~Se acercó y me dio la mano, de todas aquellas manos, la suya era la única que me transmitia vida~
☆Mario Benedetti☆
『 ISABELLA 』
—Quiero comer helado de vainilla, sabes.
Jareth giró su cabeza para voltear a verme, enarcó una ceja y apretó sus labios, formando una fina línea con ellos.
—¿A la una de la madrugada? —inquirió.
Asentí medio avergonzada.
Él sonrió.
—Sabes que es la quinta o sexta vez que me pides algo de comer a altas horas de la noche en la semana, ¿verdad? —ladeé mi cabeza, prestando atención —. Y sabías que eso puede estar relacionado con que estés embarazada, ¿no? —enfatizó acomodándose sobre la cama, con su espalda en el cabecero de la cama y sus manos entrelazadas.
Hubo una sonrisa fugaz por parte de Jareth, quiero pensar y creer que fue producto de mi imaginación.
Silencio.
Si, eso hubo en la habitación mientras yo hacia memoria de esta semana, y he de confesar que nunca antes había querido comer algo en la madrugada, hasta hace unos dias; la primera vez pedí donas de fresa.
Y sí, aquello de pedir comida a altas horas de la noche puede ser relacionado con... con lo que Jareth dice, pero se supone que nos cuidamos.
No, no puedo estar embarazada.
¿O sí?
Ay no, no sé.
¿Y si sí, y si no?
—No creo, me atrevo a pensar que es normal que tenga hambre en la noche —murmuré, segura de mis palabras.
Él río, mientras negaba con la cabeza. Su mano se puso encima de la mía y la tomó, entrelazó nuestras manos y tras un suspiro dijo:
—¿Estas segura de querer comer helado de vainilla a la una y quince de la madrugada?
Asentí, más que segura.
—Bueno, vale, ya regreso.
Dio un ligero asentimiento de nuevo, con la cabeza, Jareth se levantó de la cama y salió de la habitación con dirección a la cocina a por mi helado.
Pensándolo bien, es normal que quiera comer x o y cosas durante la noche, no creo estar embarazada.
Jareth y yo nos cuidamos, y de eso estoy segura, así que dudo mucho.
Es decir, puede que sea verdad que los anticonceptivos no sean tan efectivos, pero ajá.
Y si fuera lo que Jareth dice, supongo que él estaría más que feliz con ello. Yo también, pero, sería un gran cambio en nuestras vidas.
En el caso de estar embarazada, Jareth me cuidaría más y no tendría que ir a la oficina todo el Santo día trabajando con la trepadora de su secretaria.
Bipolaridad le llaman a tus cambios de humor constantes.
Mentiras. Lo digo porque es verdad.
Pero bueno, volviendo a lo de antes, Jareth se pondría feliz si yo estuviese embarazada de él ¿no? y en el caso de estarlo, él sería un gran padr...
—Amor. Tierra llamando a novia bonita —Jareth dio besos en todo mi rostro, sacándome una sonrisa.
Me extendió el helado, el que había sido servido por él mismo en un recipiente de vidrio y comencé a comermelo.
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Hasta que llegaste tú
RomanceÉl, un padre soltero de veintiún años con un niño de cuatro años. Dueño de una empresa, millonario, frio, tiene carácter, serio, pero con su hijo es todo lo contrario, les encanta jugar bajo la lluvia. Su padre acaba de fallecer, y no sabe que hacer...