DAMON SALVATORE

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  "La muerte y la inmortalidad "

--Juro que lo intentaría—dijo Damon hacia su hermano, el cual lo veía desde una esquina con el palo de billar.

--¿te refieres a besarla? —Dijo Stefan empujando con su palo una de las bolas dándole a la blanca, perdiendo.

Damon se rió ante esto y luego suspiró fuertemente, dándole un sorbo a su bebida, bourbon, por supuesto.

--Solamente no sé si ella siente lo mismo. —dijo el pelinegro con la mirada perdida.

-- Tienes que estar bromeando Damon, ¿enserio? Literalmente hay miles de chicas que babean por ti, y ¿crees que ella no siente lo mismo? – dijo el castaño.

--La cosa es, hermano, que ella no es como aquellas miles chicas, ella es, es perfecta.—dijo el pelinegro tan bajito que parecía casi un susurro.

En realidad el no quería que su hermano viera su lado débil, o así le llamaba a su lado amoroso, aquel lado que al enamorarse se convertía en una debilidad, tan pero tan frágil que el pensaba que era casi de cristal. Aquella chica lo tenía así, no sabía que era, pero por alguna razón al estar con ella se sentía muy débil, muy frágil y que solo ella podría hacer que recuperase su fuerza.

--Si en verdad es "esa" chica que te tiene así, hermano, deberías ir tras ella.—le aconsejó el castaño.

El iba a responder, pero en ese momento tras la puerta del salón apareció una cabellera castaña oscura, asomándose así, por aquella puerta.

--Realmente no podían ser más cliché que esto, ¿Billar y tragos?, faltan hombres en traje con cigarros—se burló la joven acercándose al lugar en el que los hermanos se encontraban, la mesa de billar.

El muerto corazón de Damon, casi se detiene, el solo pensar de que la joven pudo haber escuchado aquella conversación, un tanto vergonzosa para él.

--se les comió la lengua el híbrido ¿o que?—se burló la castaña.

Un tanto nervioso, Damon al fin habló –No es nada Lilith, mejor ve a jugar al vampirito en otro lado.—bufó este.

--Para tu información, te recuerdo que tu sangre está en mi sistema, si por alguna razón muero, seré una de ustedes, pero eso no pasará, porque ninguno tiene las bolas para matarme—dijo la joven burlándose.

--Creo que iré al sótano por unas bolsas de sangre—dijo Stefan, saliendo de el salón, dejando a la mortal y al vampiro solos.

--¿crees que no soy lo suficientemente despiadado para matarte?—desafió Damon.

--Creo que es más que eso, ¿por qué no hablas ah?—cuestionó Lilith.

--¿Acaso sabes lo que implica esto? Significa dejar toda la vida que creías tener atrás—

--No me importa, tampoco que aquella vida fuese tan buena—

--Estás segura de esto Lilith?—dijo el pelinegro, acercándose lentamente hacia la chica.

La chica por unos instantes lo dudó, preguntándose si realmente es lo que quería, pero en su interior sabía, que no quería ni deseaba nada más aparte de pasar una eternidad al lado de Damon, aún no se lo había confesado, pero el primer paso de su plan era la tal inmortalidad, después, tendría toda la eternidad para confesárselo.

--Lo estoy—respondió.

Dicho esto, el pelinegro se acercó mas a ella, tal cercanía que les ponía los pelos de punta, se posicionó detrás de ella, posó una de sus manos en la cintura de la joven y la otra en su cuello, dada la diferencia de altura, Damon podía ver entre pestañas la nerviosidad de la chica, y podía sentir lo tensa que esta estaba.

--Repítelo de nuevo Lilith, estás segura de esto?

--Lo estoy Damon, lo estoy.—afirmó la joven.

Con aquella confirmación, se preparó a si mismo para lo que venía, subió la mano del cuello de la chica, un poco hacia su rostro, y violentamente lo giró hacia un lado, así, rompiéndole el cuello.La chica cayó muerta, el la sostuvo entre sus brazos y luego la posó en un aterciopelado sillón y le puso una manta encima, luego se sentó en un sillón enfrente de ella, y tomó su trago, dándole un sorbo, sin quitar la vista de la chica, quería estar allí cuando esta despertara, quería estar allí en el comienzo de su vida inmortal, había decidido ya, contarle sus sentimientos por ella, lo único que necesitaba ahora era esperar.

Tenía un poco de preocupación por lo que pensaría su hermano ante lo sucedió, como tal sabemos, Stefan creía que el convertirse, era una maldición, pero no, todo fue a conciencia de Lilith, ella lo quería, al igual que Damon, solo que el lo quería para sus adentros, ¿el pasar una eternidad al lado de su amada?, no creía que hubiera mejor cosa que eso.


— Elizabeth

𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎; 𝙢𝙪𝙡𝙩𝙞𝙛𝙖𝙣𝙙𝙤𝙢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora