Con los primeros rayos del sol de la mañana y el primer hueso crujiendo por la posición de la noche, Harry abrió los ojos, observando el perfil de la chica que seguía sumergida en un sueño profundo.
Por un segundo, olvidó qué estaba haciendo allí, en su cama. Sin embargo, recordó los acontecimientos de la noche anterior y aceptó simplemente sus acciones, recostándose mejor para no interferir con los aparatos eléctricos que mantenían a su hermosa amiga con vida.
— Buenos días, Sam, estoy aquí. Eres bastante silenciosa para dormir, no roncas —murmuró, riéndose suavemente por su propio chiste, mientras intentaba no pensar en la idea de que aquel objeto que obstaculizaba su visión se quedara por mucho tiempo.
— Me han dicho que has hecho un espectáculo porque no estaba aquí, así que tuve que volver. Eres la jefa, me pides y me tienes, muchas desean eso, Sam. Eres bastante afortunada —murmuró, inclinándose hacia ella, acariciando su cabello y besando su frente una vez más—. Vas a estar bien, Sam. Todo estará bien y voy a asegurarme de ello. No voy a volver a irme hasta que mejores.
El silencio llenó la habitación, dejando que solo los aparatos del hospital y el bullicio ajeno envolvieran. Harry acarició el rostro de la muchacha y también sostuvo sus manos, sonriendo por la diferencia de tamaños y lo dulce que se veía aquel color celeste desgastado que tenían las uñas de la muchacha, dejando ver su radiante personalidad detrás de aquella aburrida bata de hospital.
— Creo que voy a pintarte las uñas hoy. Podemos tenerlas combinadas, así todo el mundo sabrá lo nuestro —bromeó. Después de unos minutos largos en silencio, cuando finalmente encontró entre las cosas de Sam aquel esmalte azul bebé, decidió que era el momento de ponerse al día mientras le contaba las noticias sobre la película, Olivia, las canciones que había podido escribir en su ausencia, también en aquellos lugares que estaba seguro a Sam le encantaría fotografiar, y los deseos que tenía de llevarla a sus viajes el día de mañana, cuando toda aquella pesadilla terminara y pudieran conocerse en serio.
— Es bueno estar en casa, Sam. Sé que es raro, porque solo soy un loco hablando con una chica en coma, pero no tienes idea del infierno que es mi departamento, mi trabajo y mi vida en general. Esta calma y los momentos que paso mientras espero que despiertes son lo más parecido a la intimidad que he tenido en mucho tiempo. Espero que me hayas extrañado tanto como yo, Sammy —murmuró antes de reparar en aquel dulce apodo que había nombrado para ella—. Sammy, así voy a llamarte a partir de ahora.
Sonrió y besó el dorso de su mano antes de que la doctora entrara, saludándolo con un abrazo y alegrándose por su presencia después de unos pocos días sin él.
— Te hemos intentado contactar, pero aparentemente tu agente ha pedido que no te molesten en tus vacaciones, así que la enfermera que has puesto y este chico tan extraño, Robert, han estado aquí casi todo el tiempo para que Sam no esté sola. Espero que hayas podido descansar en las vacaciones, aunque esperaba que fueran más días, honestamente —explicaba la mujer, mientras revisaba los signos vitales y los datos que las máquinas le daban, anotándolos en una libreta ante la atenta mirada de Harry, quien estaba más que desconcertado con aquella noticia.
— Mi agente estará sin trabajo pronto, en serio. Les pedí explícitamente que me llamaran ante cualquier cosa y me han tenido incomunicado por cuatro días. En cuanto Bobby se comunicó, tomé el primer avión a Los Ángeles. Ahora me alegra saber que él rompió las órdenes por mí, tendré que pedirle disculpas —murmuró el británico, ahora parado a unos metros de la cama, esperando que la doctora terminara de proceder.
— Está estable, eso es bueno. Aparentemente, tu presencia le ayuda a Sam, Harry. En ocasiones, los pacientes en coma son capaces de escuchar y entender lo que se les habla. Es probable que su humor haya mejorado con tu regreso y su cuerpo haya reaccionado de la mejor forma a eso —explicó la mujer, cerrando la libreta y mirándolo una vez más—. Solo voy a pedirte que no vuelvas a dormir en la misma cama que ella por ahora, es peligroso con tantos cables, ¿está bien?
Harry casi se sintió hirviendo por un segundo. Aclaró su garganta y asintió solemnemente.
— Por supuesto, no volverá a ocurrir.
— Al menos hasta que ella pueda volver a respirar sin ayuda. Por lo pronto, es necesario seguir siendo precavidos —la doctora caminó por el lugar y entonces palmeó suavemente el hombro del cantante—. También debo pedirte que tu agente vuelva a hablar con los medios de comunicación. Esta mañana duplicaron la guardia y ya no sabemos cómo detenerlos. La seguridad del edificio es buena, pero luego de la noticia, es difícil mantenerlos a raya.
— ¿La noticia? —murmuró Harry desconcertado, frunciendo el ceño de un segundo a otro y mirando a la doctora.
— Creo que deberías hablar con tu agente, Harry. Todos los medios hablan sobre la recaída de Sam y las malas noticias. También saben que has estado pasando las noches en el hospital y, bueno... —la doctora tosió suavemente, intentando evitar decir aquello, pero ahora parecía importante—. No soy una persona que le interese mucho el chisme, pero han habido rumores extraños sobre Samantha y tú, sobre todo después de que volvieras de viaje tan repentino. Hay quienes dicen que tú y Olivia están en una crisis, sobre todo por lo incómodo que te has visto en los últimos días.
Harry se mantuvo en silencio y observó con atención el rostro de la doctora, intercalando con la mujer en coma.
— Voy a encargarme de los medios. Muchas gracias por la información y lamento si esto les está dando una complicación, en serio —murmuró el hombre y tomó el teléfono, marcando el número de Jeffrey mientras observaba a la doctora irse por la puerta, dejándolo solo con el sonido del llamado en espera.
— Hola, Harry. Esperaba tu llamada. Te quiero en la oficina lo antes posible, sin excusas. Necesitamos reparar los daños después de la estupidez de ayer. ¿Pasar la noche en un hospital con otra mujer y dejar a Olivia plantada? Estás completamente fuera de sí. Te quiero en la oficina, ya mismo. —La llamada se cortó y su mente lo alertó.
Allí habría un problema.
ESTÁS LEYENDO
The color of her eyes | Harry Styles.
FanfictionHarry se encuentra en un punto de su vida donde cree que nada funciona de la forma en la que debería. Su carrera está siendo controlada y ahora también, su vida privada. Nada resultó para el de la forma en la que soñó y aunque estaba agradecido po...