Esta historia trata de un chico huérfano, criado en un orfanato que se encontraba en el campo alejado de la sociedad y sin familiares de parte de los padres. En ese lugar se encontraban pokemons de muchos tipos, pero a él no le interesaban los pokem...
Llegamos a nuestro destino más rápido de lo que pensé, en eso John baja emocionado como un niño pequeño en un parque de atracciones y me dice.
John: ¿Viste que no fue tanto tiempo?
Linda: Sí... Estoy algo impresionada con esta cosa, iba volando esa cosa con esa velocidad.
Ya una vez que llegamos había oscurecido por completo, así que ambos buscamos un lugar para dormir, pero antes de eso John se quedó impresionado de lo bonito que era la ciudad de noche.
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Jhon: ¡Increíble! Pareciera que fuera de día con tantas luces.
Linda: Sí, son tantas que hasta son molestas para la vista -digo mientras me cubría los ojos-
John: ¿Y por qué hay tanta gente en la calle? ¿Acaso nunca duermen o qué?
Linda: Quien sabe, pero yo si me quiero acostar, comamos y luego vamos a un hotel.
Una vez terminada la cena en un puesto de la calle, buscamos un hotel un poco más al borde de la ciudad, ya que se encontraban más baratos. Después fuimos a la habitación y le dije.
Linda: Me enteré a través de la conversación de la gente de que se hará el torneo aquí en la ciudad.
John: ¿Sí? Creí que la iba a dar en esa ciudad.
Linda: La cambiaron por el clima, al parecer no dejará de llover por tres días y ellos quieren terminar el torneo. Así que decidieron hacer la pelea acá.
John: Bien por ellos pero, ¿Por qué me lo dices?
Linda: ¿En serio no entiendes?
John: No
Linda: *Suspira con cansancio* Lo digo porque nadie va a contratar ese día. Piénsalo, en un día que va a venir mucha gente, tu no perderás el tiempo tratando a alguien sin estudio ni experiencia esperando a ser contratado.
John: (Mierda, eso sí molesta) ¿Entonces? Qué haremos mañana.
Linda: Tal vez podemos salir e ir a explorar y disfrutar un poco de la ciudad.
John: Bien, pero no creas que vaya a gastar dinero en estupideces.
Linda Ok ok.
En eso nos fuimos a dormir, está vez durmió en la cama conmigo ya que era un poco más ancha, pero al día siguiente amaneció entre su cabeza en mi pecho durmiendo como bebé mientras yo le acariciaba la cabeza.
Ya después de haber pasado su vergüenza por segunda vez, nos levantamos y nos preparamos para salir.
En las calles vimos que todo estaba trancado, muchas personas de todas partes venían emocionadas por la noticia de que se daría la pelea aquí.
