Si Supieras... || Matías Recalt

¿Qué hice ayer?

Ivette Jiménez

-¿Qué pasa? -le Pregunté-

-No quiero que estés con Pipe ¿entendiste? -dijo él señalándome con el dedo-

-¿Por qué, qué estás celosillo? -dije yendo hacia él-

Francisco Romero

-¿Por qué, qué estás celosillo? -dijo Ivette yendo hacia mí-

-Qué voy a estar yo celoso de tí, cachorro -respondí yo-

-No sé, pero la pregunta es, si no estas celoso ¿por qué hemos entrando aquí? -preguntó con una voz desgastada y acercándose a mí-

-Pues para platicar, hay mucho ruido allá -respondí sin ninguna duda-

-¿Seguro? -dijo ella acercándose a mi y apoyando sus manos en mi pecho-

-Sí -dije borde y agarrandola de las muñecas-

-Pero me podes susurrar... -dijo mientras empezó a desabrchar un botón de mi camisa-

-Oye, no, espera, no puedo, no quiero -dije negándome y quitando sus manos de encima mía-

-Bueno... -dijo ella algo cansada-

-Ya lo harás con otra persona, no conmigo -dije yo mientras la agarraba de la mano y la llevaba fuera del baño-

Me acerqué a Matías y fui con el ceño fruncido.

-Solucionalo tú -dije dejándola con él-

-Oye, ¡espera! -dijo a lo lejos mientras me iba a otra parte de la habitación-

Matías Recalt

Cuando vi que salieron del baño vi que venía algo "enfadado" Fran.

-Solucionalo tú -dije dejándola con él-

-Oye, ¡espera! -dijo a lo lejos mientras me iba a otra parte de la habitación-

Me dejó solo con Ivette, lo que hice fue salir del cuarto de Juani con ella ya que necesitaba descansar.

-Oye, me voy ya con Ivette -avisé a Enzo para que le dijera a Juani-

-Vale, vayanse, mañana los busco -dijo Enzo-

-Vale, estaré en el cuarto con Ivette -dije yo-

El alzó una ceja y mirándome con cara de "coqueto"

-No, no voy a hacer eso -dije respondiendo-

-Anda... -dijo el con un chasco-

Me fui a la habitación.

-Ivette, estás muy ida ya, eh -dije yo entrando al cuarto-

Ella solo se acercó a mí y me besó, me besó en los labios, en mis labios. No puede detenerme porque era lo único que quería de ella ahora mismo. Hasta puedo decir que me desvelada pensando en cómo sabía sus labios. Espere todo este momento desde que vi su personalidad. Le seguí desesperadamente porque ya no podía esperar más. De pronto sentí cómo paraba de mover sus labios al ritmo de los míos. Ella cayó en mi pecho, ya cansada.