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Cuando volví a casa no se encontraba Emma y revisando mi celular tenía un mensaje de ella.

Iré a la postería para ayudar a mamá con algunas cosas.
Cuando regrese a casa quiero hablar de algo importante contigo.

Ese mensaje me asusto y comencé a pensar e intentando recordar si olvide algo que me pidió o en estos días teníamos alguna fecha qué celebrar, no quise comenzar a hacerme ideas y seguí leyendo porque había más mensajes.

No es nada malo, solo una idea qué traigo metida y quiero que me des tu opinión sobre eso.
Te amo.

Al menos no era algo sobre lo que tendría que preocuparme, decidí comenzar a preparar la cena y esperar si Emma llegaba o tendría que ir a buscarla.

Hola, mi amor. —contesté la videollamada de mamá, hace unos días qué hablamos.

—Hola, madre. —salude sin desatender lo que estaba preparando, que no era nada del otro mundo. Pasta a la boloñesa, que era la favorita de Emma desde que esta embarazada, ella es la experta en cocina yo solo improviso. —¿Como están?

—Bien, en unos días voy a regresar contigo. —deje lo que hacía y me centre en ella.

—¿Y papá?

—Él viajará dos semanas después, se tiene que quedar para entregar la construcción terminada. —eso era obvio. Siempre nos encargamos personalmente de eso. —Tu padre quiso acelerar los trabajos lo más seguro que se podía. —comenzó a explicar y preste atención. —Teníamos que volver contigo antes de que naciera nuestra primera nieta, tu padre andaba como loco, cuando podía pasarse por las plazas y tiendas para llevarle cualquier cosa que pudiera necesitar.

—No creí que papá estuviera tan emocionado por eso. —no lo veía por ningún lado seguro aún estaba en la oficina. —A veces he pensado que nunca ha estado de acuerdo con mi matrimonio.

—Él es así, siempre lo fue. —llevaban casado ya muchos años y ella conoce como es su carácter y más aún como son su expresiones de cariño. —No me sorprendería si en tu niñez sentías qué no te prestaba atención. —si lo pensé y también en mi adolescencia e incluso ahora en mi vida adulta. —Es demasiado reservado con sus muestras de cariño debido por la educación qué le dio tu abuelo, pero para él todo lo que hacías era motivo para sentirse orgulloso.

—Pero ni siquiera le importó qué casi moría...

—No lo viste cuando recibimos la noticia, y se puso peor cuando tuvimos que dejarte para venir aquí. —nunca habíamos hablado de esto y puede que todo sea nuevo con respecto a lo frío qué podía llegar a ser papá conmigo. —Comenzó a abrirse, a decir lo mucho que te ama estando aquí, cuando iniciamos con las videollamadas muchas veces te dijo que te ama.

—Si, es cierto y eso me sorprendió de sobremanera. —aún recuerdo esa primera llamada qué tuvimos, después de que desperté.

—Me prometió qué con su nieta sería todo lo cariñoso qué contigo se contuvo, para el fue difícil ver tu cara de tristeza cada que le mostrabas algo. —no entendía porque me privó de sus muestras de amor. —Tu abuelo era un machista de lo peor... —aquí venía la explicación. —Tu abuela desgraciadamente murió cuando tu padre era apenas un niño de cinco años, nunca tuvo una figura materna quien le diera ese amor que siempre le damos a nuestros hijos, él solo tuvo a su padre quien no era nada amable, siempre le tuvo mano dura como a él también le enseñaron. —existía él trasfondo en la historia de papá y nunca me tomé la molestia de pensar en eso. —Tu padre creció de la misma manera que el abuelo, creían qué si mostraban debilidad los demás no los tomarían en serio y era mejor ser hostil a ser débil. Muchas veces a mi también me costó entrar al caparazón de tu padre.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora