Un Secreto En La Sangre (Libro 1 - Corrigiendo)

XXXVII - PERSPECTIVA DE JUDY

~Judy~
Desde que llegó aquí supe que había sufrido demasiado. No lo digo por el hecho de encontrarlo inconsciente cuando Axel lo trajo o por las heridas recientes del bosque, sino más bien de un retroceso hacia atrás cuando aún no tenía el coraje de escapar.

Su cuerpo lleno de heridas viejas y de su conducta temerosa a ser lastimado. Cuando explicó lo que sucedió en su casa frente al líder y los demás me dieron ganas de abrazarlo y decirle que ya más nunca le sucedería algo igual; fue tan valiente al decirlo que sentí impotencia de no poder hacer nada por su justicia.

Pensar que los humanos son tan malvados me repugna y me hace querer despreciarlos por el resto de mi vida, pero por personas como él es que no los odio. Porque sé que hay personas que sienten, que son amables, buenas y que tal vez no tienen la vida que merecen y no saben el por qué.

Oliver es valiente y jamás me harán cambiar de opinión.

─Judy, lleva esos papeles a la oficina de la enfermera superior.

─Está bien ─los sostiene y comienza a caminar hacia su destino.

Oliver es sensato, pero aún es un niño. No se cómo ha podido sobrevivir todo este tiempo con un padre como el que tiene. Me da algo de pena, por eso he estado todo este tiempo intentando ir a la cabaña de Axel en mis tiempos de descanso para poder hablar con él, pero siempre tiene una excusa que le da a Nora y no puedo hacer nada con ello.

Creo que se tomó muy a pecho las palabras de Caleb de que todos le tenían lástima y en parte es cierto, pero eso no es malo. Me siento mal por él y quiero ayudarlo; no se cómo, pero quiero hacerlo. Debe de haber alguna manera en que me quiera escuchar.

Miro a la secretaria, quien ya se encontraba mirándome. Se dice que ella fue la culpable de todo el desastre; nadie cree ese débil rumor al ser dicho por una sola persona, todos se dejan llevar por el que dice que Oliver se descontroló por unas cuantas palabras y una situación se desató al querer desafiar a la secretaria.

Pero yo no pienso así. Creo que realmente fue ella la culpable, ya que ella suele ser muy problemática y nunca me generó mucha confianza. Tal vez todos le creyeron porque últimamente ha estado tranquila y porque Caleb la respaldaba, pero Caleb le cree todo tipo de cosas al estar enamorado de ella.

Paso de ella y toco directamente la puerta de la oficina.

─Abuela, soy yo, Judy.

─Pasa, mi niña.

Miro a la secretaria, quien hace una mueca y regresa su mirada a la computadora con el ceño fruncido mientras yo abro la puerta y paso, cerrando la puerta a mis espaldas mientras la enfermera superior alza la mirada de los tantos papeles que tiene apilados frente a ella.

─Hacía tiempo que no me llamabas abuela por voluntad, ¿a qué se debe este agradable suceso? ─dice suavemente mientras deja el bolígrafo a un lado mientras la mira.

Era verdad. En realidad yo no soy su nieta, pero había pasado gran parte de mi vida con ella, para no decir que toda. Axel y yo somos como hermanos y nos tratamos como tal, aunque muchos malinterpreten nuestras acciones. Axel es como mi hermano menor, a pesar de que no aparenta ser menor que yo.

─Quise hacerlo...

La razón era simple. ¿Ella no había dejado pasar a Oliver? Yo pasaría sin necesidad de anunciar mi llegada a través de ella. Después de todo soy la sucesora de la enfermera superior y ella ya me ha dado el permiso, pero no lo había hecho hasta ahora. Así como hizo sentir a Oliver, ella no es nadie a mi lado.

─¿Hay algo que te tiene preocupada? ─cuestiona mientras Judy deja los papeles sobre el escritorio, a un lado de los demás.

─No... Bueno, solo un poco. Lo de hace unos días... ─baja la mirada.