La traición se paga con la muerte

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Hola a todos! Acá un nuevo capítulo y esta vez nos trae a un Daemon mucho más duro y frío.

También decirles que no habrá más separaciones entre él y Rhaenyra, para que no vayan a sufrir.

Lo que quede de conflicto, será con los príncipes jejeje.

No olviden comentar, un beso y un abrazo a todos.

Una vez que los sirvientes fueron expulsados del palacio, para Daemon no fue difícil enviarlos a seguir, a todos y cada uno de ellos.

La guardia de la ciudad era leal a él, y su buen amigo Harwin Strong un excelente comandante.

Muchos sirvientes, fueron hacia sus respectivos hogares, descorazonados por haber perdido un buen trabajo en el palacio.

Muchos otros fueron a beber a las cantinas, iracundos por haber sido tratados como traidores.

La gran mayoría, para decepción de Daemon al saberse engañado por tantos años, fueron en dirección hacia las casas leales a los Hightower.

Lannisport, lo que quedaba de Antigua, y algunos intentaron llegar hacia las ciudades libres de la triarquía.

Ninguno fue tan evidente de hacerlo directamente, todos encapuchados y escondidos, cargando a sus niños en sus brazos en el caso de los que eran padres.

Tardaron días en llegar a esos lugares, creyendo haber engañado nuevamente al rey.

Todos deseosos de dar información del palacio a los verdes, para así, poder tener un poco de dinero luego de haber sido expulsados.

Otros deseosos de venganza, y otros que simplemente no tenían donde ir y buscaban refugio en quienes los contrataron.

Todos encontraron la misma sorpresa cuando se aproximaban a los lugares que querían llegar.

Capas doradas de la guardia de la ciudad, esperándolos para llevarlos ante el rey.

Ninguno murió, tal y como el rey ordenó.

Harwin Strong dio las órdenes precisas de que no quería que ninguno de ellos muriera, y de que se llevara a todos los miembros de su familia con ellos.

Todos los traidores, no tardaron en delatar a otros traidores cuando el comandante de la guardia de la ciudad les dijo que serían indultados si lo hacían.

Una mentira tan fácil de hacerles creer, y en poco tiempo, todos y cada uno de los sirvientes traidores, habían sido atrapados.

- Cientos de ellos, su majestad- dijo Harwin Strong cuando informó de sus resultados al rey- Usted tenía razón, su plan salió tal como lo predijo, cientos de cucarachas vivían tras sus muros alimentando la traición- dijo Harwin Strong con desprecio, porque no había criatura más maldita para él que los traidores.

- Ve y despierta a la ciudad entera, quiero que todos se reunan para presenciar lo que ocurrirá con los traidores- dijo Daemon en una orden que Harwin cumpliría- Sé que Laena y tus hijos están acá en Desembarco del rey, tienes mi autorización para dejar que ellos se ausenten- dijo Daemon sabiendo lo mucho que Laena y Harwin cuidaban a sus hijos.

- Mi esposa no permitiría tal decisión de mi parte- dijo Harwin refiriéndose a su esposa Laena, la señora de las mareas- Y mis hijos tienen que saber lo que es la justicia y como se paga la traición- dijo Harwin y Daemon asintió, él conocía a Laena, sabía que lo que Harwin decía era así.

Los dos hijos mayores de Harwin, Jacaerys y Lucerys, tenían 18 y 17 años respectivamente, sus hijas Baela y Rhaena tenían 15 años ya, y el menor de los hijos del comandante de la guardia de la ciudad tenía 10 años y había sido nombrado Joffrey por Laenor, ellos podrían soportar el escenario que se crearía esa noche.

Un corazón consumido por la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora