Una noche pacífica

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¡Hola a todos! Acá un nuevo capítulo jeje. No suelo escribir mucho de personajes OC, pero en esta historia bueno, Aemon es un OC necesario, y este capítulo es necesario también jeje. 

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Besos y abrazos.


La guerra seguía su curso, pero en el palacio, los reyes y los príncipes se tomaban un merecido descanso, recuperando fuerzas, antes de que los frentes de guerra estallaran de nuevo. 

Rhaenyra estaba en sus aposentos junto a su esposo, cuando un miembro de la guardia real se acercó al rey.

- ¿Qué es ahora?- preguntó Daemon anhelando un poco de paz y el guardia miró a la reina, para luego mirar al rey.

- Es...el príncipe Aemon- dijo él sin saber como referirse al ''nuevo'' hijo del rey

- ¿Qué ha pasado con mi hijo?- dijo Rhaenyra mirando al guardia asustada.

- Él lleva algunas noches durmiendo fuera de los aposentos que se le han dado, pero ahora está lloviendo, y algunas doncellas me sugirieron informarle- dijo el guardia y Daemon lo miró extrañado.

- ¿Fuera de sus habitaciones?- preguntó Daemon y Rhaenyra sintió sus ojos arder.

- Iré yo misma a verlo- dijo ella comprendiendo a lo que el guardia se refería.

Aemon solía hacer eso cuando era más joven, hasta que logro sentirse parte del castillo donde había crecido, ahora volvía a dormir a la intemperie, porque no se sentía en casa y tenía miedo.

Daemon no quería dejar que su esposa hiciera esfuerzos, pero convencerla de no hacerlos sería imposible. 

Además, le preocupaba Aemon, y quería conocerlo, pero dado a que el chiquillo no hablaba con él, la única forma era espiar lo que hacia Rhaenyra.

Rhaenyra no se cuestionó que Daemon no la siguiera, solamente estaba preocupada por su hijo.

Salió del palacio hasta llegar a las caballerizas que estaban húmedas y frías, iba envuelta en ropas gruesas y llevó algunas más para su hijo.

- Aemon Targaryen- dijo Rhaenyra despertándolo pues él estaba casi dormido, tiritando de frío recostado en una de las esquinas del lugar- ¿Se puede saber que haces acá?- preguntó ella viendo que él había tomado un baño recientemente porque aparte de estar pasando frío, tenía los largos cabellos mojados.

- Madre, es solo que, me siento más cómodo acá- dijo él temblando de frío.

Podía ser un adulto ya, haber dirigido una guerra, pero para Rhaenyra era solamente un niño.

- Ven acá- dijo ella dándole su mano y Aemon intentó resistirse, pero cuando le fallaron los argumentos, ella casi lo arrastró de una mano hacia su cuarto en el palacio.

- Siéntate en esa cama- dijo ella tomando una toalla para secarle el cabello.

- ¿Qué haces? No soy Visenya o Alyssa- dijo Aemond avergonzado y Rhaenyra lo miró desafiante.

El muchacho simplemente se sentó en la cama y dejó que su madre le secara el cabello como si fuera un niño.

- Entonces ¿Comienza a explicar por qué?- dijo Rhaenyra secando hebra por hebra los cabellos de su hijo.

- No me siento cómodo en su palacio- dijo él a regañadientes.

- Creí que habías aceptado intentar conocerlo- dijo Rhaenyra y Aemon maldijo.

- Lo dije, y quiero hacerlo, pero es difícil-dijo Aemond y Rhaenyra suspiró.

- Aemon, tus hermanos hacen un intento, tú padre está más que dispuesto a hacer el esfuerzo, solo falta que tú colabores- dijo Rhaenyra y Aemon se volvió un poco hacia ella.

Un corazón consumido por la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora