Capítulo 7

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No se atrevía a levantar los ojos del suelo. Sus dos compañeros le miraban esperando una respuesta por su parte, pero no encontraba las palabras necesarias para dejarles claro que Bill era inocente de todo lo pasado.

—Tom, en los pasillos hay rumores—le explicó Gustav en voz baja—Se habla de un hombre muerto y el nombre de Bill se relaciona con él.

¡Genial! Ya lo sabía la mitad del hotel, solo había que esperar que alguien se fuera de la lengua y diera la exclusiva. Entonces si que habría perdido a su hermano para siempre, si no lo había hecho ya.

—Fue de muerte natural—murmuró entre dientes.

—¿Bill estaba con él?—preguntó Georg sin poderse contener.

Gustav le dio un codazo en el estómago, no era asunto suyo la tendencia sexual del cantante. Tom levantó la mirada y fulminó con ella al bajista, quien solo puede ponerse colorado y mirar hacia otro lado.

—Tom, dile a Bill que estamos de su parte, pase lo que pase—dijo Gustav con firmeza.

—Es inocente, del todo—murmuró Tom de igual manera—Que os quede bien claro.

Pasó entre ellos y se dirigió a la nueva habitación que le habían dado. Se encerró en ella rompiendo a llorar apoyado contra la puerta. Por su culpa, su hermano estaba viviendo un infierno. No sabía como pudo atreverse a pedírselo, y menos aún como Bill aceptó de buenas a primeras.

Si las cosas fueran al revés, no sabía si se atrevería a pasar por lo que estaba pasando su hermano, a ocupar su lugar y proclamar a los cuatro vientos su homosexualidad.

Dejó de llorar al cuarto de hora cuando el móvil resonó en el bolsillo de sus pantalones. Se puso de rodillas y lo sacó con manos temblorosas. Era su madre la que llamaba. Cogió aire y descolgó.

—Mamá—saludó con voz llorosa.

—¡Tom! ¿Estás llorando?—preguntó Simone asustada.

—No puedo evitarlo—contestó con sinceridad.

—He hablado con tu hermano, lo está pasando muy mal—susurró Simone.

—Lo sé...lo siento mucho...—sollozó al móvil.

—Prométeme que estarás a su lado, ahora te necesita más que nunca—pidió Simone desesperada.

—Lo intentaré—respondió Tom sin mucha convicción.

Después de lo que había pasado, dudaba que su hermano le acogiera de nuevo a su lado. La última vez que le vio le dirigió una fría mirada y sus palabras fueron duras y bien ciertas.

Se despidió de su madre y se levantó. Se sentó a los pies de la cama y miró la pared de enfrente como si no la viera, recordando lo que sucedió cuando su hermano y él se cambiaron de habitación...




10 HORAS ANTES

Tras cerrar la puerta, echó a correr por el pasillo hasta dar con la habitación de su hermano. Se encerró en ella y como un niño pequeño se metió en la cama y se tapó con la sábana hasta la cabeza. Todo su cuerpo era un manojo de nervios, temblaba sin poderlo evitar y también se echó a llorar.

Cayó dormido entre lágrimas, despertándose cuando el sonido del móvil le anunciaba que Bill había sido arrestado y se lo llevaban. Habló con David con voz adormilada y se puso en marcha. Se alisó la ropa que llevaba y se reunió con él en el vestíbulo del hotel, teniendo que aguantar la dura mirada del director.

I will sacrificeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora