Aún tenia lagunas entre un recuerdo y otro, pero lo más molesto era no conocer el tiempo en que estos sucesos se dieron. Y me molestaba porque llegaba a confundir las fechas, Emma me ayudaba con eso pero ya no quería más ayuda, solo quería que todo se acomodara como debía de ser.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Mati encontrándome en el ascensor.
—¿Trabajar? —pregunte confundía por su pregunta. —¿No debo de estar aquí?
—Emma me llamó hace un rato y dijo que estaba teniendo dolor y algunas contracciones. —¿Por qué no me llamó a mi? —Dijo que te llamaría, ¿no te ha llamado? —negué y comencé a buscar mi celular, no lo encontré en las bolsas de mi pantalón y tampoco en mi maletín. —No lo puedo creer. Lo dejaste olvidado. —me recriminó y me sentí tonta por olvidarlo.
—No sé donde lo deje. —me quede pensando donde pude haberlo dejado, pero no recuerdo. Hasta que caí en cuenta de que dijo que Emma estaba teniendo dolor y contracciones. —Yo... debo irme, Emma debe de estar nerviosa. —dije intentando controlar mis nervios.
—Mel, tranquilizate ¿ok? No es momento de que los nervios te controlen. —me tomó de los hombros y me hizo concentrarme en su mirada. —Ya Alma se está encargando de llevarla al hospital, tu mamá y la mía también ya va de camino...
—Me voy debo de encontrarla en el hospital... debe de estar muy nerviosa. —dije intentando detener el ascensor. —¡Debo llegar al nacimiento de mi bebé!
—¡Calmate, Melissa! —me gritó y detuve mis movimientos. —No puedes manejar así, debo entregar unos planos qué termine ayer en casa. —explicó, pero ahora mismo no me importaba nada más que mi esposa. —Solo serán cinco minutos y nos vamos ¿ok? —asentí sin decir nada y subimos a la oficina.
No tenía nada que discutir porque de verdad que estaba sumamente nerviosa y eso podía jugarme en contra a la hora de manejar. Antes de salir del elevador Mati me tendió su celular, vi la pantalla y aparecía el nombre de Emma.
—¿Hola? —dije dudando.
—Amor... —la voz de Emma sonaba tranquila. —Ya me dijo Mati qué ella vendrá contigo. —¿En que momento hablaron? —Por favor espera a que ella te traiga, no quiero que te pase nada. —podía escuchar preocupación en su voz, pero yo también estaba preocupada del como se sentía y sobre todo de perderme el nacimiento de mi niña.
—¿Estas bien? —fue lo primero que pregunte. —En la noche estuviste muy inquieta... debí quedarme y estar contigo. —sabía que podía suceder cuando no pudo dormir en toda la noche.
—Estoy bien... —escuche como soltó un fuerte suspiro. —Rompí fuentes hace treinta minutos y el doctor dijo que esto es un proceso largo...
—¿Y si no lo es? —la interrumpí. —Quiero estar contigo. —susurre viendo como Mati salía de su oficina y se acercaba a su secretaria, para luego ir con la mía. —Y con nuestra hija.
—Y lo estarás... el hospital esta cerca de tu oficina, no tardarás más de veinte minutos en llegar. —dijo y le creí. —Además te prometo que te esperare. —no sabía su podía cumplir esa promesa, pero decidí creerle. —Te amo, Mel.
—También te amo. —colgué la llamada y espere pacientemente a que Mati regresara para poder irnos y entendí que les dio indicaciones de reprogramar las citas o cualquier reunión que tuviéramos agendada.
Volvimos al ascensor y a pesar de que quería ir mas rápido debía de comenzar a calmar mis nervios, necesitaba llegar más calmada con Emma, no quería ponerla mal y que todo se saliera de control. Casi quince minutos después llegamos al hospital y vi que Emma tenía razón como siempre, porque el hospital no estaba tan lejos.
—Tu madre me llamo para decirte que ya le aviso a tu padre y que ambos ya vienen de camino también. —escuche que Mati decía cuando cruzamos la puerta principal. Mati pregunto donde se encontraba mi esposa y nos llevaron a una habitación del quinto piso, la verdad aún no podía creer que mi hija ya iba a nacer.
Justo antes de ingresar a la habitación donde pude escuchar las voces de Emma y de Alma, comencé a sentir un fuerte mareo, me detuve de la pared mas cercana e intente agarrarme la cabeza pero si me soltaba de la pared seguro terminaría en el piso. Mati se acerco a detenerme y por suerte llego a tiempo.
—¿Que tienes? —pregunto y había preocupación en su voz. —¿Mel? —volvió a preguntar, quise responder pero no encontraba mi voz y de pronto todo se volvió negro.
¿Por qué ahora?
Segundos después todos mis recuerdos comenzaron a tener orden dentro de mi cabeza, el dia que conocí a Emma, mi pelea con el imbécil, el engaño de Rachel, mi boda, la mudanza a la nueva casa, nuestra primer pelea, el dia que iba a cometer el error más grande de mi vida, el largo proceso para poder concebir a mi hija, como le condicione su repostería, la inauguración, y lo más importante; lo difícil que es para Emma estar lejos de mi porque a pesar de no saber en que momento desarrollo su apego ansioso conmigo, supimos como sobrellevarlo y nuestra relación se fortaleció para ser mas unidas.
Recordar los minutos previos al accidente fueron muy duros, sentir como podía perder la vida en cuestión de segundo me hizo valorar el doble todo lo que había vivido y entendí que aún no era suficiente tiempo a lado de Emma, era egoísta pero quería más tiempo a su lado. La agonía que sentí mientras llegaba la ayuda fue eterna, porque sí, durante el trayecto para llegar al hospital todavía seguía consiente. La cara de los paramédicos era de "no lo va a lograr" y justo eso sentía, que en cualquier momento mi corazón dejaría de latir y el sentimiento de dejar a Emma sola era lo que mas me dolía, porque ella no iba a superar tan fácil mi partida.
¿Por qué me aferre a la vida? La respuesta era sencilla.
Emma.
R.
ESTÁS LEYENDO
Recuérdame.
RomanceLuchar por la felicidad es algo por lo que se han esforzado en el tiempo que llevan de conocerse. Todo se vuelve más difícil cuando Melissa olvida los últimos cinco años de su vida, olvida a su esposa, sus proyectos, su nueva vida y se siente confu...