𝗦𝗼𝗺𝗲𝗼𝗻𝗲 𝗢𝗹𝗱𝗲𝗿 || Baby, am I a little secret?
Eighteen, I'm old enough to keep it
Yeah, guys my age just aren't the same
I'm young and that's okay.
Regina Menccina se enamoro del mejor amigo de su hermano, se emborrachó en su fiesta de cu...
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Había estado corriendo, huyendo y escondiendo mis sentimientos. No, no podía ser. Yo no podía querer a Enzo Vogrincic, era casi un pecado. Había mucho en medio, y yo sólo una niña solitaria con ganas de comerse al mundo. Pero hoy parece que todo aquello ha terminado. Los lugares se distorsionaron, los sentimientos se aceptaron y la aventura empezó. Su pie me patea por debajo del comedor, hago una mueca pero nadie lo nota, le devuelvo con las fuerza el golpe. El no disimulo ni un poco pero todos entrevistaban a Lorenzo que no le prestaban atención.
Lo bueno de tener piernas largas. De pronto todos se callan y siento las miradas sobre mi. Volteé a ver a papá, me sonreía y esperaba a que dijera algo. Frunci el ceño, mire a Matteo esperando ayuda pero el estaba extraño, confundido tal vez.
—Tu padre te ha preguntado algo, Regina.
—¿Qué fue? —mi madre quería matarme.
—¿De verdad quieres a Lorenzo Serra?
Oh... eso. Volteé instintivamente a ver a Enzo quien ahora observaba a Lorenzo. Miré a mi familia y asentí con la cabeza, si lo decía con la voz sonaría poco creíble.
—Entonces tienen toda mi aprobación para ser pareja, eres un buen muchacho, Serra.
—Gracias señor.
Me quede pasmada viendo a mi padre. ¿Algún día el apellido que salga de su boca será Vogrincic? Bebí de mi vino y me limpie la boca. El sabor amargo no se iba. Ahora el pie rozó contra mi pierna, miré a Enzo pero parecía estar en otro mundo. Fruncí el ceño, Matteo me miraba como si tramara algo. Con solo mover los labios le dije: déjame en paz. El imitó mi mueca. Si era Enzo quien me tocaba con él pie. ¿Por qué Matteo me veía así? Oh, si, el sabe que no amo a Lorenzo. Casi me rió. ¿De verdad miento tan bien? Después de la cena mi madre quería bailar un poco, fuimos a la sala. Papá y ella bailaron primero una canción romántica.
Los observé con envidia. Quería ser ellos pero con Enzo. Lorenzo sujetaba mi mano y sonreía al verlos, incluso me susurró un: así estaremos cuando seamos mayores. No tuve el valor para decir: dudo que el amor dure tanto. En cambio le sonreí y me aferré a su mano. Matteo estaba a mi lado y a su lado Enzo, no podía verlo.
—¿Bailamos? —asentí con la cabeza.
Me ayudo a incorporarme y llegamos al lado de mamá y papá. Nos vieron felices. Nos pusimos en posiciones y bailamos. Siempre fui mala, soy futbolista, mis pies se coordinan para el balón pero no para el baile. Mi madre .e metió a una academia de danza a los trece años, quería meterme al mundo de la elegancia, incluso a clases de modales, lo cual creo que aprendí un poco. Mi vocabulario es más formal que el de la mayoría en mi escuela. Solo que sigo sin ser muy limpia al comer, me mancho mucho la ropa. Mi madre está conforme con que no diga palabrotas.
