Un nuevo día en el set de filmación había terminado. Eran exactamente las 16:00 hs y había una sola cosa en su mente: volver con Sam.
Aún no había conseguido una enfermera o alguna persona que él considerara lo suficientemente competente para cuidar a la castaña, por lo que seguía siendo su fiel compañero de cuarto. Además, aquello le permitía pasar más tiempo fuera de la casa que ahora compartía con Olivia.
Había hecho varias entrevistas y, aunque muchos perfiles parecían aptos, nada se comparaba con la idea de que él estuviera presente cuando Sam abriera los ojos y lo mirara por segunda vez.
Los ojos de Sam. Ese era un tema que ocupaba la mente de Harry más de lo que le gustaría admitir. Algo en su cabeza le decía que había algo que había pasado por alto. Recordaba la escena, pero en pausa, la sensación del cuerpo cálido de Sam en sus brazos, la sangre en sus manos y el último segundo en que sus oídos dejaron de funcionar. Recordaba perfectamente la sensación que se había anudado en su estómago, pero no podía recordar el color de sus ojos.
La mamá de Sam le había dicho que eran unos ojos hermosos y brillantes. Él quería estar de acuerdo, pero no podía. Su mente era un enredo de secuencias cortas y borrosas.
Ahora podía recordar aquella frase suelta que Sam le había dicho antes de desmayarse, pero le había tomado casi un mes poder recordar que ella le había hablado antes de caer.
Condujo hasta el hospital y estacionó el auto en la planta más baja, asegurándose de bajar únicamente cuando estuvo seguro de que no había fotógrafos alrededor. Tomó su bolso e intentó peinar su cabello mojado mientras se dirigía hacia el ascensor. En ese momento, marcó el número de su asistente, quien estaba organizando las cortas vacaciones en Italia que había solicitado hacía meses, incluso antes de saber que estaría obligado a grabar una película y encerrado en una habitación de hospital con una persona desconocida.
— Harry, si no vas, estas vacaciones no se repetirán hasta el año que viene. Entiendo que quieras cuidar a Sam, pero hay cientos de enfermeras competentes que pueden hacer ese trabajo. Esto deberías haberlo arreglado antes de las vacaciones. Ahora ya está todo listo y es necesario que escojas a alguien, o Sam se quedará sola hasta que regreses o los padres puedan volver a Los Ángeles —, el hombre hablaba, mientras Harry observaba a los doctores que entraban al ascensor y lo saludaban, ya completamente acostumbrados a su presencia en el establecimiento.
— No voy a dejar a Sam sola, Bobby, no seas idiota. Prefiero esperar hasta el año que viene por mis vacaciones. Puedo descansar viniendo al hospital. Un tiempo sin grabaciones, giras o reuniones es más que suficiente. No necesito un viaje, en serio —, Harry estaba seguro de lo que decía mientras esperaba que el ascensor llegara a la planta de terapias intensivas.
— Lo siento, amigo, pero no. Además, hay algo que debemos decirte.
— ¿Debemos? ¿Quiénes? —, caminó por los pasillos y entró a la sala premium que había pagado, observando el pequeño cuarto vacío antes de ingresar a la habitación de Sam, donde ella descansaba.
Puso el teléfono en altavoz y comenzó a lavarse las manos y desinfectarse completamente, al igual que cambiarse el cubrebocas y estar completamente sanitizado antes de entrar. El COVID seguía siendo un gran problema, pero nada iba a impedirle pasar tiempo con Sam.
— Harry, Olivia tiene que acompañarte —, dijo sin más, dejándolo en shock por un segundo.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? Dijimos que nada de trabajo —, se quejó, cerrando los ojos un instante, intentando no estresarse.
— Se supone que ella no es trabajo. Esto es un proyecto privado, por lo que deben ir de vacaciones juntos, Harry, ese es el trato. Lo siento, pero no puedes cancelarlo. Son órdenes de arriba —, murmuró su mano derecha, mientras en su voz se dibujaba la pena por tener que decirle eso —, escoge a alguien, Harry. No hay forma de aplazar las vacaciones. Olivia ya está enterada del viaje y todo está listo. Ten un buen día.
La llamada se cortó de inmediato. Harry sabía perfectamente que Bobby no tenía la culpa, sin embargo odiaba cada instante de su vida ahora.
Tomó una respiración profunda, guardó el teléfono y entró en la habitación de Sam, observándola allí, recostada, con las ventanas abiertas y la luz dándole sobre el rostro, haciéndola ver aún más bonita de lo que acostumbraba.
Dejó el bolso en el sofá de tres cuerpos y caminó hasta Sam, tomando su pequeña y débil mano para besarla antes de besar su frente y observarla, escuchando el latido de su corazón marcado en la máquina que estaba allí para comprobar su estado.
— No tienes idea de qué día tuve —, susurró, dejando otro beso en su frente antes de alejarse y quitar las flores del día anterior del florero junto a su cama, reemplazándolas por las nuevas que acababa de traerle, como todos los días.
— ¿Cómo te verías unas semanas sin mí, muñeca? —, sabía que ella no iba a responder, pero hizo una pausa —, también te voy a extrañar, pero parece que la vida es una mierda estos días. Buscaré a alguien que te cuide, al menos hasta que regrese, pero solo serán dos semanas. Luego volveré y seremos solo nosotros otra vez. No podrás deshacerte de mí tan rápido.
Harry continuó sacando flores y poniendo nuevas en el jarrón, intentando que el ramo se viera decente mientras se ponía al día con su silenciosa compañera de habitación.
— Hoy tienes nuevos análisis, ¿los tuviste esta mañana? Espero que estén listos pronto. Me encantaría tener buenas noticias antes de irme. El vuelo es mañana por la madrugada, así que aún tengo un día para despertarte y hacerme el hombre más feliz del mundo —, finalmente dejó las flores en su lugar y tiró las otras. — Tienes totalmente prohibido despertarte si no estoy aquí. No es un juego, Sam, no volveré a hablar contigo si despiertas y no estoy. Estaré enojado, furioso, y tendré que comerme toda la gelatina del hospital por un año, o lo que sea que esté allí hasta que pueda llevarte a casa.
Caminó hacia el bolso que traía y luego tomó el libro que estaba leyendo, dirigiéndose a la camilla y sentándose en el sillón junto a ella.
— Además, no te devolveré a Colazione y no te lo dejaré ver jamás. Así que espero que consideres qué es lo que vas a hacer mientras no estoy, jovencita —, siguió hablando, mientras la máquina a su lado era la única respuesta que recibía, tomando asiento y comenzando a leer el capítulo de Cumbres borrascosas.
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The color of her eyes | Harry Styles.
FanficHarry se encuentra en un punto de su vida donde cree que nada funciona de la forma en la que debería. Su carrera está siendo controlada y ahora también, su vida privada. Nada resultó para el de la forma en la que soñó y aunque estaba agradecido po...