𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳; 𝘝

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𝘚𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘖𝘭𝘥𝘦𝘳
꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

𝘚𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘖𝘭𝘥𝘦𝘳꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

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⋆。˚𝖢𝗁𝗈𝗉𝗌𝗍𝗂𝖼𝗄𝗌˚。⋆

Lorenzo pide una bebida de pareja, trato de disimular mi incomodidad y asiento. Eran solo dos malteadas del mismo sabor con un ingrediente secreto que difiere de las demás bebidas. Un desperdicio de dinero. Era lo mismo que una malteada común. Cuando las malteadas llegaron la mesera traía consigo unas flores, unos girasoles. Prefiero los tulipanes. Aún así, agarré el ramo encantada. Tenían una nota. Abrí la nota: Me gustas mucho, Regina. Observé la nota un buen rato. ¿Quieres ser mi novia?

¿Qué no había entendido? Yo estaba bien así. Nuestra relación estaba bien, solos dos chicos que salen de vez en cuando. A mi al rededor casi todos en la cafetería nos veían, me sentí como esas mujeres a las que se les propone matrimonio en un restaurante de lujo. Incómoda. Presionada. Pero la situación era distinta, no era matrimonio. Y además de los otro, yo no estoy enamorada. No puedo decir si, pero tampoco puedo decir no. No pensé que ese día llegaría.

Lo observé, esperaba paciente y con un brillo en los ojos. ¿El en serio piensa que correspondo? Es mi culpa. Yo incentive aquello. Yo le di esperanzas y tal vez, sin notarlo, lo hice para olvidar a Enzo. Aunque su compañía me aburre, aunque no me es interesante, aunque me burlo de su torpeza, aunque sea de mi edad, pero con él es posible. Quisiera poder despertar de esa pesadilla, de no lastimar a nadie.

—Eres la única chica que he amado, Regina.

No hables. Me haces sentir peor. Trague saliva, deje el ramo sobre mis piernas y volví a leer la nota. ¿Por qué? Aunque no lo había notado era verdad, Lorenzo y el tenían cierto parecido. Incluso el jodido nombre. Me recuerda a él, pero no lo es. No está cerca. Muero por estar con Enzo en una cafeteria, bebiendo esas estúpidas bebidas, desperdiciar mi dinero a su lado. No con Lorenzo.

—Podemos intentarlo —terminé.

Lorenzo me quiso llevar a casa, me negué. Tomé el autobús y me detuve cuadras antes de mi casa. Me estaba asfixiando allí dentro. Corrí y corrí tanto como pude, Matteo jugaba en la sala, al verme tan alterada puso pausa y se acercó a mí. Lo abracé.

—Tengo novio y se siente horrible.

—¿Por qué? —rió y me apartó de él con cuidado —. ¿Es el pibe de cejas gruesas?

—Lamentablemente —susurré.

—¿Por qué aceptaste si tanto lo odias?

—No lo odio pero... fue presión. Sentí presión y acepté. Quiero morir..

—Ya, ya, mejor jugá conmigo, anda.

Someone Older // Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora