Capítulo 13:Cita.

147 10 0
                                    

Mavis.

El sonido de la campana que anuncia el recreo me hace levantar la cabeza del examen de matemáticas. Suspiro aliviada y le lanzo una mirada agradecida a mis amigas Paulina y Dayhan.

Ellas ya han recogido sus mochilas y se dirigen a entregar sus exámenes al profesor, deteniéndose en la puerta para esperarme. Sigo su ejemplo, me cuelgo la mochila al hombro, entrego mi hoja y me apresuro hacia ellas, murmurando maldiciones en voz baja mientras nos dirigimos al abarrotado pasillo y hacemos fila para el desayuno.

—El examen estuvo fácil —comento vacilante.

—Lo dice la que me lanzó un trozo de goma de borrar para preguntar las respuestas —reprende Pau regañándome con la mirada.

—Pues yo creo que, mínimo, mínimo —acentúa Dayhan, con la vista fija en su celular mientras se echa su largo cabello hacia atrás—, me saco una B.

—Yo debería sacar al menos una B o una C —dice Pau.

—Que no se note que no estudiamos nada —bromeo, riendo, mientras abrazo a mis amigas y nos dirigimos al gran comedor, elegimos unas bandejas, esperamos nuestro turno y nos sentamos en nuestra mesa habitual.

De golpe un puño se apoya en nuestra mesa haciéndonos levantar la mirada con entrega para observar a una simpática chica de labio perforado por un piercing Labret Central que adorna unos labios carnosos con una pintura de labios de un áspero morado, ojos de un marrón claro, piel de un cálido bronceado, lleva su cabello corto y suelto. Viste una camisa corta de color lavanda, acompañada de una chaqueta de un suave tono crema. Su falda corta es de un vibrante azul cielo, complementada por unos zapatos blancos.

—Hola hermana, mi amigo dice que eres muy guapa y quiere conocerte —dice de repente. Mis amigas me miran confundidas mientras la desconocida parece llamar al supuesto amigo.

Su inglés es peculiar, dejando claro que no es originaria de Estados Unidos, pero lo que más me sorprende es la seguridad con la que se comporta. —Amiga, ¿cómo te llamas? —pregunta sin rodeos.

Miro de reojo a Paulina y Dayhan, que parecen más confundidas que yo, pero decido enfrentar a la desconocida y le extiendo la mano como corresponde. —Me llamo Mavis.

—Mavis, mi amigo quiere conocerte —repite sin tomar mi mano, obligándome a bajarla. —Es tímido, el idiota, pero para la próxima, por cierto —dice antes de volverse hacia Dayhan. —Bonito bolso —añade, regresando a su mesa como si nada. Aún atónita, miro detrás de mí y veo a Logan, que deja su bandeja a un lado, seguido por Ciel y Louis.

—¿Quién invitó a los clones? —bromea Dayhan.

—Ay, Vickiiii, cállate, loca, que no te soporto —responde Louis en tono de broma.

—Cállate, Lojuis —dice Dayhan, tratando de contener la risa.

—Aaaaaaay Vicki, Vicki, vamos a agarrarnos a mano —se burla Logan en broma, soltando una risa estridente que me hace reír, ya que en lugar de parecer una risa, suena como el gemido de una tortuga.

—Pónganse serios—reprende Ciel con una sonrisa antes de dar un buen mordisco a su sandwich para tragar cómo un animal.

—Pasó algo raro —hablo.

—¿Qué? —habla el rubio con la boca llena, luchando por no reírse de mi reacción de asco.

—¡Ciel! —reprendo.

—Ya, ya —dice cuando traga —¿qué pasó?

—Pasó que esa chica de allí —informa Paulina, mirando disimuladamente hacia la mesa alejada, donde una extraña está rodeada de chicos y chicas, mientras yo muero de pena porque los tres imbéciles que tengo de hermanos voltean a ver la mesa sin una pizca de disimulo.

Cautiva De Dos Sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora