No eran nada...

6.8K 358 70
                                    

Ivette Jiménez

Me fui a dar una vuelta por el hotel, para darme un poco de sueño. Al salir cerré la puerta con cuidado. Iba con un polar negro, una camiseta de tirantes y corta y unos pantalones que me llegaban hasta la cadera.

Eso si, hacía una calor en el hotel. Dibagando por todo el hotel, llegué al comedor, entré a la cocina y me hice un chocolate caliente, ellos en ningún momento me dijeron que no podía entrar aquí, pero entiende que he he Estado sin comer desde las 21:00 PM. Mientras se preparaba el chocolate caliente, vi unas patatas fritas por en medio de la mesa, estaban metidas en un bol y estaban ya fritas.

Sin que nadie me viera cogí el bol en mis brazos y iba comiendome las patatas que habían. Escuche unos pasos detrás mía y sentí un escalofrío recorrer mi columna.

-¿Qué haces comiendo a estas horas, renacuaja? -dijo un susurro detrás mía-

Me giré y vi a Juani.

-Si no fueras tú, la Ostia ya te la hubiera dado -dije yo-

-Menos mal que soy yo -dijo riendo con la voz ronca mientras cogía una patata-

Me quedé mirándolo por un momento, tenía los ojos dormidos. Menos mal que el chocolate caliente del microondas pitó y nos separó de lo incomodo. Cogí la taza y bebí un sorbo

Matías Recalt

Volvía de la calle ya que no podía dormir por insomnio. Entré al comedor con cuidado, ya que eran las 3:00 AM. Fui directo a la cocina pero antes de entrar escuché susurros.

-¿Qué haces comiendo a estas horas, renacuaja? -dijo un susurro de voz grave y ronca-

-Si no fueras tú, la Ostia ya te la hubiera dado -dijo otra voz más aguda y susurrando-

-Menos mal que soy yo -dijo la voz mientras reía con una voz ronca-

Ivette Jiménez

Cuando salió el chocolate caliente lo saqué del microondas y me tomé un sorbo. Se me quedo un poco en los labios de la parte de arriba. Este cuando me vio solo río silenciosamente.

-Parece que tienes un bigote -dijo entre risas señalándome-

-¿Dónde? -pregunté con vergüenza-

-Aquí -dijo él pasando su pulgar por mis labios y quitándomelo-

Este, con el pulgar lleno de chocolate, se lo llevó a la boca para saborearlo. Yo me quedé impactada.

-Está bien bueno -comentó él relamiéndose los labios-

Matías Recalt

Cuando vi la escena de Juani y Ivette no pude evitar mis celos correr por mis venas. Bua, el mentiroso de Juani... pero ¿por qué celos? No soy nada ni nadie para prohibirle que se junte con ese tal Caruso. Salí de allí con los celos por las nubes.

Ivette Jiménez

Escuché unos pasos y nos quedamos paralizados. Intentamos movernos lo menos posible para no llamar la atención

-Bueno, ya me voy -dije retirándome-

-Hasta mañana -dijo él-

Le sonreí en forma de despedida y me fui a mi cuarto. Mientras paseaba por los pasillos vi a Matías yendo a su cuarto, que estaba al lado del mío. Este iba creo que enfadado ya que se le notaba furioso al andar y al mover los brazos. Fui hacia él con un paso rápido u le toqué el hombro. Este se dio la vuelta furiosos quitó la mando de encima, con tanta fuerza que me dolió. Yo solo le miré con un puchero.

-Dios... perdón -dijo el intentando abrazarme-

Yo solo le esquivé y me fui a mi cuarto con un dolor en el pecho, aunque estaba enfadado con él... Yo siempre he sido muy sensible a ese tipo de movimientos bruscos.

Matías Recalt

Cuando me tocaron el hombro, pensé que era Juani y respondí con un gesto tan brusco que ni me di cuenta. Al verme mejor la cara vi que era Ivette, ella solo respondió con un puchero a mi gesto, no quería hacerle eso, pensaba que era otra persona...

-Dios... perdón -dije intentando abrazarle-

Ella me echó a un lado en señal de molesta, solo pude ver su puchero y sus ojos cristalizados por las lágrimas, solo fue un gesto brusco,pero no pensé que provocaría eso, será sensible o algo así... No sé solo recuerdo que vi su vista con la luz de la luna que reflejaba en algunas partes del pasillo.

Ivette Jiménez

Me fui a mi cuarto y para relajarme un poco salí al balcón que estaba en la ventana. Allí me llevé una silla y me senté en ella. Me quedé mirando a la luna durante un tiempo infinito, se ve tan bella la luna que mi hipnotizaba con su brillo natural. Por lo menos se me secaron algunas lágrimas que tenía cuando Matías hizo ese gesto, como en el balcón hacía tanto frío y tanto viento que se me secaron un poco los ojos tuve que pestañear por la falta líquido. Me senté de brazos cruzados con una pierna sobre la otra. Llegó un momento donde se me cerraron los ojos por el cansancio

Matías Recalt

Entré a mi habitación desesperado por la situación, me siento tan culpable de espiar a esas dos personas y me siento tan culpable por haber confiado en la palabra de Juani al decir "No somos nada". Salí a mi balcón por un rato, a mirar la luna que me recordaba a la escena que acaba de pasar un momento, a los ojos de Ivette expuesto a la luz de la luna. Saqué una silla y cuando miré al balcón de Ivette, ella estaba completamente dormida en esa área.

Dios, se ven tan, tan... es inexplicable lo que veo y siento, es un te odio tanto tanto, que no puedo parar de pensar en tí. Lo que hice es coger una manta de las cosas que estaban en el armario del hotel y la saqué del cuarto al balcón. Atravesé el balcón mío al otro ya que no había tanta distancia como para caerte y el suelo estaba muy cerca. Extendí la manta cuidadosamente por el cuerpo de Jiménez.

Si Supieras... || Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora