~Aprender que hay personas que te ofrecen las estrellas y otras que te llevan a ellas.
—Esa es la diferencia entre quien quiere y quien ama.~☆Mario Benedetti☆
『 ISABELLA 』
—Amor, no te enojes ¿sí?
El contexto es...
Jareth había venido a la oficina a trabajar por petición mía, ya que yo sentía que debía presentarse en vez de trabajar desde casa como siempre.
Y yo estaba con él, cuando su secretaria llegó así muy de la nada diciendo "¿Quieres que te sirva un café?"
Y dirás "Isabella, ¿Qué hay de malo en eso?"
Lo malo es que sonó a coqueteo y aparte, ya le había dado café yo a Jareth, incluso lo bebimos juntos, obvio en distintos vasos. Pero bueno, lo malo es que... ¡Ahi estaba yo! Aparte, nunca me dio buena espina desde que Jareth me decía que viniese a su oficina. Y al parecer yo tampoco le caía bien a ella.
A leguas se nota que siente atracción por Jareth, más en la forma en la que actúa entorno a él.
—¿Te enojaste, amor?
—No estoy enojada, Jareth —le dije firme, manteniendo mi seriedad.
Yo estaba frente a él, en su escritorio, jugando con mis pulseras distraídamemte.
Él suspiró, haciendo un puchero con sus labios.
—Si estas enojada —concluyó.
Bufé.
Me percate de que se puso de pie, rodeó su escritorio y caminó a pasos lentos hacia mí, o más bien, detrás de mí.
Ni siquiera me dio tiempo a nada cuando había hecho girar mi silla, en donde yo me encontraba, y había puesto ambas de sus manos en los reposabrazos y me miró directamente a los ojos.
Yo enarqué una ceja y crucé mis brazos sobre mis pechos.
—¿De verdad te vas a enojar por ella, Bella? —inquirió ladeando la cabeza.
—¿Tú que crees?
Sonrió y se remojó los labios, y obvio no pude evitar bajar mi mirada a ellos, era inevitable, perdón.
—Pero no deberias, amor... yo te quiero y te amo solo a ti, a nadie más, y como dice una canción por ahí, tengo mis ojos puestos en ti, solo en ti, amor —diciendo eso, me miró tiernamente, como si estuviese pidiendo permiso para algo, y yo sabía a la perfección el qué.
—¿Ahora mismo puedo darte unos besos con sabor a «Te amo y eres la única chica que amo y quiero en mi vida para siempre»? —inquirió, acercando si rostro al mío.
Por unos instantes que parecieron una eternidad, mis ojos se posaron en los suyos, indecisa.
Si quería besarlo, pero no estaba del todo disculpado.
—Esta bien, pero...
Deje la frase en el aire cuando sin previó aviso sus labios estaban sobre los míos, moviéndose en sincronía, a la perfección...
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Hasta que llegaste tú
RomanceÉl, un padre soltero de veintiún años con un niño de cuatro años. Dueño de una empresa, millonario, frio, tiene carácter, serio, pero con su hijo es todo lo contrario, les encanta jugar bajo la lluvia. Su padre acaba de fallecer, y no sabe que hacer...