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★Capítulo III★

—No lo puedo creer—exclamo Aniceto—Ya sé que les había dicho que esto era lo peor que habían hecho, ¿Pero traer una criatura viva entre nosotros?  ¡Es definitivamente lo peor!—exclamo.

Los cuatro junto con el bebé, estaban subiendo una gran colina. La castaña aún no se presentaba, solo escuchaba como estaban siendo regañados las calaveritas por el alebrije, el cual estaba ayudando a subir la colina.

—Nos han metido en un problemón—menciono mientras se arrastraba por el suelo, siendo seguido por la castaña y las calaveritas, pues el bebé estaba en su lomo.

—Ay, ¿Esa quien era? —cuestiono con indiferencia Moribunda.

—Ni siquiera saben cómo se llama esa bruja, ¿verdad? —exclamo aún más asustado la alebrije.

—Es Moira, y lleva años buscando la manera de entrar al mundo de los vivos—explico la castaña sentándose en el suelo al mismo tiempo que el alebrije.

—¡Y justo echamos a perder su plan! —menciono Aniceto frustrado.

Finado nuevamente captó su atención en cierta joven chica, sin dudarlo se acercó a ella y hablo con confianza;

—¿Y tú eres? —cuestiono fingiendo una voz grave. Causando gracia y ternura a la vez a la chica.

Tn, mucho gusto—se presento la chica poniendo su mano sobre su pecho a la vez que inclinaba de manera sutil su cabeza como forma de saludo.

Moribunda al notar el comportamiento de su hermano rodó los ojos y se acercó también a la chica.

—Pues él es Finado, él es Don Aniceto y yo Moribunda—presento la calaverita haciendo a un lado a su hermano mientras se acercaba ahora ella emocionada a la chica. Era la primera vez que conviviria con alguien más a parte de su hermano.

—Mucho gusto a los tres, disculpen no a verme presentado desde hace rato—comento la chica avergonzada.

—No te preocupes linda—hablo Finado guiñando le el ojo a la chica causándole nuevamente ternura y risa. E iban a seguir hablando, hasta que cierto bebé soltó una pequeña carcajada mientras jugaba con la cola de Aniceto.
Pero al causarle una corriente eléctrica por la energía del espejo, se sobre salto, se levantó rápido del suelo y salió corriendo.

—Ven, se los dije. Estamos condenados—exclamo asustado—¡Esa loca bruja nos va a cazar hasta encontrar a esta criatura!

—¿Por qué no la regresaron? —pregunto ahora la castaña, mientras se levantaba del suelo a la vez que tomaba entre sus brazos al bebé, quién alegremente se dejó sin pataleos.

—Pues es que no se pudo, lo intentamos—respondió inmediatamente Finado.

—Pues sí, pero no pudimos—exclamo Moribunda.

—Ahora esa bruja loca nos va a matar—menciono Aniceto asustado.

La castaña dejo nuevamente en el suelo al bebé que no para de distraerse con su alrededor. Hasta que se acercó Finado con la pelota que trajo consigo, se lo acerco y alejo haciendo que el bebé hiciera algo de berrinche. Y al momento de soltar el primer sollozo, debajo de Finado se formó un círculo iluminando lo y de repente desapareció.

Por Tí || Chimo y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora