XIV - ATAQUE VERBAL

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Retiro lo dicho. No estoy para nada listo. Ese hombre es más grande que Axel y eso que Axel tiene mucho de qué hablar. ¿Cuántos años puede tener este líder? ¿Por qué tiene tan buena forma? Es enorme incluso desde lejos, no me quiero acercar a ese lugar.

Inconscientemente aprieto la camisa de Axel, quien se encontraba al lado mío, e intento esconderme detrás de él sintiéndome demasiado pequeño a pesar de que el líder se encontraba a muchos metros de nosotros.

Simplemente noté su tamaño porque la persona al lado de él no le llegaba ni siquiera al hombro, ¿qué rayos?

Es un gigante.

─Tranquilo, Oliver ─acaricia su cabello suavemente.

─P-Pero... ─aprieta más fuerte la camisa de Axel sin despegar la vista del líder que se encontraba a lo lejos.

─Ey, mírame ─sostiene la mano con la que Oliver apretaba su camisa y acaricia sus nudillos para calmar al más bajo─ estoy aquí contigo, Oliver. ¿Crees que dejaré que te hagan daño? ─mirándolo fijamente. Sus ojos transmitían paz mientras destilaban de un brillo extraño que removió algo en el interior de Oliver causándole sensaciones desconocidas y que jamás había sentido. Sus ojos eran tan hermosos como dos preciosas Aventurinas que brillaban en la noche al igual que dos estrellas; no, eran mucho más hermosos que todo eso. Sus ojos irradiaban una gran serenidad, honestidad y templanza, pero también dominancia, protección y misterio. Si sus ojos estuviesen compitiendo contra las gemas más preciosas de todo el mundo, ellos hubiesen ganado porque no hay gema que se compare a tal grado de perfección. No las hay. O así lo sentía Oliver─ ¿Oliver?

No me había dado cuenta que habíamos dejado de caminar y ahora Axel me observaba al haberme quedado perdido en sus ojos. Siento mi rostro calentarse a pesar del viento nocturno y frunzo el ceño. ¿Qué mierda me pasa?

─Yo... Disculpa... ─desvía la mirada─ no me conoces, no puedes simplemente defenderme.

─Mmm... Tienes razón ─pensativo─ pero quiero hacerlo.

─¿Qué? ─lo mira con extrañeza.

─Quiero defenderte ─mirándolo─ confío en ti, Oliver.

─¡...! ─abre los ojos con sorpresa─ tú... Estás loco ─desvía la mirada, frunciendo el ceño con el calor subiendo otra vez a su rostro.

─... ─parpadea un par de veces mientras lo mira y empieza a reír─ Claro, lo que tú digas ─riendo mientras desordena su cabello.

─¡Hey! ─hace un pequeño puchero y se arregla el cabello.

─Vamos ─ríe levemente y pasa su brazo alrededor de los hombros de Oliver, atrayéndolo hacia él para reconfortarlo.

Tomo una bocanada de aire y empiezo a caminar junto con Axel, quien no se separó en ningún momento. Empezamos a acercarnos sintiendo los nervios retenidos en mi pecho.

A pocos metros siento como los nervios crecen y me hacen tragar saliva en un intento de controlarlos.

─Padre ─da un leve asentimiento con la cabeza y suelta a Oliver, pero se mantiene a su lado, quien abrió los ojos como plato al escuchar cómo lo llamó─ les presento a Oliver ─lo mira.

─Un gusto ─hace una pequeña inclinación con la cabeza de manera inconsciente, nervioso.

─Bienvenido seas a nuestro clan, Oliver. Mi nombre es Finn y soy el líder, como podrás notar ─mirándolo detenidamente.

─Esos de allá son Aiden, Judy y Caleb ─presenta Axel a Oliver, quien asintió en respuesta y reconoció a la chica, pues esta fue la que intentó ayudarle con las heridas.

Un Secreto En La Sangre (Libro 1 - Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora