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✨ Capitulo II

Ya había pasado un mes desde la llegada de Chimo, aún había distancia entre él y la joven Villavicencio. Pero siempre había miradas entre ellos, como quisieran decirse con la mirada, que a ambos les gustaría ser amigos. Sin embargo, había algo entre ellos que los hacía discutir.
Chimo quería hablar y convivir con ella, pero tenía el miedo de que ella abusara de él y se comportará como los de su gente, egoístas, groseros, malcriados etc. Por otro lado, por más que lo intentará TN, por más que fuera linda y amable, él siempre trazaba una línea entre ambos, pero eso no la detendría para tratar de ser su amiga, en cambio la motivaba a seguir intentando a ser amigos.

—¿Otra vez al campo de rosas? —cuestiono el chico.

La joven castaña le había pedido ir como hace dos días, nuevamente al pequeño campo de rosas que tenía su familia. Después de todo era su lugar favorito.

—Sí, me gusta estar mucho ahí—respondió la chica con una sonrisa en labios.

—Pues vaya, no es necesario que esté yo con usted—desvio la mirada Chimo. No le gustaba verla directamente cuando sonreía, le recordaba a su hermana o al menos eso se excusaba él.

—Oh vamos Chimo—hizo puchero la chica.

Ambos jóvenes estaban juntos en la cocina de la casa solos, pues la nana de la joven se había ido al mercado cosa que aprovecho la chica para acercarse al joven chico, después de todo su nana también quería que se mantuvieran lejos uno del otro, pues son "polos" opuestos, aunque claramente quería dejar en claro, que la joven Villavicencio era de rango superior a la de Chimo.

—Mira niña mimada, tengo trabajo que hacer—gruño Chimo viéndola de reojo—Ve tú, después de todo tienes tiempo de sobra—menciono apartando su mirada de ella.

La joven hizo un expresión de molestia por su comentario. Pues aunque así pareciera, realmente tenía muchos deberes, limpiar su cuarto, arreglar papeles que le dan a su madre pero que nunca los atiende y ella sí, ver qué los criados hagan su trabajo, estudiar etiquetas, ir a clases de danza, canto, artes, literatura, historia etc. Siempre estaba ocupada, rara vez tenía tiempo y cuando lo tenía se la pasaba leyendo, aunque ahora tenía a quien molestar.

—Oye también tengo cosas que hacer—gruño.

—¿Enserio? Pues no parece.

—Ay me molesta esa actitud tuya—refunfuño la chica cruzándose de brazos.

—Entonces vete—respondió Chimo frunciendo el ceño.

—Y yo que hice mis deberes rápido para convivir contigo—menciono la chica, haciendo que Chimo parará de hacer su trabajo.

—¿Qué?

—Ya nada—empezó a caminar la castaña hacía la puerta de la cocina para salir e ir sola al campo de rosas.

—Oye! —trato de llamar Chimo a la joven, orgullosa y terca.

Soltó un suspiro al ser ignorado por ella, limpio sus manos y se encamino al campo de rosas. Esta chica si que era orgullosa, rencorosa, terca y obstinada. Lo cual, muy dentro de él le gustaba eso de ella. Pues dejaba en claro que aunque sea amable no se dejaría mangonear por cualquiera. Con paso lento fue directo al campo de rosas y en efecto ahí estaba ella, regando con tranquilidad las rosas blancas que tanto le gustaban. Verla hacer lo que le gusta, le hacía sentirse raro al chico. No la conocía del todo, pero podía notar con facilidad lo que le gustaba y disgustaba a la chica. Y era más que obvio que le disgustaba estar sola. 

Por Tí || Chimo y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora