La palabra traición es demasiado fuerte y su significado lo es aún más, porque es bastante contundente y es quebrantar la lealtad que se tiene en las personas que se quieren y en quien más se confía.
Y por más que le doy vueltas a todas las circunstancias que los llevaron a traicionarme menos entiendo, tal vez con ella deje de prestarle la suficiente atención, deje de llenarla de detalles, no le demostré lo mucho que la quería y un sin fin de ideas más pueden llegar, pero al final siempre me termino culpando de orillarla a traicionarme. Con él las cosas son distintas, deje de pasar tiempo con él, teníamos discusiones en el trabajo y fuera de este, no podía decir que lo entendía pero sí puedo decir que nuestra relación estaba frágil, demasiado frágil.
Es difícil de asimilar el saber que tu mejor amigo te traiciona con tu novia, pero es más duro ver con tus propios ojos como ambos tienen sexo. Ha pasado una semana desde que estoy encerrada en mi departamento, no he tenido contacto con nadie y ahora mismo alguien no deja de tocar mi puerta, es insistente porque lleva casi diez minutos.
—Creí que habías muerto. —dijo apenas abrí la puerta. —¿Estas bien? —entro sin siquiera preguntar. No sé como tenia cara para venir a buscarme y preocuparse por mi cuando se metió con Rachel. —Tu novia me llamó para pedirme que te buscará, dice que no has contestado los mensajes ni las llamadas. —volvía a tener esa aptitud de no soporto a tu novia, es la fachada perfecta nunca habría sospechado y tampoco lo hubiera creído si alguien me lo hubiese contado.
Lo ignore y regrese al cuarto de juegos, de donde no he salido en la última semana, ni siquiera había querido regresar a dormir a mi habitación donde muchas veces ella se quedó. Ahora mismo lo único que me preocupaba era Emma, nos conocimos por que vive en el mismo edificio y coincidimos al punto de que tuvimos unas citas, para esto ya sabía lo que sucedía entre Rachel y Ulises, deje de lado a Rachel y me centre en conocer a Emma, pero verlos tener sexo en mi oficina fue un golpe de realidad y deje el mundo exterior para encerrarme en mi cuarto de juegos.
—¿Mel? —dijo siguiendo mis pasos. —¿Paso algo? —ver su máscara del mejor amigo preocupado por mi estaba agotando mi paciencia, sí no se iba pronto terminaría explotando y le iba decir todo lo de su aventura con Rachel. Y no quería eso, porque sabia que no sería muy agradable.
—Vete. —susurre pero no pareció escuchar, porque no se movió de su lugar en cambio comenzó a tocar mis cosas. —Para. —pedí para que dejara de invadir mis cosas y mi espacio, sin embargo, siguió con lo que hacia. —¡Qué te largues! —y lo hice, explote ante su invasión a mi lugar. —¡No te quiero ver, largate de mi casa! —mis gritos los dejaron inmóvil en su lugar. —Solo vete. —señale la puerta pero el muy imbécil no se movía.
—¿Qué te pasa? Solo quiero saber que tienes. ¿Por qué desapareciste? Y sobre todo ¿porque ignoras a Rachel? —la mención de su nombre solo provocó que otra vez la ira recorriera todo mi cuerpo. —Rachel no tiene la culpa de tus cambios de humor, no tiene porque estar aguantando tus groserías…
—Pues si no tiene porque aguantarme, que deje de buscarme. —dije sin mirarlo y tomando el control para seguir jugando. —Que dejará de buscarla en las ultimas semanas debio de ser claro, pero a esa mujer todo se lo tienes que decir explicitamente. —quería acabar con esto pronto y comenzó mi juego de palabras. —Seguro si me deja insistir encuentra a otro pendejo para que le cumpla todos sus caprichos, yo ya me canse.
—¿Qué mierda dices? —reclamó indignado por mi respuesta. —No puedes simplemente dejarla.
—Claro que puedo y ya lo hice. —en teoría lo hice pero ella todavía no era notificada.
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Recuérdame.
RomanceLuchar por la felicidad es algo por lo que se han esforzado en el tiempo que llevan de conocerse. Todo se vuelve más difícil cuando Melissa olvida los últimos cinco años de su vida, olvida a su esposa, sus proyectos, su nueva vida y se siente confu...