Capítulo 10

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Soltó en un suspiro todo el aire que había retenido desde que su hermano soltara su discurso. Estando a su espalda, se sentía a salvo. Sabía que su padre estaba muy decepcionado, y sobre todo enfadado. Porque sus dos hijos el habían salido raros...

También sabía que su madre estaba disgustada, no por el hecho de que Tom hubiera reconocido al fin, aunque ya tarde, todo lo que había pasado y también su homosexualidad. No, su madre estaba muy afectada por la manera en la que había expresado por los dos lo que ambos sentían hacia su padre: un odio intenso.

Y Gordon,... solo podía quedarse en la puerta, atento a defender a esa familia que había logrado criar y amar como si fuera la suya propia. Desde que su mujer le confesara una noche entre lágrimas el calvario por el que habían vivido ella y sus hijos, odió con todas sus ganas al padre de los gemelos.

No sabía como habían podido vivir 7 años con ese sufrimiento. Simone le confesó que lo hizo por miedo, sus hijos eran aún muy pequeños y ella confiaba que su marido cambiara con el tiempo.

Pero no sucedió nada de eso. Consiguió el divorcio sin mencionar las palizas y Jörg se dio satisfecho por eso, más porque a escasos meses se casaba con él y la pensión que le tenía que pasar era solo para sus dos hijos.

Pero los malos tratos se siguieron sucediendo, la señal de la cara de su hijastro pequeño lo confirmaba. Solo fue una bofetada, pero podía haber sido más. Y ahora que el otro confesaba su homosexualidad, las cosas se podían descontrolar.

—Estás bromeando—logró decir Jörg al cabo de unos minutos.

Miraba a su hijo mayor como sin verlo, esperando que le dijera que solo lo había hecho para defender al cobarde de su hermano pequeño. Pero le vio negar con la cabeza y apretó las manos en dos fuertes puños.

—Toca a uno de mis hijos, y esta vez si que te denuncio—dijo Simone con dureza.

Se había cansado de esperar a que cambiara, de creer que ya estaban a salvo. No sabía como podía mirar a la cara a sus hijos, haber permitido que les tratara con esa furia que se acumulaba en su cuerpo día a día.

Pero esa noche dijo "basta". Por el bien de todos, por el de sus hijos, y sobre todo por el del más pequeño. Con él era con quien más se ensañaba su ex marido, desde que comenzó a vestirse de esa manera y a maquillarse. Le decía que eso solo lo hacían las mujeres, que él no tenía una hija si no dos hijos.

Pero con el mayor las cosas tampoco es que fueran muy diferentes. En parte le culpaba del estado de su hermano, si no estuviera pendiente de las miles de chicas que le rodeaban, hubiera podido hacer algo. Hablar con él y hacerle ver que estaba en el camino equivocado...

Aunque después de su confesión, todos estaban muy, pero que muy equivocados.

—No te atreverás—rió Jörg.

—Pero yo sí—dijo Tom con firmeza—Puedo ir a la policía y contar la verdad, explicarles que fui yo y de paso contarles el gran apoyo que he recibido por parte de mi padre.

— ¡Esto es todo culpa tuya, Simone!—gritó Jörg—Has educado de pena a nuestros hijos, uno te ha salido un mentiroso y el otro es un maldito marica....

— ¡Fuera!—gritó Gordon esa vez dando un paso.

No iba a quedarse quieto viendo como humillaba e insultaba a su familia, escuchando lo que realmente pensaba de sus propios hijos. Estaba muy cerca de él, solo tenía que estirar una mano, cogerle del cuello y arrastrarle él mismo fuera de sus vidas.

Pero vio como sus hijastros y su mujer le miraban con miedo. Sabían de la violencia de Jörg y temían que le hiciera daño a él también.

Pero no fue necesario intervenir. Jörg se cansó de la lamentable visión que tenía delante, se cansó de ver que había fallado como padre al tratar de educar a su manera a sus hijos. Solo se encogió de hombros como respuesta y abandonó la casa, para siempre con un poco de suerte.

I will sacrificeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora