera la misma María Magdalena. -Que Dios te reciba en su santa gloria y te conceda el descanso eterno, amén. -concluye, poniendo fin a su discurso. Los gemelos Whitman, Ciel y la joven a mi lado lo observan con una expresión de confusión mientras susurran entre nostalgia. -Amén. -respondemos todos al unísono, aunque el ambiente parece más cercano a un episodio de comedia que a una reunión de condolencias, ni haciendo el ayuno o rezando los veinte padres nuestros cambiará algo; esa mujer en Paz no descansa, va derechito a quemarse en las pailas de el infierno.

Cuando las cámaras enfocan a la pareja de los "Esposos Perfectos", registrando el momento en que Bruce intenta besar a su esposa en los labios, pero ella aparta gentilmente su rostro, recibiendo el beso en la mejilla mientras sonríe encantadoramente a la cámara, tengo que tapar mi rostro para contener la risa. Nunca antes había presenciado tanta falsedad, especialmente en un entorno que, a pesar de no merecerlo, se etiqueta como "familiar".

Cautiva De Dos Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora