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No estoy segura si Emma se creyó qué de verdad me pegue con la puerta de la alacena, se preocupo pero logre calmarla al decirle que solo fue un rasguñó, nada de que preocuparse. Aunque comenzaba a preocuparme qué tenía mucho dolor de cabeza y sobre todo mareos.

—Hola. —saludó Emma entrando a mi oficina en la constructora. —Amor, ¿Estas lista?

—Eh… si. —me dolía la cabeza y no recuerdo para que debo de estar lista. —Solo voy a darle estos planos a Mati y nos vamos. —me acerque y deje un profundo beso en sus labios. —Te amo.

—También te amo, ve que no podemos llegar tarde. —asentí y por más que estaba pensando no lograba recordar a donde vamos.

Llegue con Mati y Alma estaba con ella, le dejo los planos qué quería revisara para ver si proponía alguna modificación o ya estábamos listas para comenzar con la construcción.

—Hola. —salude y me senté frente a Mati. —Yo… —no sabia como preguntar porque no quería preocupar a Mati y ella le cuente a Emma, que lo dudo pero si no esta segura de mi estado me obligara a ir a revisión al hospital.

—¿Qué sucede? —preguntó Alma qué estaba parada detrás de Mati.

—Emma esta en mi oficina y llegó diciendo que si estaba lista, mientras venia contigo analice las posibles citas qué teníamos y… no tenemos cita con la obstetra porque eso fue la semana pasada, la cena de cada semana con tu madre es en dos días y no pude ser algún aniversario porque es abril y no hay nada… así que no se a donde tenemos que ir. —explique en un pequeño resumen lo que podría ser, pero no era ninguna de mis opciones.

—¿Sabes que día es hoy? —preguntó Mati.

—¿Miércoles 24 de abril? —dije en forma de pregunta.

—Pues si es ese día, ¿no sabes que pasa hoy? —Mati no estaba ayudando.

—Tu crees que estaría aquí preguntando si lo supiera. —dije sarcástica. —Obviamente no Matilde… —solté un largo suspiro antes de volver a preguntar. —Bueno, sí sabes o no.

—Si sabe Mel, tranquila. —dijo Alma que ya se habia sentado en la silla qué tenía a mi lado.

—¿Me dices por favor?

—Claro, hoy llega tu madre de viaje y le pediste a Emma qué te acompañará a buscarla al aeropuerto. —Oh, no recordaba eso. —¿Estas bien?

—Yo… creo que si.

—¿No lo recordabas? —preguntó Mati.

—No.

—Desde ese día en la obra no estas bien y ya pasaron dos semana, sí sigues así te llevare al hospital… —Intente interrumpirla pero no me dejo. —Y no me importa si tengo que llevarte a rastras, ¿ok? —asentí y salí de su oficina para regresar con Emma.

Ya me estaba esperado, tomé mis cosas y salimos al estacionamiento para ir al aeropuerto, ni siquiera recuerdo cuando hable con mamá y mucho menos que me dijera cuando llegaría, en todo el camino estuve callada analizando el como me había sentido después de ese golpe y la verdad los mareos y el dolor de cabeza no me dejaba tranquila, no quería preocupar a Emma y por eso intentaba ocultarlo pero ya se estaba volviendo imposible.

—¿Estas bien? —colocó su mano sobre mi pierna y coloque la mía sobre ella.

—Si… solo es estrés. —estrés o migraña, esas eran las respuestas qué le daba cuando me sentía mal. —¿Como te has sentido hoy? —quería desviar el tema y esa era la mejor salida.

—Bien, tu hija se ha comportado muy bien. —en su mirada pude notar como no termino de creer lo que dije. —Mel, dime que pasa no quiero perderte de nuevo. —me estacioné en el primer lugar que encontré dentro del aeropuerto y me gire para mirarla.

—Te mentí, bonita. —no podía seguir ocultando esto y también debía entender el miedo que ella siente por separarse nuevamente de mi. —El día del golpe, no fue con la puerta de la alacena, visite una obra y no sé que fue lo que me golpeó, solo perdí el conocimiento y…

—Tranquila, lo sé. —dijo de lo más tranquila.

—¿Como qué lo sabes?

—Amor te conozco, se cuando mientes y cuando no. —al parecer sigo siendo la misma y la pérdida de memoria no afecto mis mañas. —También se que estas manejado los dolores de cabeza, te conozco perfectamente y sino mencioné nada fue porque entendí que quieres cuidarme…

—No te lo había dicho, pero recordé lo mucho que nos costó qué ella esté aquí. —acaricie su vientre. —Recordé lo estúpida qué fui al dejar mis hormonas y lo mal que la pase por no tener en cuenta todo eso, ella se hizo esperar y fue mi culpa…

—¿Qué fue lo que recordaste?

—Todo, desde la primera consulta donde el doctor me dijo que yo era el problema, el tratamiento qué comencé y el como parecía no funcionar. —le conté todo lo que había recordado.

—El día del accidente te tenia la sorpresa de que lo habíamos logrado. —se sincero también. —Ese día estaba nerviosa y sumamente feliz porque seríamos madres, pero todo eso se vio opacado cuando sentí miedo de perderte y ser madre soltera. —se abrazo a mi y escuche su sollozo. —No podía creer lo que nos estaba pasando, habíamos luchado tanto por ella qué no quería hacerlo sola, no quería que nuestro sueño fuera solo mio. —se separo del abrazó y tomó mi rostro con ambas manos. —Te amo y no quiero estar sola, porque no podría vivir sin ti.

—También te amo, lo supe desde que desperté y me llenaba de celos pensar que me habías dejado por Mati, porque creía que nosotras teníamos una conexión, la tenemos y nos entendemos sin decir palabras. Mi mente no sabia quien eras, pero mi corazón y mi cuerpo si, me aferre a tu tacto y a los latidos de mi corazón al escuchar tu voz o al verte, no pienso dejarte de nuevo y si la muerte me quiere llevar, lucharé hasta el último suspiro para quedarme nuevamente contigo. —me acerque y deje un prolongado beso en sus labios. —Porque si alguien debe sufrir prefiero ser yo, siempre le he pedido a la vida que cuando seamos ancianas te lleve a ti primero, porque eres el amor de mi vida y aunque me duela en el alma y me destroce completamente prefiero que tu te vayas primero a que sufras por mi ausencia, quizás muera de dolor por perderte pero lo aceptaría gustosa, no mereces más dolor y aceptaría todo con tal de que seas feliz.

—Te amo Mel y sin duda estoy de acuerdo contigo, no podría soportar tu ausencia no soy tan fuerte como tu. —me beso nuevamente y estuvimos unos minutos abrazadas.

Luego de esa charla, fuimos por mamá que según pregunte el vuelo venía retrasado y tardaría al menos media hora en llegar. Pero eso no importaba porque tendría nuevamente a mi madre conmigo, faltaba papá y anhelaba su llegada para poder abrazarlo luego de burla a la muerte.

Se acerca el final y probablemente queden dos o tres capítulos, gracia por seguir aquí y no leemos.
R.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora