𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎; 𝙢𝙪𝙡𝙩𝙞𝙛𝙖𝙣𝙙𝙤𝙢

PRINCIPE CASPIAN

"ONCE UPON A DREAM"

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Las delicadas sábanas acogieron mi cálido cuerpo, froté mis ojos del cansancio y me recosté en la cama, rápidamente me dormí, pero un sentimiento extraño hizo que me levantase de golpe. Las puntas de una clase de pasto punzaban mis brazos, ya no sentía a mis espaldas la cómoda cama, al contrario, era suelo, ya no tenía mi pijama, tenía una clase de presión en mi cintura, lo que indicaba que traía un corset. Abrí los ojos con dificultad y los rayos de luz los atacaron, posé mi mano en mi mejilla y pude ver como una mariposa salía a volar de esta.

Divisé un árbol, en el cual, medio de mi cuerpo estaba recostado, lo que más me sorprendió fue ver un tejón, de probablemente metro y medio que estaba observándome , salte de golpe y el animal se asustó, probablemente más de lo que yo estaba, antes de poder siquiera yo reaccionar, hizo algo que me impactó aún más, habló.

"Su majestad, ¿pero que hacía ahí recostada?, ¡vamos!, se le hace tarde para el banquete que se le fue preparado en el Prado Danzarín"

Antes de que pudiese responder, tomó mi mano y me apresuró a los adentros del bosque.Aún estaba impactada,pero al entrar al bosque un sentimiento de paz recorrió mi cuerpo, era muy curioso, pero sereno.

íbamos tan deprisa que apenas podía ver a mis alrededores, pero podría jurar que vi un oso o dos en pie mirando nuestra cruzada. El tejón, que era todo un velocista, se detuvo ante la aparición de un ser extraño,(aunque seguro no lo era para el), era una dríada de bosque, su cuerpo entero estaba hecho de flores, que se movían de un lado a otro, era completamente hermosa.

"Su majestad, la estábamos esperando", fue lo que dijo.

Su voz era tan serena y tranquilizante que pude haberme dormido ahí mismo, si no fuese por una mano peluda que me empujó por segunda vez a los adentros del bosque, corrimos unos minutos más, tuve ganas de hacer las preguntas más sensatas posibles, "¿A donde nos dirigimos?, ¿Porqué todos me llaman "majestad"?, ¿Comos es que anda usted, a dos patas y puede hablar?", pero tuve la sensación de que pronto, todo se aclararía.

Casi no tenía aliento, sudaba como cerdo y aquel corset empezaba a resultar incómodo, pero gracias a nuestra rapidez, llegamos a nuestro destino.Un pequeño claro en el bosque, rodeado de animales y criaturas bastante curiosas, en el centro de ellas se encontraba una mesa de madera, tenía tallados en idioma desconocido, pero era una mesa majestuosa, en ella había la mayor cantidad de comida que pude haber imaginado jamás, tartas de ciruela, carne asada, queso, pan, leche, vino, crema de champiñones y frutos disecados, sentí un hambre repentina que me hizo agua la boca.

Todas las criaturas del bosque hicieron una pequeña reverencia al verme, yo sin aún entender esto, se los devolví con una sonrisa, arremangando mi larga falda.Me acerqué hacia el centro, pude divisar con mayor claridad aquellas misteriosas criaturas, algunas de ellas tenían medio cuerpo de hombre, y piernas de cabra o pezuñas de caballo, faunos, sátiros y centauros.

"Disfrute de su banquete, majestad", dijo uno de ellos extendiéndome una silla para mi puesto.Todas las criaturas se sentaron a disfrutar gustosamente del banquete.

Fue una comida de lo más exquisita, probablemente la mejor que pude haber probado en mi vida.Con el estómago lleno, me levanté de mi lugar y tuve el valor de hablar por primera vez.

"Ha sido un banquete exquisito, pero me he preguntado,¿quienes son ustedes? y ¿donde estamos?"

"¿Como que donde estamos?, ¡Pues en Narnia!" exclamó un enano con obviedad.

Pregunté que era tal lugar llamado Narnia, pero fue inútil, cada uno daba las misma confusas respuestas, hasta que me digné a preguntar:

"¿Porqué me llaman ustedes "Majestad"?".

"Su majestad la Reina necesita un descanso", dijo una de las dríades acercándose a mi lugar.

"Necesita ver a Aslan." dijo.

La dríade posó su floral mano en mi espalda baja para encaminarme hacia algún otro lugar, al menos no íbamos corriendo esta vez.Me alejó del resto, dirigiéndome hacia el bosque, ninguna habló, era un silencio cómodo, pero no podía evitar pensar en aquel Aslan, ¿como su nombre sonaba tan majestuoso al ser pronunciado?, lo único reconfortante era el silencioso bosque y la presencia de la hermosa dríade.

Caminamos hasta una cumbre, había un punto dorado en esta, que al acercase se convirtió en un león, sabía que era él, lo recordaba de algún sueño lejano.

"Acércate, hija mía"

La dríade desapareció y solo estábamos el león y yo.Mi charla con aquel león, jamás la olvidaré, fue reconfortante e inefable.Me dijo que caminara un poco hacia el este, al bajar la colina y dirigirme hacia la ubicación indicada, se encontraba un grupo de jóvenes a caballo, la más pequeña era pelirroja y pecosa, me sonrió y gritó con emoción:

"¡Ahí estás!.

"Vamos a casa cariño", dijo el joven más apuesto que había visto jamás, noté como su mirada caía en mí, como si yo fuese la mas bella de las criaturas.

Este joven me subió con rapidez a su corcel, emprendimos camino a Cair Paravel, un castillo que parecía estar hecho de oro, había en la entrada dos guardias faunos, en el primer salón, tronos con tallados y decorados en oro, me llevaron a una biblioteca llena de libros, nos sentamos en una esquina junto a la chimenea, la niña mas pequeña se sentó en el suelo de terciopelo a jugar ajedrez con el que parecía su hermano.

El apuesto joven me hizo señas para que me sentase en sus piernas, temerosa, hice lo que me pidió.Pasé una tarde de la más encantadora junto a estos jóvenes reyes, sentí como acababa de encontrar una familia, no había nada más en el mundo que deseaba más que aquello. Tarde ya en la noche, mi esposo (el que resultó ser mi esposo), nos dirigimos a nuestra habitación, al recostarnos empezó a acariciar mi mejilla.

"Te amo cariño", dijo antes de cerrar sus marrones ojos.

Le respondí en voz baja y me aferré a sus brazos, lo amaba ya.

Me dormí, al despertar, ya no me encontraba en aquella habitación de oro, en cambio, estaba en la mía, una cama común en una habitación común, usando una pijama moderna en cambio de un camisón de dormir y envuelta en sábanas.

—Elizabeth