CAPITULO 13

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A primera hora de la mañana, antes de que Jungkook hubiera tenido tiempo de rechazar la papilla que entró en su celda, aparecieron Fred y Paul.

—El inspector detective Grimes quiere hablar contigo. —Dijo Fred.

Jungkook retrocedió hacia los barrotes sin que ellos preguntaran, presentándoles sus muñecas.

Había pasado una semana desde la visita de Zac. Una semana de Jungkook en su celda mientras el tiempo pasaba a un ritmo vertiginoso. Otra semana en la que Seokjin estaba completamente solo con el mundo en su contra mientras Jungkook estaba indefenso en su celda, sacando sus frustraciones por las paredes.

Tan pronto como le pusieron las esposas, salió corriendo de la celda y atravesó el pasillo a pesar de que Fred le pidió que bajara la velocidad. No miró a ninguno de los otros prisioneros, ni siquiera a Justin, que paseaba por su celda como un tigre enjaulado.

Había pasado un mes desde el número tres, y Jungkook sospechaba que el asesino había vuelto a atacar. El asesino había conseguido su número cuatro y borró el nombre de Seokjin en el proceso.

—No, por este camino—. Dijo Fred, guiando a Jungkook a una puerta diferente. En la que no había barrera entre los visitantes.

El DI lo estaba esperando junto con Zac y Gareth. Estaban sentados a un lado de una mesa enorme. El labio de Jungkook se torció en una media sonrisa. Zac se había comunicado con los detectives imbéciles. Les había hecho entrar en razón, pero la expresión de Zac no era triunfante o esperanzada, parecía completamente derrotado.

—Sácales las esposas—. Dijo el DI. Paul hizo un ruido inseguro.

—Ahora.

Fred se las quitó y luego retrocedió. Jungkook llevó sus manos al frente de su cuerpo y masajeó la carne pellizcada. Era la primera vez en casi un año que había estado en una habitación con gente sin las manos esposadas a la espalda.

El DI hizo un gesto hacia la silla frente a Jungkook, y él se sentó, tratando de leer sus expresiones. Van desde el derrotismo de Zac, la ira del DI, hasta los arrepentidos ojos de Gareth.

—Salgan. —Dijo el DI.

Paul y Fred salieron de la habitación y la puerta se cerró de golpe.

—A las 4:30 de esta mañana, recibimos una llamada de la casa de Mary King. Inmediatamente fuimos a la cabaña de Mary, a treinta millas de Hatton.

—El asesino consiguió su número dos—. Dijo Jungkook. —No Seokjin, todos en el condado lo están buscando, no hay forma de que lo haya podido hacer.

Gareth cerró los ojos y bajó la cabeza.

—No es Seokjin.

—Debes encontrarlo, llevarlo a un lugar seguro. No será tan reacio a que lo encuentren ahora que el Imitador...

—Espera. —Dijo Zac, levantando su mano para que Jungkook se detuviera.

—Por qué...

El DI se aclaró la garganta.

—Buscamos alrededor de la cabaña, las áreas boscosas, los campos, y encontramos un automóvil que creemos que Seokjin ha estado usando.

—Un auto. —Jungkook dijo, mirando a cada uno de ellos. —¿Y qué?

—Creemos que el asesino tiene a Seokjin.

Jungkook dejó de respirar. Contuvo el aliento y buscó por turno los ojos de cada uno. No estaban mintiendo, parecía que ya se habían dado por vencidos, Seokjin estaba siendo dado por muerto.

ASESINO DE LA CUENTA REGRESIVA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora