Las grabaciones habían comenzado exactamente hace una semana. El set era una locura, completamente inmenso e impresionante, tanto que Harry se sentía minúsculo, fuera de lugar y algo ansioso.
Su vida siempre había sido sobre un escenario. Ese era su lugar, su hogar, su momento especial. Ahora todo parecía estar cambiando de un minuto a otro, pero agradecía enormemente tener la posibilidad de explorar otras ramas del arte que tal vez jamás se hubiera animado a tocar durante sus años con la banda.
Trabajar con Florence era increíble. Era una profesional a todo terreno. No solo lo ayudaba con sus líneas, también le enseñaba sobre interpretación y profundización del personaje, abriéndole los panoramas que no tenía respecto a la actuación, incluso después de su pequeña experiencia actuando en Dunkirk, donde su personaje no tenía mucha profundidad.
Trabajar con Olivia, en cambio, era otra cosa. Ella estaba completamente obsesionada con la idea de que todos los vieran juntos: en el set, fuera de él, en todas partes. Comenzaba a sentirse asfixiado.
Su manager les había recomendado irse a vivir juntos. Sin embargo, a Harry le parecía demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que Olivia tenía hijos y él no quería que unos niños inocentes participaran en una mentira absurda entre dos adultos.
A Olivia parecía no importarle; había aceptado la idea con gusto y ahora ocupaba una habitación contigua a la suya.
Tan solo había pasado una semana y sentía que su mundo estaba dado vuelta. Entre grabaciones, la mudanza, las preparaciones y las reuniones para el próximo tour, su mente era una bomba de tiempo, una que incluso su psicóloga no podía ayudar a frenar. Su ansiedad estaba al límite, y últimamente había una sola cosa que lograba calmarlo.
Hablar con Sam.
Era estúpido. Él no necesitaba que nadie se lo dijera, sin embargo, algo en él se calmaba cada vez que estaba frente a su presencia.
Había pasado una semana desde que había accedido a su computadora y ahora el reel de sus fotografías pasaba por su mente, una y otra vez, cuando necesitaba un minuto para calmarse.
Algo en sus fotografías hacía que su mente entrara en una sensación de calma, como si a su cerebro le inyectaran una dosis de anestesia que hacía que su cabeza dejara de doler y todo se volviera más tranquilo, sereno. Así era como se sentía.
Hablar con Sam era algo similar, solo que lo hacía por ambos. Los doctores habían dicho que hablarle a Sam era sumamente necesario para que ella peleara por volver a su vida. Sobre todo, cuando el respirador había sido retirado, hacía exactamente dos días, tras una serie de análisis y diagnósticos que confirmaron que la mujer podía respirar por cuenta propia, luego del éxito de su operación cerebral.
Los padres de Sam habían vuelto a su ciudad. Harry les había pagado los pasajes de regreso y también había puesto a una persona a cuidar a Sam cuando él no estuviera. Ellos necesitaban regresar a Tennessee para reinstalarse en sus trabajos y organizar sus vidas lo suficiente como para poder regresar a Los Ángeles y cuidar de Sam, hasta que finalmente despertara.
Todos aguardaban por ello. Ninguno de los tres tenía un pensamiento diferente y eso les daba fuerzas. Sabían que tarde o temprano ella despertaría, y aunque se enfrentarían a las consecuencias del accidente, con tenerla despierta estarían más que felices y preparados.
Tenían un plan de contingencia. Por lo pronto, Harry se había hecho cargo de pagar la renta del pequeño departamento de Sam e incluso había visitado el lugar, con la intención de verificar que todo estuviera en perfecto estado. En medio de la visita, se encontró con el pequeño gato de manchas que ahora vivía en su casa.
Se sintió pésimo, culpable y sumamente inhumano cuando se dio cuenta de que en el departamento de Sam había una pequeña criatura que necesitaba los cuidados de un ser humano responsable. Habían sido realmente poco cuidadosos en no considerar la existencia de una mascota.
Lo interesante es que, por ello, Harry tuvo que acceder una vez más a la computadora de Sam, entrando en aquellas carpetas cuyos nombres le llamaban la atención. Cuando finalmente encontró la que se llamaba "Colazione", supo que, además de talentosa, Sam era muy creativa.
Las fotos de "Colazione" eran preciosas. Había un montón de ellas que parecían de la vida diaria, tomadas seguramente con el teléfono de Sam, y otras hechas en un pequeño estudio, que realmente parecían adorables. Había algunos videos, y mientras se debatía entre darle o no clic para reproducirlo, Harry se dio cuenta de que esa sería posiblemente la primera vez que escucharía la voz de Sam (excepto por aquella frase dicha después de su desmayo en el accidente, del cual no recordaba nada).
Lo primero que se escuchó fue la suave y dulce risa de la chica, mientras veía a su pequeño y adorable gato estirarse en el suelo, con sus pequeñas garritas abiertas y su panza hacia arriba. Una punzada de dolor llenó su estómago, y sus ojos buscaron en cada cuadro el rostro de la mujer, que reía suavemente mientras acariciaba el peludo abdomen del felino.
— Colazione, eres un niño tan bonito y malcriado —, la voz de Sam lo llenó de adrenalina. Su corazón comenzó a golpear fuerte contra su pecho, y sus manos apretaron el puño aún más fuerte sobre el computador, mientras sus ojos se enfocaban en cada microsegundo del video. — Eres el bebé más adorable del mundo. Mira esta pancita tan linda y suave —, la risa de Sam y su voz cálida y amable hicieron un espacio en el corazón de Harry, mientras observaba la suave mano de la muchacha acariciar a Colazione con cariño.
El video terminó y, en su boca, la sequedad le dejó un sabor tan amargo como dulce. Confuso. Parte de él se sentía extasiado por conocer una parte de Sam que le había sido arrebatada, pero otra parte de él sabía que él había sido el culpable.
Intentó apartar aquel pensamiento de su mente y respiró profundamente, como le había dicho la psicóloga. Intentando convencerse de que no era su culpa. Había sido un accidente, él jamás lastimaría a nadie de esa manera, y mucho menos de manera arbitraria. Debía mantenerse firme en ese pensamiento y dejar de sentir culpa cada vez que miraba a Sam o conocía una nueva parte de ella.
Suspiró y soltó todo el aire de sus pulmones, abriendo los ojos y dándole clic al siguiente video, donde Sam nuevamente grababa en primera persona.
— El pequeño Colazione ha decidido afilarse las uñas con la puerta del baño, así que se ha enojado cuando lo he sacado. Supongo que me he ganado mi primer rasguño de madre gatuna —, Sam mostró su brazo, que estaba rojo, efectivamente rasguñado. De fondo se escuchaba a Colazione, pero no había rastros del rostro de Sam, lo que comenzaba a molestarlo, sobre todo con la incógnita que se le había implantado en el cerebro desde hacía días. — Ahora el niño está mirándome como si fuera la peor humana del universo, pero nuestro hogar es alquilado y debemos ser prudentes.
El video terminó allí, así que rápidamente dio clic a la flecha de siguiente, encontrándose con la imagen de la puerta del departamento y la mano de Sam mostrando una caja de regalo. Sam entró en el departamento y los maullidos de Colazione se escuchaban desde allí, hasta que se hacían más cercanos, cuando el felino fue a recibir a su madre gatuna, como ella se había definido.
Sam colocó la cámara en la mesa de té y se sentó en el suelo, de perfil a la grabación, haciendo que Harry se removiera en el asiento, listo para descubrir el color de sus ojos. Sin embargo, la mujer comenzó a desenvolver el regalo que tenía, mostrándole al pequeño gato el enorme castillo de afiliación, en el cual Colazione se subió rápidamente y comenzó a refregarse para impregnar su aroma y su territorio.
— Así ya no vas a arruinar la puerta de mami. Muy bien, Colazione, buen gatito —, murmuró, y sonrió, levantándose y apagando la cámara.
Harry refunfuñó, observando a la mujer que yacía en coma a unos metros de distancia de él, luciendo tan plácidamente tranquila.
— ¿Qué hay con tus ojos, Sam? ¿Por qué no muestras tu rostro en las fotografías? —, volvió a hablar solo, como un loco, pero ya estaba acostumbrado. — ¿Por qué no puedo recordarlos?
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The color of her eyes | Harry Styles.
FanficHarry se encuentra en un punto de su vida donde cree que nada funciona de la forma en la que debería. Su carrera está siendo controlada y ahora también, su vida privada. Nada resultó para el de la forma en la que soñó y aunque estaba agradecido po...