Pergaminos prohibidos

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¡Hola a todos! Acá otro capítulo de esta historia, y el drama sigue avanzando. Y el mayor secreto de Rhaenyra que ya varios saben, se acerca cada vez más jeje.

No olviden votar y comentar.

Rhaenyra y Alicent sonreían recordando la primera vez que asistieron a una cacería luego de terminar su amistad por el matrimonio de Alicent con el antiguo rey Viserys.

Era la cacería organizada en el nombre de Aegon el mayor, de eso ya habían pasado varios años, y ahora era una cacería en honor a Aegon el menor y su noveno día del nombre.

El niño no se despegó del lado de los reyes, y luego partió rumbo a la cacería junto con su padre y su hermana mayor, y junto con sus tíos Aegon el mayor, Aemond y Daeron.

Daemon se extrañó cuando su esposa le dijo que prefería quedarse junto al resto de las mujeres, Rhaenyra generalmente lo acompañaba, pero considerando que matarían al ciervo blanco si lo encontraban, comprendió que Rhaenyra prefiriera quedarse.

Ser Arryk y Ser Erryk, no habían ido con el rey, ellos eran los guardianes personales de Alicent y Rhaenyra, ellos estaban allí y eso solo hacía que las mujeres estuvieran más y más nerviosas.

Alicent por su parte se sentía cada vez más nerviosa.

Ser Arryk había declarado que aún la deseaba y la quería, que habían regresado solo por ellas.

No había forma alguna que ellos olvidaran lo que tuvieron cuando eran jóvenes.

Ellos parecían convencidos de querer salvarlas de sus matrimonios arreglados, y no entendían que ellas estaban felices junto a sus respectivas familias.

Alicent y Rhaenyra apenas eran capaces de imaginar cuánto ellos habían intentado volver.

Fueron largos años ¿Realmente ellos se habían enamorado de ellas?

- Rhaenyra- dijo Laena tomando la mano de la reina- ¿Crees que él torneo sea algo peligroso?- preguntó Laena y la reina asintió.

- Esperemos lo mejor- dijo Rhaenyra que sabía que Laena estaba asustada porque Harwin y Jace competirían en el torneo. Harwin como caballero y Jace como su escudero.

- Tienes razón, debemos esperar lo mejor- dijo Laena sonriendo aunque su sonrisa era preocupada.

- Me retiraré por un momento- dijo Rhaenyra que estaba demasiado abrumada con la situación.

Visenya y Aegon no dejaban de insistir en que querían pelear, Alyssa y Viserys estaban junto a su abuelo el rey luego de que ella le hubiera explicado a Alyssa por qué no habian llevado dragones a la cacería.

La tienda real era un lugar donde solo el rey y la reina podían entrar, incluso sus hijos debían pedir autorización para entrar a ese lugar.

La reina sabía que estaría a salvo de cualquiera que quisiera hacerle preguntas allí.

Necesitaba decirle a su esposo lo que ocurría, pero sabía que él se molestaría.

Ella debió decirle muchos años atrás sobre su pasado.

No ahora, que su pasado golpeaba a la puerta.

Fue un maldito año. Un año. Luego de amenazar a todos en el valle y que su padre amenazara con encerrarla en el palacio.

Un año en que ella quiso olvidar a su tío, y se permitió ocupar su cabeza en alguien más.

Para ella solo había sido un romance de juventud.

Para Ser Erryk al parecer, había significado mucho más.

Ella salió de la tienda, dispuesta a buscar a Daemon y contarle la verdad, cuando una mano la tomó con una suavidad que solo podía pertenecer a una persona.

Un corazón consumido por la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora